La casa de subastas Phillips acaba de adjudicar un reloj de acero de la colección A. Lange & Söhne 1815 «Homage to Walter Lange» por un total de 700.000 francos suizos. Un ejemplar único que alberga un calibre absolutamente inusual. Que el reloj sea un 1815 «Homage to Walter Lange» es perfectamente lógico: la colección 1815, año de fundación de la manufactura original, es la más tradicional de la casa porque rememora los relojes de bolsillo que hacía Ferdinand Lange en su tiempo. Por su parte Walter Lange tomó el nombre y la sabiduría relojera de su antecesor para refundar la casa relojera virtualmente de la nada y convertirla en, seguramente, la mejor manufactura actual.

Walter Lange contó toda su trayectoria vital en esta larga e interesantísima entrevista. En la cena de celebración de los 200 años del nacimiento de Ferdinand Lange, Walter mencionó de pasada su deseo de ver un calibre con una complicación de segundos muertos independientes (es decir, no dependientes del juego de ruedas que mueve tradicionalmente los segundos y minutos). Esta era una complicación que aparecía en algunos relojes de bolsillo creados por Ferdinand Lange en el siglo XIX y que a Walter Lange le apasionaba.

Walter nunca vio su deseo plasmado en un reloj, y falleció el año pasado mientras se celebraba el SIHH, a la edad de 92 años. En la edición del Salón ginebrino de este año la manufactura ha sorprendido a todos con la colección 1815 «Homage to Walter Lange», que es el reloj que el fundador quisiera haber visto. Se lanzó en las tres versiones de oro (amarillo, rosa y blanco) y en una versión única en acero, pensada para ser subastada y que el dinero recogido fuera a ayudar a niños en situaciones difíciles. Y ya sabemos que las ediciones de Lange en acero se cuentan con los dedos de una mano, así que se intuía que el valor iba a ser alto.

El reloj mide 40,5 mm de diámetro y 10,7 mm de altura, y comparte los rasgos clásicos de todos los 1815. Pero, al contrario que sus hermanos de colección, este reloj presenta mecanismo de segundos muertos que se puede poner en marcha y parar a voluntad, gracias a un calibre completamente nuevo.

El segundero independiente es el antecesor del cronógrafo y puede medir tiempos cortos fácilmente, o cosas sencillas como nuestras pulsaciones. Sin embargo la medida de episodios más largos es más compleja y por eso acabó sustituido por los cronógrafos. En el caso del 1815 «Homage to Walter Lange» los segundos muertos de la manecilla central arrancan o paran mediante un pulsador a las 2 horas.

El reloj presenta una minutería de ferrocarril tradicional con pequeño segundero a las 6 horas. Mientras que los modelos en oro se ofrecen con esfera plateada, numerales impresos y manecillas azuladas, la pieza única en acero presenta una esfera de esmalte negro, numerales aplicados y manecillas de acero pulido. También presenta el texto «Unique Piece» en el reverso.

El calibre L1924 es una delicia; como siempre en Lange. En concreto el que se ve aquí arriba corresponde a la versión de oro blanco, de ahí que no tenga el texto mencionado. Por supuesto hace uso de la platina de 3/4 tradicional de Glashütte, las nervaduras, los tornillos azulados, los rubíes en chatón y la regulación mediante cuello de cisne. Y todo con el inmaculado acabado que ofrece Lange. Y además con la misma estructura de los relojes de bolsillo con esa complicación (de los que se hicieron unos 300).

El nombre del calibre, por cierto, está tomado del año de nacimiento de Walter Lange.

Mientras que las versiones de oro cuestan 47.000 euros, este A. Lange & Söhne 1815 «Homage to Walter Lange» en acero ha alcanzado un precio de 700.000 francos suizos, que al cambio de hoy son 585.700 euros. El dinero íntegro irá a Children Action, y el afortunado comprador podrá comprar también, si lo desea, el número 1 de cada una de las versiones de oro. Cosa que todos haríamos, sin duda. Más información en ALangeSöhne.com.

1941- El relojero Walter Lange, a sus 17 años, trabajando en la empresa familiar

Walter Lange a los 90 años