OMEGA y los Juegos Olímpicos – 1
Una cronología de sus avances tecnológicos, fijándonos en primer lugar en el atletismo
De un solo relojero con 30 cronómetros de bolsillo en 1932 a 450 toneladas de equipos de medición, 200 km de cable y 480 personas. La relación de Omega y los Juegos Olímpicos es larga y fructífera y merece la pena hacer una repaso profundo tanto desde el punto de vista técnico como relojero de lo que ha supuesto para el deporte la aportación de la manufactura.
No se sabe el origen del deporte como tal, pero es fácil intuir una extensión de la etapa del juego infantil, que sirve para desarrollar el físico y las estructuras mentales necesarias para desenvolverse en un entorno natural potencialmente hostil. El juego pasa a ser competitivo de manera intuitiva: simplemente consiste en correr más que tu hermano o compañero para que no te atrape. Si no lo consigue, has ganado esa singular «batalla» que en infinitas variantes se reproduce a lo largo del desarrollo porque el ser humano, los mamíferos en general, aprenden jugando.
De la misma forma necesidades básicas como la caza o la pesca llevan a competiciones de lanzamiento de lanzas (o jabalinas, para cazar jabalíes) o de natación, y la amenaza constante de la guerra lleva a prepararse para la lucha cuerpo a cuerpo, el lanzamiento de peso. Y en culturas mesoamericanas se jugaba a acertar en un aro con la cabeza de los enemigos caídos.
Por tanto el deporte es consustancial al ser humano, y se sabe que ya estaba regulado por los chinos 4.000 años antes de Cristo. Para los griegos el deporte era parte esencial de su cultura, hasta el punto que celebraban cada cuatro años los Juegos Olímpicos, así llamados porque se celebraban en la villa de Olimpia. Se celebraron desde el 776 a. C. hasta el año 394 d. C. Eran tan importantes que se creó una unidad de tiempo, llamada Olimpiada, que eran los cuatro años que pasaban entre unos Juegos y otros. Esa es la razón por la que en realidad se debe decir Juegos Olímpicos y no Olimpíadas (con o sin acento). O se debía, porque ahora la primera acepción de Olimpiada (u Olimpiadas) en el Diccionario de la Real Academia Española ya lo identifica como sinónimos de Juegos Olímpicos.
EL ORIGEN: 1932
Omega por supuesto ya tenía fama como óptimo reloj antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, y también como cronometrador de acontecimientos deportivos. Pero en los Juegos Olímpicos de la costa oeste Omega fue encargada por primera vez de medir todas las competiciones, para lo que desplazó a un solo relojero y 30 cronómetros rattrapantes certificados por el COSC. Ese fue el origen de una historia de amor y pasión que llega a nuestros días. Y de paso midió 17 nuevas marcas mundiales. Así comenzó la relación de Omega y los Juegos Olímpicos.
La actuación callada pero estelar de Omega en 1932 le supuso nuevos contratos olímpicos. Para los juegos de Berlín de 1936 se desplazaron 185 cronógrafos desde Biel hasta la capital alemana, una vez más controlados por un solo relojero (Paul-Lois Guignard). Los juegos de Berlín son recordados por Jesse Owens, el atleta negro estadounidense que ganó cuatro medallas de oro bajo el contrariado bigote de Hitler, que estaba deseoso de mostrar la supremacía aria de sus atletas. En aquel entonces, por cierto, los atletas cavaban sus propios agujeros de inicio en la pista con pequeñas palas.
1948: Las máquinas vencen a los humanos
Evidentemente el aleccionador sopapo de Owens a Hitler no consiguió hacer a éste desistir de sus ideas genocidas, y el mundo tuvo que pasar por cinco largos y sangrientos años de guerra mundial. Las guerras son uno de los motores tecnológicos más poderosos, y lo que empezó con -todavía- cargas de caballería (como la de los soldados polacos contra los tanques alemanes) acabó con los aviones a reacción. Lo mismo podríamos decir de la tecnología de medición de tiempos en las competiciones deportivas.
Tanto en los Juegos Olímpicos de invierno en San Moritz -celebrados en enero- como en los de los Londres ese verano (conocidos como «los juegos de la austeridad» porque el mundo aún se recuperaba de la guerra y no se construyeron instalaciones deportivas y se alojó a los atletas en casas ya existentes), Omega presentó la pistola que conectaba el disparo con la puesta en marcha del sistema de medición, así como un «ojo» fotoeléctrico.
