IWC Portugieser Chronograph, ahora con calibre de manufactura
Por fin un calibre de manufactura para convertirse en una excelente opción por precio y prestaciones
IWC ha solucionado una anomalía muy llamativa de su familia de productos: El IWC Portugieser Chronograph acaba de recibir por primera vez un calibre desarrollado internamente, el 69335. El Portugieser es uno de esos relojes que han entrado en la categoría de iconos y que todos tenemos o querríamos tener en nuestra colección. Por eso resultaba extraño que la versión crono no tuviera un calibre de manufactura, especialmente cuando la marca lleva años haciendo hincapié en que toda su producción lo sea.
El verdadero representante de la familia Portugieser es el llamado sencillamente «Automático». Su bien merecida fama le viene de su diseño limpio, atemporal, con un equilibrio perfecto entre los numerales arábigos, las manecillas y las dos subesferas simétricas, una para el pequeño segundero y la otra para la reserva de marcha de 7 días. Pero el IWC Portugieser Chronograph se beneficia de esa misma idea de diseño, rotando los dos registros para colocarlos a las 12 y a las 6 (y prescindiendo de la siempre cuestionada ventana trapezoidal de fecha). Aquí se pueden ver los dos modelos en vivo.
La nueva versión cambia mínimamente lo que había. La caja mide ahora 41 mm de diámetro y tiene una altura de 13,1 mm, una diferencia prácticamente inapreciable si la comparamos con las medidas anteriores de 40,9 x 12,6 mm.
Los pulsadores de pistón, el bisel casi inexistente y todos los elementos de la esfera permanecen igual, y por tanto igualmente atractivos.
Sin embargo en la sala de máquinas se ha licenciado a la anterior versión del Valjoux 7750 para dar la bienvenida al calibre 69335. Está basado en el 69000, un movimiento automático que ya tenía IWC que ha usado en numerosas unidades (por ejemplo en el Mojave que vimos en vivo)..
Es un movimiento con rueda de pilares con un sistema de carga bidireccional similar al conocido sistema Pellaton. Late a 28.800 alternancias a la hora (4 hercios) y tiene una modesta reserva de marcha de 46 horas.
El calibre está decorado de manera bastante espartana, con Côtes de Genève y perlado en la platina base. Lo que sí cambia es que ahora podemos verlo, ya que los nuevos IWC Portugieser Chronograph integran un zafiro en la trasera., lo que se agradece mucho.
La hermeticidad es de sólo 30 metros.
Como antes, el IWC Portugieser Chronograph se ofrece en modelos de acero y de oro. Los de acero tienen todos un precio de 7.950 euros, mientras que las versiones de oro rojo tienen un precio de 17.700 euros.
Es curioso que la versión automática cuesta 12.600 euros, cien euros más que el cronógrafo rattrappante que se lanzó con la versión «Boutique Milano» (aunque lleve una versión del 7750), y 4.650 euros más que el crono que presentamos ahora. Cría buena fama y échate a dormir, dice el dicho. Por eso la versión crono resulta una opción tan interesante.
Hay más información en IWC.es.