Zenith Chronomaster El Primero Grande Date Full Open: fotos en vivo y precios
Una combinación de estilos muy seductora para un El Primero distinto
En realidad este Zenith Chronomaster El Primero Grande Date Full Open no es un lanzamiento actual, sino que lo vimos por primera vez en Baselworld 2017. Y como Zenith lleva dos años en los que le han ocurrido más cosas juntas que nunca antes, la verdad es que este reloj había quedado un poco olvidado. Por recapitular, en dos años Zenith ha pasado por la dimisión de su énesimo Director General, la toma de los mandos de Jean-Claude Biver, el posterior nombramiento de Julien Tornare como nuevo Director General (aquí se puede leer la entrevista que le hice), la reestructuración de la colección y la aparición de nuevas versiones del calibre El Primero -ya vimos en vídeo los nuevos Defy 21-, además del Defy Lab, el reloj mecánico más exacto del mundo. Por cierto que se suponía que íbamos a ver modelos de producción seriada del Defy Lab este año, pero por ahora el reloj no parece salir del laboratorio. Ya veremos.
Como se puede ver no es que la marca haya estado parada precisamente. No es de extrañar por tanto que un modelo que no atrae tantos focos porque no alberga ninguna novedad rompedora pase desapercibido, como le ocurre a este Zenith Chronomaster El Primero Grande Date Full Open. Sin embargo ahora he vuelto sobre él y debo reconocer que me ha cautivado más de lo que me pensaba, seguramente por la combinación insólita de elementos tan dispares que, unidos, resultan extrañamente compatibles y con un atractivo que te gana rápidamente a nada que lo tengas un ratito puesto.
En la reestructuración de la colección de Zenith se ha intentado poner remedio a su principal problema (como ya conté en este artículo): El Primero no es un reloj, es sólo un movimiento. Por eso ahora los relojes que equipan el excelente y longevo calibre se llaman Chronomaster, para intentar deflactar el obstáculo. Pero Zenith se queda a medias porque lo que estampa en la esfera, justo debajo del nombre de la marca y con el mismo tamaño es «El Primero», con lo que el objetivo se pierde. Más aún, todo en este reloj va encaminado a ensalzar el motor, lo cual no es mal en sí mismo, pero te hace pensar si todo el esfuerzo no hace sino confundir al usuario.
Se llame de una manera o de otra, el caso es que el reloj me gusta mucho. En esta versión la caja pasa a tener 45 mm de diámetro, que sin embargo no lo parecen cuando lo llevas puesto gracias a la forma de las asas, que por cierto conservan ese aire marcial característico, con ángulos muy marcados.Y por cierto es hermético hasta 100 metros, lo que se agradece.
Como el Zenith Chronomaster El Primero Grande Date Full Open apenas tiene bisel todo el protagonismo se lo lleva la esfera, que luce así sus argumentos en toda su gloria. Esta es la primera vez que vemos un esqueletado completo de un El Primero Big Date. Entiendo que como el que compra algún derivado del calibre lo hace precisamente por tener ese movimiento, el esqueletado es una opción lógica porque permite admirarlo en toda su gloria, por delante y por detrás.
A las 2 horas aparece la gran fecha, dos discos con arábigos también esqueletados que, cuando pasan por una ventana remarcada en blanco señalan la fecha. Para que se lea sin problemas hay un fondo rojo. Justo debajo está el contador de 30 minutos con el azul que tradicionalmente usa Zenith y que coincide con el anillo de cronógrafo del borde de la esfera. Enfrente está el pequeño segundero, y debajo la subesfera del sol y la luna. Que es, claro, la auténtica sorpresa del reloj.
Es más grande que los otros dos registros y está hecha con un nacarado y una casi explosión de color que no sólo se agradece en un reloj tan racional; es que también enamora fácilmente porque tiene una estética que recuerda la del Art Déco o el Art Nouveau. Resulta muy sorprendente y a la vez encantador. Una gran idea sin duda.
¿A que es muy llamativo el contraste? Porque el resto de la esfera, con sus poderosas manecillas e índices reclama su ubicación entre los cronógrafos sin concesiones. Pero la indicación de sol y luna es puramente poética. Y para acompañarla por la noche el tratamiento de Super-LumiNova acude siempre presto.
Si el calibre se deja ver por delante, lo mismo ocurre, lógicamente, por detrás. Recordemos que este El Primero 4047B es un movimiento automático que se mueve a 36.000 alternancias a la hora. Es decir, 5 hercios. La reserva de marcha es de al menos 50 horas y, lo que es más importante, lleva el áncora y la rueda de escape de silicio para hacerlo más resistente a los campos magnéticos.
Hay tres versiones del Zenith Chronomaster El Primero Grande Date Full Open: la que vemos aquí está realizada en acero y tiene una correa de piel de caimán negra revestida con una protección de caucho y con una hebilla desplegable. Su precio es de 10.600 euros. También está disponible con brazalete de acero, que incrementa el precio hasta los 11.100 euros y en mi opinión es demasiado frío. Por último está disponible con una caja de acero y oro rosa, que tiene un precio de 12.200 euros y es muy interesante porque el oro acompaña muy bien a la ventana de fases lunares. En resumen, un El Primero distinto y muy logrado. Más información en Zenith.es.