Por su parte la British Race Finish Recording Co. Ltd desarrolló su primera cámara de foto-finish o foto de llegada, con una imagen continua y grabación del tiempo que además se podía regular de acuerdo con el deporte que fuera a practicarse. Funcionaba en tándem con el equipo de Omega. Esto no sólo consolidó el dúo Omega y los Juegos Olímpicos; también marcó el inicio del cronometraje moderno.
1952 Juegos Olímpicos de Helsinki
Omega y Race Finish Recording trabajaron en conjunto para mejorar la cámara de foto-finish, llamada Racend Omega Timer. Por primera vez podía mostrar fracciones de segundo al pie de las imágenes de los atletas en la línea de meta. Fue el comienzo de la era del cuarzo y la electrónica. El Omega Time Recorder, transportable e independiente de la red eléctrica, permitía imprimir los resultados en un rollo de papel, lo que le granjeó a Omega la Cruz del Mérito Olímpico en 1952. En Helsinki ya se cronometró a la centésima de segundo.
Un nuevo elemento haría que la pareja de hecho Omega y los Juegos Olímpicos fuera aún más notoria: la televisión. Según esta fue mejorando y acercando el acontecimiento a más y más gente de todo el mundo, Omega introdujo el Omegascope en 1961. Permitió la introducción del concepto de transmisión «en tiempo real» -que ahora nos parece tan normal- mediante la superposición de números luminosos en la parte baja de la pantalla; revolucionó el cronometraje y no dejaba margen de error porque se mostraba públicamente a millones de telespectadores.
En 1968 se presentó el «cronometraje integrado«, que proporcionaba análisis estadístico y resultados enviados directamente a jueces, entrenadores y medios informativos. Fue también el primer año que se aceptaron como oficiales los tiempos medidos electrónicamente. Esto se debió en parte a que las televisiones querían imágenes de los atletas, no de los jueces debatiendo.
Al mismo tiempo se instalaron altavoces detrás de cada calle en las pruebas de atletismo, de manera que todos los atletas, en la medida de lo posible, oyeran el pistoletazo a la vez y que no hubiera ventajas. Particularmente en una prueba como la de los 100 metros lisos donde una centésima es vital.
En los Juegos Olímpicos de los Ángeles 1984 Omega presentó las imágenes de foto-finish en color, que serían firmadas por los atletas convirtiéndolas instantáneamente en objetos de coleccionista. También se introdujeron los detectores de salidas falsas, basado en las diferencias de presión: cuando el atleta se impulsa hacia adelante lo hace presionando sobre los bloques de salida. Si la presión -de 29 kg para hombres y 27 para mujeres- se ejercía por debajo de la décima de segundo, que era el considerado tiempo mínimo de reacción, el sistema Omega lo detectaba y señalaba como salida falsa.
1992: ALBERTVILLE, JUEGOS DE INVIERNO EN FRANCIA
La foto-finish alcanza su mayoría de edad. Para los eventos de patinaje de velocidad, Omega crea el Scan-O-Vision, un sistema de cámara que mide el tiempo de manera digital hasta la milésima de segundo en el momento en que los atletas cruzan la línea de meta. Hoy esta tecnología es un simple programa de software.
Además del cronometraje y la distribución de resultados, la gestión de los datos fue otra parte muy importante de la contribución de Omega y los Juegos Olímpicos. Se comenzó a medir la aceleración y la velocidad de manera que, por ejemplo, se pudo saber que en los juegos de Atlanta de 1996 el campeón de los 100 metros lisos, el canadiense Donovan Bailey, fue el último en salir pero ganó la carrera al tener la mejor aceleración y la más alta velocidad de manera consistente en todo el evento hasta llegar a la línea de meta.
En el año 2000 Omega hizo posible que los televidentes vieran la línea de récord virtual, que indica cómo de cerca están los competidores de la marca ya establecida.
2010 JUEGOS DE INVIERNO DE VANCOUVER
Aunque parezca un simple artilugio que queda bonito, la introducción de la nueva pistola es un avance significativo. Al contrario que las pistolas hasta entonces, esta no dispara nada físicamente. Ello es por que, aunque se hubieran incorporado ya altavoces en las calles de la pista, el atleta que estaba al lado de la pistola la oía centésimas de segundo antes que los demás competidores, por lo que tenía una ventaja que podía ser definitoria en la línea de meta. Con esta pistola el pulso genera un sonido (y un destello de luz) que se oye a la vez en todos los altavoces, para que no haya ventaja alguna.
