Seiko Presage Urushi Byakudan-nuri Maki-e: fotos en vivo y precio
Pura historia decorativa japonesa en un reloj clásico y contemporáneo a la vez
Seiko Presage Urushi Byakudan-nuri Maki-e. Nunca Seiko había sido tan internacional -mundial incluso- y curiosamente nunca había tenido un reloj con un nombre tan absolutamente japonés: de las siete palabras que lo componen sólo una no es japonesa. Mucha gente se sorprende de la cantidad de modelos nuevos de Seiko que aparecen a lo largo del año. De hecho mucha gente se sorprende de la cantidad de modelos de Seiko de los que yo hablo, pero en realidad a mí se me quedan muchos en el tintero porque sencillamente no tengo capacidad para dar cabida a tantos como me gustaría, so pena de convertir la web en un sitio dedicado exclusivamente a la marca. Y aún así es cierto que últimamente la más importante casa de Oriente aparece muy a menudo por aquí. Y hay que irse acostumbrando, por dos motivos fundamentalmente: el primero porque me gusta Seiko (lo cual no es un misterio), y el segundo porque la dimensión de Seiko como fabricante no tiene parangón en la industria Suiza.
No hay una empresa relojera que se acerque a su capacidad de fabricación y diseño (de relojes mecánicos, me refiero). Por supuesto hay grandes grupos cuyas ventas consolidadas superan a todo el mundo (léase el Grupo Swatch o el Grupo Richemont), pero como empresa individual no creo que haya quien se pueda comparar. Quizá si Rolex quisiera podría fabricar tantas unidades como Seiko (aunque lo dudo mucho), pero a desarrollo de nuevos modelos, no hay quien gane a Seiko. Que, además, ofrece un nivel de calidad muy alto incluso cuando se mueve en la gama baja de precios. En eso es única.
Todo esto viene a cuento porque el nuevo Seiko Presage Urushi Byakudan-nuri Maki-e es otro ejemplo de cómo Seiko sabe aunar técnicas decorativas con una tradición de siglos (que en la relojería suiza resultan prohibitivas), un calibre de manufactura y unas formas contemporáneas que quedan bien en casi cualquier muñeca. Y todo ello a unos precios que hacen palidecer a su competencia. Pero antes de hablar de datos técnicos yo creo que es importante definir cada uno de los términos que aparecen en el nombre (por cierto que si lo dices bien, rápido y seguido a la primera, te invito a una cerveza), además de los otros símbolos que aparecen.
¿QUÉ ES URUSHI (漆絵)?
Urushi (también escrito 漆繪) significa, simplemente, laca. De manera más específica es la resina que se extrae del árbol de la laca, una planta originaria de Japón usada desde el período Jōmon (datado en 12.000 años antes de Cristo) que se hizo especialmente popular a partir del período Nara del siglo VIII. Curiosamente es un producto muy tóxico, hasta el punto de que el nombre de la planta es Toxicodendron vernicifluum. Así que mejor lavarse las manos después de usarla. Cuando se extrae tiene un color entre amarillo y grisáceo que tras ser horneado a 400 grados adquiere un tono marrón oscuro. Sin embargo a pesar del proceso de calentado no pierde su contenido de agua, por lo que siempre mantiene su aspecto lustroso característico. Mezclado con polvo de metal y pigmentos adquiere los distintos colores usados (sobre todo negro y rojo).
El urushi tiene otra propiedad interesante: es un excelente pegamento. De ahí que se usara como adhesivo para unir las empuñaduras de las hachas de piedra. El Urushi fue utilizado posteriormente por sus propiedades antisépticas y conservantes para proteger objetos valiosos (como muebles e instrumentos musicales) del desgaste, para acabar siendo un elemento de obras de arte.
Como ya conté en la entrevista con el maestro relojero Shun Muroyama, en Japón el trabajo manual y artesanal está muy valorado, y por eso Seiko siempre cita por su nombre a quien se encarga de estas labores. En este caso es Isshu Tamura, un maestro de 61 años muy conocido por sus plumas de escritura, utensilios lacados y por supuesto relojes. Tamura lleva ya muchos años trabajando con Seiko.
Lo primero que debe hacer el artesano para crear las esferas de los relojes es pulir la base metálica de la esfera con carbón. No uno cualquiera, sino el llamado carbón Suruga, que se extrae en la prefectura de Shizuoka y que es el preferido por su grano fino y dureza óptima.
Una vez la esfera se ha pulido se extiende la laca urushi, y se introduce en el horno. Es el artesano el que mide el tiempo de horneado, dependiendo de las condiciones atmosféricas del momento. Una vez fuera, se vuelve a pulir con el carbón. Este proceso se repite tres veces para que la base de laca quede adherida de manera uniforme a la esfera.
¿QUÉ ES BYAKUDAN-NURI (白檀塗)?
Tras dos semanas y los tres horneados y pulidos, se aplica la capa intermedia. En este caso se espolvorea polvo metálico dorado y sobre el se aplica una capa de urushi semitransparente de color bermellón (llamada Shu-urushi 朱漆). Se hornea y se pule de manera que bajo la laca brillan las motas doradas. Este Seiko Presage Urushi Byakudan-nuri Maki-e está inspirado, según Seiko, en el sol del amanecer, pero como todas las obras artísticas están sometidas al ojo de quien las observa, a mí las esferas me recuerdan más a esas fotos del sol en toda su potencia (como esta, por ejemplo).
