Dietrich llega a España: fotos en vivo y precios
Un estilo único y singular
Emmanuel Dietrich es diseñador de carrera. De hecho su formación es «arquitectura de interiores» y ha trabajado, entre otros, para Häagen Dazs, Dinh Van, Artelano, Mobilier International y muchos otros. En el mundo de la relojería empezó nada menos que en Hermès, para quien diseñó el conocido modelo Harnais. También trabajó para Technomarine, Calvin Klein, Louis Vuitton… Se puede ver un buen resumen de sus creaciones en su página personal.
Según sus propias palabras él quería plasmar su concepto de relojería en sus propios relojes, y felizmente en 2009 creó la compañía Dietrich 1969 para llevar a cabo el proyecto. 1969 hace referencia al año de su nacimiento; a eso se le llama estar encantado de haberse conocido. La empresa se presentó públicamente en Baselworld 2012, pero los modelos que ahora nos ocupan aparecieron el año pasado. El nombre original fue Dietrich 1969 Organic Time Companion A01 pero, al igual que todos los elementos orgánicos vivos, ha sufrido una evolución: ahora la compañía sólo se llama Dietrich y los relojes se abrevian en OT 1, 2, 3 y OT 4. Los nombres aparecen en la base de la esfera, donde antes figuraba el 1969. Más sencillo y más fácil de retener, algo muy importante para una marca que empieza.
Pero el diseño se ha mantenido, y en él nos vamos a centrar: desde luego el reloj no pasa desapercibido en absoluto. En primer lugar por su tamaño: 48 mm de caja exagonal, con una altura de 13,7 milímetros que se expande hacia afuera desde la base como un cáliz.
Hay dos terminaciones: carrura con PVD negro y bisel en acero micro-granallado y cepillado (OT 1), carrura y bisel tratados con PVD negro (OT 2) y por último el OT 3 en el que tanto la carrura como el bisel son de acero granallado.
La esfera está realizada en diversos niveles, una vez más atendiendo al criterio «orgánico» y creando así una especie de microcosmos, como el que podríamos ver en una foto de un bosque o de una jungla.
El cristal de zafiro es el primer estrato, sobre el que se han transferido los marcadores horarios. Bajo él aparecen las manecillas, muy llamativas en todos los modelos, con punta en forma de hoja y un esqueletado que hace recordar las de los relojes de piloto antiguos. Bajo las agujas, el pequeño segundero en forma de estrella de 6 puntas. No se sabe cuál de las puntas está marcando el segundo, pero importa poco porque en realidad sólo hay una sección de la subesfera de segundos y, más importante aún, el calibre Miyota 82-S-7 no tiene parada de segundero.
Debajo aparece un eje en equis cuyos extremos van a parar a los tornillos exteriores, que imagino dan rigidez al conjunto y que, una vez más, tiene un diseño con volumen para dar sensación de vida. A las diez aparece un marcador de 24 horas; sobre un fondo con el mismo color que las manecillas va girando una esfera esqueletada negra cuyos números, al pasar por el fondo del color, resultan muy legibles.
Esta función no es una elección del relojero, sino que viene obligada por el propio calibre: Citizen lo fabrica con pequeño segundero y con lector de 24 horas. Más aún, el calibre está abierto en el frontal justo sobre el volante, por lo que se puede ver su desempeño. No mucho tampoco porque queda más o menos tapado por el pequeño segundero y la X central. Llama la atención lo pequeño que es el calibre comparado con el tamaño del reloj, pero Dietrich lo aprovecha para personalizar la esfera a su gusto con lo que la desproporción pasa desapercibida.
También es muy notable cómo varía la presencia del reloj gracias al juego del PVD y el acero. La versión OT 2 todo-negro es más agresiva y así lo hace saber Dietrich, acompañándola con manecillas rojas para resaltar ese carácter deportivo. La versión sólo acero (OT 3) es la más clásica -por así decir- con unas manecillas que sólo marcan el color en la punta mientras que el cuerpo es de metal cepillado. El OT 1 está entre los dos y personalmente me resulta el más atractivo, seguramente porque las manecillas roban el protagonismo y quedan muy bien.
Un detalle más sobre la caja: en el lateral presenta un saliente con el nombre del reloj. Es sólo un detalle, pero mejora el aspecto porque rompe el aspecto monolítico de la carrura, dándole movimiento. Y además está muy bien terminado.
Tema aparte son las correas. La caja está diseñada para que se puedan intercambiar las correas, que pasan de forma sencilla por las asas y tapan el acero del fondo. De manera inteligente la comercializadora de los relojes en España, Diarsa, presenta en los puntos de venta un estuche completo con toda la colección completa de correas, y todas a un precio único: 140 euros.
De esa forma, además de la correa NATO con la que se entrega el reloj se puede personalizar de manera sencilla. Y la verdad es que las correas son de muy buena calidad, y gracias a la variedad las posibilidades de personalización son amplias.
Curiosamente el reloj en la muñeca no queda grande, o no queda grande en exceso. En la primera foto de aquí abajo se ve el reloj en una muñeca de mujer y no es desproporcionado. Afortunadamente la altura no es excesiva aunque lo pudiera parecer por el perfil de la caja con lo que, no siendo desde luego un reloj de boda, tampoco resulta excéntrico, como se puede ver en la foto inferior en la que un OT 2 se defendiende perfectamente bajo un traje.
El precio unitario es muy bueno, creo yo: 1.365 € para un automático de movimiento muy fiable y con un diseño sin duda único.
El OT 4, con bisel de carbono, manecillas azules -la del segundero esta vez sí tiene una punta blanca- y correa de Nobuk llegará después del verano y tendrá un precio de 1.995 €
Será interesante ver a fin de año qué tal han ido las ventas. Mientras tanto os dejo unas cuantas fotos más de los OT para que podáis decidir si os gustan o no.
OT 1
OT 2
OT 3
OT 4