Fue hace ya cuatro años, a finales de 2014, cuando Bell & Ross sorprendió a propios y a extraños con el lanzamiento del BR X1 (que vimos en vídeo y en exclusiva), el inicio de un nuevo camino en el que la marca del Et latino plantaba cara a los relojes más técnicos (y de más precio) encabezados por Hublot fundamentalmente. Era un paso arriesgado porque significaba salirse de la zona cómoda para adentrarse en un sector más exigente, ya que los relojes por encima de los 10.000 euros son aún más escrutados que los de menos dinero.

Aunque, pensándolo bien, esto no es del todo cierto: el que se va a comprar un reloj de 2.000 euros va a dar muchas más vueltas al reloj que se compre porque le supone una inversión importante para un simple accesorio (cosa que nos pasa a la mayoría). Los que se pueden gastar 20.000 euros van a examinar a los relojes de ese nivel de una manera también intensa, pero distinta. Y es ahí donde se mueve este nuevo Bell & Ross BR-X1 Military.

Los relojes de Bell & Ross, ya sabemos, tienen una inspiración militar, y de manera más específica de la aviación. Sus relojes BR son como los indicadores que se pueden encontrar en el panel de mandos de un avión (como éste, por ejemplo). Después, en 2015, aparecieron los primeros relojes inspirados en los colores de los ejércitos de tierra (aquí, en vivo). Pero los BR-X siempre han estado separados del mundo militar. Ha servido, por ejemplo, para aliarse con Renault (cuyos relojes vimos aquí), o simplemente para ofrecer una estética distinta y distintiva (como el BR-X2 Tourbillon).

Pero es ahora, con el Bell & Ross BR-X1 Military, que los tonos militares llegan a la familia BR-X. Y ciertamente le queda bien, por varios motivos. En primer lugar da un descanso al color gris habitual en la colección. En segundo, remarca el esqueletado negro sobre el que se ve mejor las marcas y leyendas en verde brillante. Por último, al ser el conjunto más oscuro reduce la sensación de tamaño, que no le viene mal a una caja que tiene 45 mm de lado. Es este tamaño el que hace que la correa de caucho sea tan grande, y por eso Bell & Ross la ha agujereado y la ha hecho adelgazar según se acerca a la hebilla: para disminuir su presencia (que es, aún así, más que notable).

En los relojes tan grandes el peso es un factor a tener en cuenta. Por eso, para hacerlo más ligero, Bell & Ross ha realizado la parte inferior de la carrura en cerámica negra, mientras que la superior y el bisel se ha fabricado en Titanio de Alta Resistencia. Como estamos muy acostumbrados a nombres rimbombantes pero que son sólo para marketing, pregunté a la marca qué significaba eso exactamente y esta es su respuesta: El HRT  (High Resistance Titanium) es el resultado de un proceso en el que, gracias a un baño electrolítico alcalino, se crea una oxidación protectora al tiempo que mejora la dureza del material, su relación de fricción, su capacidad de envejecimiento y resistencia a la corrosión según los estándares de materiales aeroespaciales AMS 2488. Este tratamiento biocompatible se utiliza en los ámbitos aeroespacial, automotriz y médico.

Éste no es un recubrimiento aplicado sobre la superficie del material del titanio, sino el resultado de la transformación del titanio desde su superficie hasta cierta profundidad, por lo que no puede llegar a desprenderse. En caso de choque, por ejemplo, la protección no se romperá, pero sí puede deformar el material. Sólo un rasguño profundo podría atravesar la oxidación protectora. Es decir que no, no es marketing. Gracias Bell & Ross por la respuesta y sobre todo gracias por no vender humo. En lo que se traduce esto es que el reloj, en la muñeca, es muy ligero. Y además te puedes bañar con él porque es hermético hasta 100 metros (de ahí su corona roscada).

En la esfera no hay novedades formales, ya que el esquema de información es el mismo que en los demás BR-X1: pequeño segundero a la derecha y gran contador de 30 minutos a la izquierda. A las 6 horas se aloja la ventana de fecha, excesivamente pequeña en mi opinión. En el Bell & Ross BR-X1 Military está remarcada por un borde verde fósforo que hace más fácil su localización. No es algo baladí, porque es un reloj que se fija en el camuflaje de los aviones y que lo traduce en una esfera más oscura de lo habitual, donde la fecha podría quedar aún más perdida, dado su tamaño. Tanto los índices aplicados como las manecillas esqueletadas son de construcción compleja y de buen tamaño para favorecer la lectura, y además están tratadas con Super-LumiNova, como siempre en Bell & Ross.

Pocas novedades en la sala de máquinas: un Sellita SW-200 con el módulo de cronógrafo de Dubuis Depraz encima y con el puente superior modificado para darle una forma de X. El reloj se mueve a 28.800 alternancias a la hora (4 hercios). Bell & Ross no dice la reserva de marcha del reloj (y hace mal), pero si nada se ha modificado en el calibre base es de tan solo 38 horas. Yo creo que en un reloj de este rango de precio B&R debería ofrecer un movimiento mucho más competente; no lo digo por la fiabilidad y durabilidad, que es incuestionable, sino por las prestaciones. Por otro lado parece que haciéndolo de este modo a la casa no le va mal, así que… ¯\_(ツ)_/¯  El motor, como es habitual en estos relojes, tan solo se intuye a través de una pequeña ventana.

El Bell & Ross BR-X1 Military es una edición limitada y numerada a 250 unidades y ya está disponible en los distribuidores de la marca. Su precio es de 19.700 euros, que está en la línea de los otros relojes de la colección. Más información en Bell&Ross.es.