Son días de celebración en Piaget Iberia por cosas que no tienen que ver con el negocio (y por eso son más alegres) y además la marca está promocionando su idea «Sunny Side of Life», así que es un buen momento para repasar estas dos variaciones del Piaget Polo S, el reloj deportivo de lujo de la marca que por primera vez se presenta en oro rosa y con una correa de aligátor.

Es verdad que la campaña «Sunny Side of Life» está enfocada a las mujeres y que la marca cada vez se centra más en el cliente femenino, que es su público natural. Baste decir que en el nuevo número de la revista publicada por la marca  (llamada simplemente «Piaget Magazine») sólo 17 páginas de 108 tienen presencia masculina. Pero eso no le resta validez al Piaget Polo S, que a mí siempre me ha gustado porque es una clara opción cuando lo que se busca es «un buen reloj de una buena marca».

El Polo S apareció en 2016 y ya repasé los dos modelos -automático y cronógrafo- con fotos en vivo y vídeo en este artículo. Un año después lanzó una nueva versión en que el bisel estaba recubierto de ADLC negro (también lo vimos con fotos en vivo). En ambos casos los relojes eran de acero, porque de ahí viene la S de su nombre: steel (acero). Ahora bien, en el arte es en la única faceta humana en la que saltarse las leyes establecidas no tiene efectos adversos. Eso ocurre también con la aparición del oro rosa en los Piaget Polo S: le sienta estupendamente. Por cierto que al oro en heráldica también se le llama Sol, así que ya hay contenido para la S, por si alguien quiere justificarla. Lo digo porque como Piaget tiene un escudo de armas y los suizos son muy dados a calzar historias para justificar decisiones estéticas, pues ahí lo tienen, dos de los más tradicionales colores en heráldica: Azur y Sol. El escudo, por cierto, va grabado en el rotor del calibre. La versión más llamativa es la del rotor azul:

Las cajas siguen manteniendo los 42 mm de diámetro y una altura de 9,2 mm (el Automatic) y 11,2 mm (la versión de cronógrafo), lo que los hace perfectos para llevar con un traje. La versión de oro rosa sigue el mismo criterio estético del acero y presenta la parte superior del bisel satinada, en contraste con el pulido del lateral. Es una combinación que en este caso encuentro muy elegante, y que da verdadera sensación de objeto de lujo. Lo hace con el acero, así que mucho más con el oro.

Las esferas no han variado un ápice en su estructura: tienen el mismo patrón de nervaduras horizontales y la misma ventana de fecha trapezoidal. También los mismos índices con borde pulido y las agujas más agresivas. La casa dice que son manecillas Dauphine, pero no son esas las formas que uno tiene asociado a las Dauphine. En cualquier caso le quedan muy bien al reloj, y son ellas en conjunto con los índices los que aportan el aire deportivo al Piaget Polo S. Por supuesto en la versión de oro es este metal el que se encarga de remarcar cada elemento.

Tampoco ha cambiado nada en las entrañas de las dos versiones porque Piaget desarrolló dos calibres nuevos específicamente para los Polo S. El 110P es el que anima la versión de tres agujas y fecha. Es automático, oscila a 4 hercios y tiene 50 horas de reserva de marcha. Y su decoración es muy bonita: masa oscilante azul o antracita con el escudo Piaget grabado, tornillos azulados en los puentes, Côtes de Genève circulares, platina perlada y puentes biselados. Por su parte el 1160P que se ve aquí debajo es un cronógrafo con las mismas capacidades técnicas y decoración, y añade rueda de pilares y embrague vertical.

Ya he dicho antes que el reloj es a la vez deportivo y elegante, y con la versión de oro rosa ambas características se acentúan. Sobre la muñeca el reloj tiene un equilibrio perfecto que hace que te lo pongas y te olvides. No te acuerdas de que lo llevas… hasta que te acuerdas de darte el gusto de mirarlo -sea la versión automática o la de cronógrafo-.

Además por primera vez el Piaget Polo S se presenta con una correa de piel, en este caso de aligátor teñida en azul. Les queda a cual mejor. Cierto que el reloj es hermético hasta los 100 metros y con una correa de piel no puedes sumergirte, pero ¿quién lo hace, ni siquiera con la versión con brazalete de acero? Pues con las nuevas correas a cambio de no zambullirte tienes un reloj más que elegante. Y encima la correa abarata el precio sensiblemente: la versión automática de acero cuesta 8.900 euros, y la de cronógrafo tiene un precio de 12.200 euros. Para conseguir la versión con brazalete de acero hay que pagar un sobreprecio de 2.100 en el tres agujas y 2.500 en el crono, que se puede hacer muy cuesta arrriba. A pesar de lo bueno que es el brazalete, yo tengo clara mi preferencia. Los precios de la versión de oro son de 23.000 euros y 30.300 euros respectivamente. Los relojes ya están tentándonos desde la web del fabricante, Piaget.es.