Baselworld 2014: La nueva colección de Blancpain
Ya ha comenzado la feria de ferias, la más desmesurada e intensa, a la que nadie puede faltar pero a la que todo el mundo (de entre los que nos dedicamos a relatar las idas y venidas de la relojería) teme ir. En otro momento ilustraré a qué me refiero. Lo que es importante es
Quantième Perpétuel 8 Jours
Un nuevo calendario perpetuo, que sólo tendrá que ser ajustado en 2100 (que tendría que ser bisiesto y no lo va a ser -cosa que no me preocupa mucho, a decir verdad-). Y además fases lunares. Y además un pequeño segundero precioso, cuya indicación en ferrocarril enmarca la ventana de fases lunares con el segundo 0 a la izquierda y la mitad del minuto -concretamente el segundo 29,5- en el otro extremo. Una solución estética excelente.
Y además un calibre nuevo, el 5939A automático. Otras marcas presumirían mucho más de su capacidad productiva, pero Blancpain no sólo es elegante en sus diseños, sino en su publicidad. La caja también es de 42 mm. En este caso las manecillas tipo hoja de salvia se han esqueletado para poder ver mejor toda la información, que además se contrasta con la utilización del acero azulado en las manecillas de las subesferas. Aquí su ficha técnica.
Una belleza incontestable.
Villeret Tourbillon
Si en 1998 Blancpain obtuvo un récord con su calibre 25 (primer tourbillon automático del mundo con 8 días de reserva de marcha), ahora lanza el calibre 242, con el que pasa a nada menos que 12 días de reserva de marcha, ¡con un solo barrilete! Y además un diámetro de sólo 30,60 mm y 6,10 de altura (todos los detalles técnicos, aquí).
La caja del tourbillon no tiene puente superior, para poder admirar su construcción, mientras que en el reverso la masa oscilante se ha aplanado para que quede una superficie calada, en la que resalta la decoración en guilloché (la del rochete se supone que tipo llanta, pero a mí me recuerda a un balón de fútbol).
En este caso la caja es de platino, también de 42 milímetros de diámetro y sólo 11, 65 de alto. Había olvidado decir que todas las esferas de los Villeret están esmaltadas a Grand Feu, que nunca pierde el brillo.
Francamente no encuentro nada que reprochar a ninguno de estos nuevos modelos.