Omega trabaja con las principales federaciones de deporte mundiales y ha seguido añadiendo nuevas mejoras al mundo del cronometraje, incluyendo cámaras de vídeo de alta velocidad, foto-finish aún mejores y sistemas de puntuación y de salidas falsas. La relación de Omega y los Juegos Olímpicos se ha mantenido firme y a la cabeza de la tecnología punta.
Citius, altius, fortius: Más rápido, más alto, más fuerte. Ese es el lema olímpico. Ya hemos visto que lo de Omega y los Juegos Olímpicos va mucho más allá de lo que para algunos podría parecer una tarea sencilla que tiene que ver más con el marketing que con otra cosa. De hecho se puede afirmar categóricamente que, sin la aportación de Omega a lo largo de los años, el olimpismo y las competiciones deportivas en general, no serían lo que son ahora. Vamos a ver qué nuevas tecnología va a presentar en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Bloques de salida y sistema de detección de salidas falsas
Los bloques de salida integran sensores que son un elemento crucial para el sistema de detección de salidas falsas de Omega. Cada conjunto de bloques de salida (uno para cada pie, como ya sabemos), integra un altavoz unido a la pistola de arranque introducida en 2010, de manera que todos los corredores oyen el disparo a la vez. Al comienzo de cada carrera los sensores del sistema de detección de salidas falsas miden el tiempo de reacción de cada corredor, definido como el intervalo entre el sonido de la pistola y el de la respuesta del atleta. La respuesta de cada corredor (la presión que ejerce sobre los bloques) es detectada por los sensores y medida por el sistema de Omega. Si el tiempo es menor de lo que se considera dentro de lo posible, se considera salida falsa.
¿Y qué se considera «tiempo de reacción»? Las reglas de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo -IAAF en ingles- fija el tiempo mínimo de reacción fisiológica en 100 milisegundos (una décima de segundo). Cualqueir reacción que tenga lugar por debajo de ese límite se considera prematura y lanza la señal de salida falsa.
Los sensores de los bloques de salida miden la presión del atleta sobre los mismos 4.000 veces por segundo. En el caso de una salida falsa el sistema de detección envía instantáneamente las mediciones de presión a una computadora y crea una «curva de fuerza», de manera que el juez pueda analizar visualmente la reacción.
Elementos en la línea de meta
1.- EL CAMPO VISUAL DE LA CÁMARA DE FOTO-FINISH
Se obtiene el mejor contraste con un fondo blanco. Como la cámara sólo percibe la línea de meta como una línea vertical, se aplica un tira blanca no reflectiva sobre la línea y más allá para cubrir totalmente el campo visual de la cámara. Se complementa con un poste blanco de 50 mm de ancho tras las células fotoeléctricas.
2.- LA LÍNEA DE META
Tiene 50 mm de ancho, siguiendo las regulaciones de la IAAF. Las posiciones de las calles se identifican fácilmente en la foto-finish gracias a los cintas negras colocadas entre cada división de calle. Las calles 4 y 5 están especialmente identificadas con dos marcadores de cinta negra para indicar el centro de la foto.
3.- LA CÁMARA SCAN’O’VISION MYRIA
Probablemente el aparato más conocido en el mundo deportivo es la cámara de foto-finish, y desde luego la más icónica de la pareja Omega y los Juegos Olímpicos. La nueva Scan’O’Vision MYRIA es una combinación de detector y cronógrafo. Se toman 10.000 imágenes de alta resolución ¡por segundo! Se ha mejorado la sensibilidad lumínica para mejorar la calidad de las imágenes y además se ha reducido el tamaño y peso, para que sea más fácil y rápido montarla y desmontarla. La cámara capta la imagen de cada corredor en el momento en que cruza la línea de meta, y cada imagen aparece en la fotografía final. En esta foto el tiempo que separa a los corredores se representa por el espacio entre ellos. Es esta fotografía la que los jueces utilizarán para determinar el ganador.
Además la cámara tiene un «espacio reservado» en el circuito. Se instala sobre un poste a entre 2 y 4 metros del circuito y en los primeros 8 mm de los 50 del ancho de la línea de meta, con un ángulo idealmente de 20º (+0º -5º). La foto-finish de esta cámara se usa para juzgar a los competidores que pueden quedar escondidos a la cámara principal. Donde se coloca la cámara es un área restringida a la que está prohibido el acceso a periodistas y jueces.
