Nuevos Girard-Perregaux 1966 con esfera azul
El 1966 se presenta en dos tonos de oro y esfera azul para convertirse en perfectos relojes de vestir
Ah, el Girard-Perregaux 1966. Icónico una y otra vez. Conocemos el concepto «reloj de vestir» desde siempre. Un reloj que indica horas y minutos, quizá también segundos, quizá también la fecha. Sabiendo que estos relojes alcanzan alrededor del 98% de las ventas totales de este mercado uno diría que el departamento de sorpresas hace mucho que está cerrado, ¿verdad? Pues no. Siempre hay algo que nos seduce.
Y si hablamos de seducción, Girard-Perregaux tiene un doctorado con sobresaliente cum laude. En el último año ha sorprendido con sus avances técnicos (como el Tri-Axial Tourbillon), pero sus colecciones clásicas 1945 y 1966 han mantenido siempre su esencia elegante y cautivadora.
Ahora, tras presentarlo en Baselworld, nos llega el 1966 con esfera azul, todo un dandy dispuesto a enamorar a primera vista. En primer lugar con la caja: tiene un diámetro de 41 mm. Ya sé que los puristas fruncen el ceño cuando algo sobrepasa los 39 o incluso los 38 mm, pero para mí 40 es la medida perfecta, y 41 admisible sin mayor problema porque ahora somos más altos y más grandes que hace una o dos generaciones. En realidad depende de la altura de la caja, más que del diámetro. Y en cualquier caso G-P ya tiene este mismo reloj pero en 38 mm, por lo que están todos los gustos cubiertos.
Se ofrece en oro blanco y oro rosa (aunque no me extrañaría que en el futuro apareciera una versión en acero, dado lo fiera que se está poniendo la competencia en este segmento) con una construcción que sigue el credo de los relojes de vestir: forma redonda, bisel pulido, cristal levemente abombado.
Dentro trabaja un calibre de manufactura automático, el GP01800-0004, con masa oscilante en oro y decoración en perlado y Côtes de Genève. Girard-Perregaux siempre sabe hacer simple lo bello, y este calibre es una prueba más de ello. Se mueve a 4 herzios y tiene una respetable reserva de marcha de 54 horas.
Pero más allá de la técnica el tour de force del reloj es su esfera que, gracias a la decoración rayos de sol, ofrece una gama de azules que imanta los ojos del que lo mira. Lo sobrevuela unas manecillas de horas y minutos exquisitas, y una aguja de segundos cuyo contrapeso está creado con un gusto excepcional. Un conjunto realmente precioso. Sólo una pega: incomprensiblemente la ventanilla tiene el fondo blanco, lo que rompe la armonía del dial. Ya decía el otro día, hablando del nuevo IWC Portugieser, que a este nivel de precio (y prestigio) estos detalles se deberían cuidar más. Estoy convencido de todas formas que se ha hecho así para mejorar la visibilidad de la fecha (por cierto con números elegantes), pero yo hubiera preferido sacrificarla.
La correa de cocodrilo está teñida en azul, lo que le da un toque que lo acerca al año que conmemora y más aún a los años 70, además de darle un leve aire informal que le permite codearse tranquilamente con unos vaqueros.
Aún no tengo una confirmación oficial de los precios, pero leo por ahí que estará en la zona de los 17.700 francos suizos.
En el vídeo adjunto podéis ver brevemente el reloj (a partir del segundo 0:33), y un poco más adelante el Vintage 1945 también en este azul que enamora. Y por supuesto tenéis la Ficha Técnica Completa.