En la muñeca: Zenith El Primero Chronomaster 1969 Tour Auto Edition
Un estilo diferente para un clásico
Vamos a mirar de cerca el reloj de Zenith que más opiniones ha levantado desde la aparición de la Edición Especial Rolling Stones: El Primero Chronomaster 1969.
En el caso del modelo dedicado a la septuagenaria leyenda de la música no hubo discusión: todo el mundo pensó que Biver le había dado un gusto a su hijo a costa de una leyenda como El Primero; el pobre reloj no sabía por qué le habían metido en ese embrollo, especialmente cuando ahí tenía Biver a Hublot, que es la marca utilizada para bodas, bautizos y comuniones por el omnímodo director de relojería del grupo LVMH.
La discusión con El Primero Chronomaster 1969 Tour Auto Edition está más en el más habitual territorio del «megusta/nomegusta», pero es que con los iconos -y El Primero es uno de ellos- las discusiones se vuelven muy acaloradas.
Nadie va a discutir el calibre El Primero, visible a través del cristal de zafiro aunque tapado en parte por el logotipo de la carrera que patrocina. El Primero no es sólo un calibre eficiente -y más aún con la incorporación del silicio como ya vimos en el Synopsis-, es además un movimiento precioso de ver por la disposición de sus elementos y su decoración.
Donde difieren los puntos de vista es en la estética de la esfera; pues bien si de gustos se trata, a mí este reloj me gusta mucho. Me parece que capta muy bien la estética de la época a la que se asocia la carrera. Hace poco revisamos en vídeo el Cobra Shelby de Baume & Mercier (se puede ver aquí) que también apela a esos mismos años y se puede ver que presenta los mismos criterios estéticos en lo que a colores se refiere: blanco, azul y rojo. El Zenith sin embargo es mucho más elegante, creo yo.
La caja de acero cepillado de 42 mm acoge a una esfera en la que caben dos subesferas para el cronógrafo (de 30 minutos y 12 horas) además de la ya habitual apertura en la zona noroeste del dial, todo bajo el paraguas de un cristal de zafiro abombado para acentuar el aire vintage. Además de los índices aplicados tenemos los pintados para los minutos, segundos y décimas de segundo, y un taquímetro. Pues bien, a pesar de ser una esfera tan ajetreada se ve todo bien al primer golpe de vista.
Como ya es habitual sobre el volante se haya el pequeño segundero en forma de aspa. En este caso cada una de las aspas lleva un color (azul, rojo y blanco), por lo que no es fácil saber cuál de las tres está marcando el segundo. En realidad es el aspa blanca, también tratada con SuperLuminova. No tiene mucha importancia porque la mitad del minuto no tiene indicadores, y además esta versión del calibre no tiene parada de segundero. Sin embargo estéticamente queda muy bien.
Los colores son vivos y transmiten un optimismo alejado de la gravedad que solemos encontrar en la relojería. La banda tricolor vertical es otra fuente de conversación: unos la interpretan como homenaje a la bandera francesa, los norteamericanos a la suya, supongo que los ingleses podrían asimilarla a su Union Jack… en realidad es simplemente un recuerdo de los colores habituales en las carreras de coches de los años 60 y 70. Al fin y al cabo, nadie piensa que la combinación de colores del TAG Heuer Monaco sea un homenaje a una bandera, ¿verdad?
La banda tricolor se extiende perfectamente alineada por la correa, de por sí muy bonita con -también- una combinación de azul en el exterior con apertura tipo racing que se abre sobre un interior rojo. Y también se repiten los acentos en los pulsadores del cronógrafo, por supuesto de pistón: azul para la puesta en marcha y parada del cronógrafo, rojo para la puesta a cero.
¿Y cómo queda el reloj puesto? Pues a mí me gusta mucho. Como decía antes la combinación de colores le da un aspecto muy vivo, casi veraniego. Yo no soy mucho de aperturas y seguramente me habría gustado más si la esfera estuviera cerrada, pero debo reconocer que esta me ha seducido.
No tanto el precio, sin embargo, que es de 10.000 euros. No es el El Primero más asequible, desde luego, pero sí uno de los más originales y en edición limitada a 500 unidades, por lo que retendrá mejor su valor que uno de la colección estándar. Mis dudas estarían entre éste y El Primero 410 que revisamos en esta entrada. Por cierto que todos los detalles están, como siempre, en su Ficha Técnica Completa.
Cuánto apostamos que se van a vender las 500 unidades muy rápidamente.