4.- LAS PAREJAS DE CÉLULAS FOTOELÉCTRICAS
Desde 1948, fecha en que se utilizaron por primera vez, el sistema de células fotoeléctricas no ha hecho sino mejorar. Hasta ahora la composición habitual es la que se ve en la foto, con dos células fotoeléctricas una encima de la otra. Se utilizaban dos para evitar que fueran «engañadas» por, por ejemplo, un insecto, o el dedo de un atleta. Recordemos que gana el corredor que atraviesa la línea el primero con el torso, no con la cabeza o las manos. Hoy en día se da preferencia a la foto-finish, que prevalece sobre los tiempos que dan las células fotoeléctricas. El por qué se ve muy bien en este gráfico:
El dibujo 1 representa las células fotoeléctricas tal como se sitúan en la pista. En el 2 vemos a un atleta entrando con el torso recto, por lo que la lectura del tiempo será idéntica que la de la foto-finish. Sin embargo en el dibujo 3 vemos que las células se activan con el codo, por lo que el tiempo de la foto-finish será mayor. Lo mismo que en el dibujo 4, con una diferencia aún mayor. El dibujo 5 es aún más singular: el atleta sólo activa la célula inferior y no la superior, por lo que no habrá una lectura de su carrera, según las células fotoeléctricas. De ahí la prevalencia de la foto-finish. En el dibujo 6 vemos un caso inverso: el atleta activa la célula inferior mucho más tarde que el paso por meta del torso, por lo que la lectura de la foto-finish será inferior a la de las células fotoeléctricas.
Aún así Omega ha desarrollado unas células fotoeléctricas cuádruples para una lectura más refinada y sin errores, con la idea de que la desviación entre su lectura y la de la foto-finish sea mínima.
6.- NUEVOS MARCADORES
Mejor resolución, nuevo software y nuevo diseño. Los marcadores que presentan Omega y los Juegos Olímpicos de Brasil 2016 mostrarán no sólo texto e información en tiempo real, sino también las fotos de los atletas, animaciones y toda el arsenal visual al que estamos acostumbrados en estos días. De esta manera los momentos estelares de las competiciones se verán aún más remarcados. Además los tablones se han probados para que sean igualmente efectivos sea cual sea la distancia del espectador. Imágenes como la de aquí abajo ya no volverán.
7.- MARCADORES DE GOLF
Cien años ha tardado el golf en volver a los Juegos Olímpicos y para Omega, que tiene entre los golfistas unos cuantos embajadores, la ocasión merecía sus mejores esfuerzos. En las competiciones se verán unos tableros a ras de suelo en cuatro localizaciones (tees) específicas, que contarán con sistemas de medición por radar. En el momento en el que el golfista golpee la bola el sistema recoge la información para proyectarla en el tablero. Dicha información tendrá el nombre del golfista (obviamente) y su puntuación en ese momento, la velocidad y altura de la bola, así como una estimación de la distancia recorrida.
8.- SISTEMA DE MEDICIÓN DE TIRO CON ARCO
Uno de los problemas inherentes al tiro al blanco, sea con arco o con arma de fuego, es que hay que romper la diana con cada disparo. El impacto de la bala o de la flecha fractura el material no sólo donde entra, sino también alrededor, y ya sabemos lo importante que puede ser un milímetro a la hora de contabilizar resultados.
El nuevo sistema de medición de Omega integra un escáner. De hecho es un escáner doble, porque tras el impacto el sistema hace un escaneo vertical y otro horizontal que calcula la distancia al centro de la diana. Y lo hace con una tolerancia de tan solo 0,2 mm, una diferencia indetectable para el ojo humano. Y además calcula muy rápidamente: un segundo después del impacto proporciona el resultado.
9.- LA CAMPANA DE ÚLTIMA VUELTA
Cuando está teniendo lugar una competición no hay sonido más excitante que el de la campana de última vuelta, la que anuncia a los atletas -y al público- que se acerca el momento cumbre.
Omega ha llevado a Brasil 21 de estas campanas, creadas especialmente para la ocasión en la fundición de Blondeau. Están realizadas en bronce fundido a 1.200 grados. Lleva graba a mano la frase RIO 2016 – GAMES OF THE XXXI OLYMPIAD. Tradición antigua para unos juegos que se caracterizan por el uso de la tecnología de medición más avanzada.
CÓMO CRONOMETRA OMEGA LOS 100 METROS LISOS
Mucha de la tecnología que he descrito en este artículo está reflejada en un vídeo creado por Omega y que he subtitulado. Si has llegado hasta aquí, es el momento de verlo.
En el próximo artículo sobre Omega y los Juegos Olímpicos veremos los avances creados para la medición de tiempos en natación. Más información en la sección dedicada a los Juegos Olímpicos de Omega.es.