Por último se aplica la capa superior de laca transparente o Suki urushi (透漆). Una vez salida del horno se pule primero con el carbón de Suruga y después con polvo de piedra de amolar en distinto grado de finura para alcanzar la textura deseada.
Byakudan-nuri es una técnica que se ha utilizado durante siglos para decorar la laca Urushi y, debido a la complejidad de la artesanía, se reservó exclusivamente para su uso en lugares y objetos de alto estatus, incluidos templos, santuarios y en la armadura de los Señores de la guerra Shogun. Byakudan se traduce como sándalo, porque la superficie tiene el color del fruto de esa hierba.
¿QUÉ ES MAKI-E (蒔絵)?
El Maki-e es una técnica de lacado decorativo que utiliza polvos de varios tipos espolvoreados sobre laca húmeda para crear diseños. Los polvos pueden ser metálicos (como en este caso), Kanshitsu-fu (乾漆粉) -que quiere decir laca urushi seca- o pigmentos. Por supuesto no basta con rociar con polvo la superficie de lo que va a ser el indicado de reserva de marcha. Después el artesano debe distribuir el polvo con un pincel y después refinar el acabado.
Como hay tanto trabajo a realizar en este reloj, las esferas se hacen no sólo por Isshu Tamura, sino por varios artesanos de su taller de lacado.
EL SIGNIFICADO DE LA LUNA CRECIENTE
La luna creciente no es un simplemente un elemento decorativo recurrente en Seiko (lo hemos visto en los Shippo hace poco, por ejemplo). Tiene una significación histórica y cultural en Japón. Replica el símbolo encontrado en el casco de Date Masamune (伊達 政宗), que vivió a caballo -nunca mejor dicho- del siglo XVI y XVII. Masamune fue un Daimio (大名), el soberano feudal más poderoso entre el siglo X y el XIX. Fue un señor ambicioso y belicoso, pero también era un promotor de las artes y la apertura al extranjero (si quiera por su deseo de tener la tecnología occidental).
De hecho una delegación suya fue la primera que viajó a Roma e incluso a España en 1615 (la llamada «Embajada Keichō»), tras haber pasado por América. Esto último era obligado porque partieron hacia Europa por el Pacífico (como no podría ser de otra forma). Al mando iba Hasekura Rokuemon Tsunenaga (支倉六右衛門常長), un samurái que acabó convirtiéndose al cristianismo con el nombre de Felipe Francisco de Fachicura.
Por cierto que al menos 5 de sus delegados se quedaron permanentemente en Coria del Río, en Sevilla, siendo ese el origen del apellido español «Japón». Masumune fundó la ciudad de Sendai, y murió respetado como hombre sabio y gran estratega militar. La luna creciente simboliza parte de la historia cultural de Japón, y evoca la época de los samurai. Por eso se usa como contrapeso de muchos de los relojes de Seiko.
SEIKO PRESAGE URUSHI BYAKUDAN-NURI MAKI-E EDICIÓN LIMITADA SPB085
Ahora que ya tenemos el contexto de lo profunda y orgullosamente japonés que es este reloj y la cantidad de trabajo -manual, no olvidemos- que lleva involucrado, vamos a ver cuáles son sus características principales.
La caja es de acero inoxidable y tiene 40,5 mm de diámetro y 12,8 mm de altura, y está completamente pulida a espejo. Y, como siempre en Seiko, es hermético hasta 100 metros, como deberían ser todos los relojes -como mínimo-. Otro de los rasgos distintivos del reloj es su corona, que siempre es grande para manejarla bien y con la inicial grabada, lo que le da un toque extra de elegancia. Además el cristal es de zafiro de doble curvatura con revestimiento antirreflectante.
La esfera presenta unos numerales romanos alargados, lo que les quita parte de su seriedad innata para hacerlos más actuales (aunque parezca un contrasentido). Tanto los numerales como las manecillas están realizados en un lacado blanco pero matizado, para que no resulte excesivamente frío. Y aplicado a mano también. A las 3 horas aparece el registro de los días de la semana, mientras que a las 6 se aloja el de la fecha. A las 9, claro, la reserva de marcha, que es en realidad de 45 horas. El conjunto se mueve bien entre los relojes de vestir, pero con su tamaño y la mezcla de colores no tiene ningún problema en llamar a puertas menos serias.
Por dentro opera el calibre 6R21, un movimiento automático más que conocido que oscila a 28.800 alternancias a la hora (es decir, a 4 hercios) y que además permite la cuerda manual y sobre todo la parada de segundero cuando se tira de la corona (que no es roscada), lo que permite poner en hora el reloj de manera precisa. Estos calibres nunca son un dechado de decoración, pero aún así Seiko permite verlo a través de un zafiro posterior. Podría habérselo ahorrado y nadie diría nada, especialmente para asegurarse la hermeticidad de 100 metros. Pero son estos detalles los que te dicen que la casa no escatima en sus ofrecimientos.
Digamos por último que este Seiko Presage Urushi Byakudan-nuri es una edición limitada y numerada de 2.000 unidades, entregadas en una caja especial. Está disponible a la venta desde primeros de diciembre en puntos seleccionados de Seiko. Su precio es de 2.500 euros que, sabiendo todo lo que ofrece y todo lo que lleva detrás, me parece de lo más ajustado e inalcanzable en la relojería de otros países. No sólo eso: conociendo cómo vuelan las ediciones especiales de Seiko, lo mejor es acercarse a la boutique de Seiko en Madrid (o donde pille más cerca) y reservarlo ya. Más información en Seiko.es.
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