Hamilton lleva en esto de medir tiempos aéreos desde 1919, cuando la aviación tenía tanto de aventura excitante como de pizarra matemática en la que había que hacer cálculos precisos para no estrellarse. Además de su colaboración con el primer servicio de correo aéreo de Estados Unidos, Hamilton se convirtió en el reloj oficial de TWA, Eastern, United y Northwest en la década de los años 30.

Tener relojes de piloto no es, por tanto, algo sobrevenido para la marca, sino que está en la esencia de su historia. Su gama Aviation ha contado siempre con el favor de los seguidores de la marca porque ofrecían lo que más se busca: o un simple tres agujas o un complejo reloj apto para los cálculos aéreos. Aquí hemos visto dos ejemplos: el X-Wind Auto Chrono y el Khaki Chrono Worldtimer.

Tener complicaciones ayuda a destacar, pero cuando sólo se ofrece un tres agujas (y fecha), la competencia en los relojes de piloto es cruenta porque es un tipo de reloj que gusta mucho y hay, por tanto, infinidad de modelos. Así que el trabajo fundamental de estos Hamilton Khaki Air Race es hacerse notar. Para ello Hamilton ha optado por evitar el diseño puramente retro (como el de este modelo), entre otras cosas porque la Red Bull Air Race es una competición con modelos de ahora mismo, así que no tenía sentido darle aires antiguos.

Lo que sí ha mantenido es la esencia de los relojes de piloto: gran visibilidad para leer la hora rápidamente y tamaños grandes (42 mm) para que se vea bien… O no del todo, porque también ha lanzado una versión con esfera de 38 mm que apela a los relojes de la Segunda Guerra Mundial en adelante, que es cuando se usan relojes más pequeños. Las esferas negras corresponden a la edición llamada Team Hamilton. Ambas tienen los índices y los numerales grabados, de manera que se crea un relieve que remarca aún más su presencia (y mejora la lectura). Se han pintado de naranja para que incluso con en las posiciones más angulosas se puedan leer bien.

El modelo Official Timekeeper, también en 38 y 42 mm, se ha decorado con los colores de Red Bull: azul, gris y rojo. Es también muy llamativa aunque una pizca más sobria que la combinación negro y naranja. Además la esfera se ha decorado con un satinado vertical que le queda muy bien.

Lo que sí se ha mantenido de la estética retro son las manecillas en espada, que además estan caladas por secciones para que, una vez más, la lectura sea lo más precisa posible. También en la oscuridad, porque para estos Hamilton Khaki Air Race el fabricante no ha escatimado en tratamiento luminiscente, como debe ser. Casi dan ganas de estar siempre a oscuras.

El motor de estos instrumentos aéreos es el archiconocido H-10, el calibre de ETA que se mueve a 3 hercios para conseguir una reserva de marcha de 80 horas. En el cristal trasero hay una leyenda conmemorativa que recuerda su origen. Es la única referencia a las carreras de Red Bull, una buena idea para no limitar su proyección comercial.

Por último hay que decir que los relojes están disponibles con una correa de piel que sigue al pie de la letra lo que dicta la norma para un reloj de piloto, y con un brazalete satinado que está también muy bien ejecutado.

Y lo principal: precios atractivos.  Los Hamilton Khaki Air Race de 38 mm de diámetro con correa de cuero tienen un precio de 645 euros.  En ese mismo diámetro pero con brazalete el precio es de 695 euros. Si damos el salto a los 42 mm (que yo recomiendo), el precio también es de 695 euros para la versión de piel. En acero salta hasta 745 euros. Un incremento de sólo 50 euros para tener un brazalete es más que razonable. Los relojes ya están disponibles, y hay más información en Hamilton.es.