Desde hace unos de años hacia acá Greubel Forsey presenta dos caras: por un lado sus relojes extraordinariamente complicados y con cajas imponentes y por otro relojes mucho más sencillos y en cajas más fácilmente domables en la muñeca. Se puede ver en los relojes que presentaron en el SIHH 2015 (sí, las fotos son terribles). Por supuesto, aunque el reloj sea más sencillo los dos relojeros mantienen su obsesión por los acabados exquisitos, probablemente los que mayor número de horas se lleven de toda la industria. El Greubel Forsey Balancier Contemporain no es una excepción.

En este caso el tamaño es también una complicación, ya que la idea era encajar en una caja de oro blanco de 39,6 mm de diámetro y 12,21 mm de altura su conocido -y reconocido- volante. En 2017 Greubel Forsey presentaron un volante -completamente desarrollado por ellos, por supuesto- con un diámetro de 12,6 mm, que garantiza óptima estabilidad cronométrica. Con el fin de permitir un ajuste fino del momento de inercia, el borde del volante está equipado con seis tornillos de oro, avellanados para garantizar una aerodinámica perfecta al reducir la fricción del aire. El resultado es una mayor precisión cronométrica y una mayor facilidad de ajuste por parte del relojero. Este exclusivo órgano regulador fue lanzado inicialmente en una edición limitada denominada Balancier, que vimos aquí en vivo. Pero el Balancier tenía un diámetro de 43,5 mm, y en relojería 3,9 mm es un mundo. Y si te los quitan puede ser un abismo.

El objetivo de este Greubel Forsey Balancier Contemporain era por supuesto encajar el volante, pero además añadir los demás elementos de manera armónica para conseguir un equilibrio perfecto; estéticamente agradable pero también funcionalmente efectivo: los elementos se tienen que ver bien y la lectura ha de ser sencilla e instantánea. Y todo ello construido como a GF le gusta: con una arquitectura tridimensional que dota a sus relojes de unas formas reconocibles por su profundidad.

La indicación de horas y minutos, descentrada a las 2 horas, usa agujas de acero pavonado pulidas a mano y centros pulidos planos, junto con las aberturas que revelan el volante Greubel Forsey, el rodaje y el puente de tres patas tridimensional. En la posición de las 10 horas, en un nivel levemente más bajo, un puente escarchado a mano (decoración que de hecho se usa en los tres puentes que acogen la información) sirve de sustento para la indicación de la reserva de marcha, con una fina manecilla de acero pavonado. Justo debajo, entre las 8 y las 9 horas, el puente que sostiene el registro del pequeño segundero deja entrever el barrilete de oro que ostenta la inscripción Greubel Forsey. El volante se alza sobre un fondo  pulido a espejo,  que devuelve la luz y hace que destaque aún más. Por encima el puente que lo sujeta está pulido en negro, una técnica que hace que, según incida la luz, el pulido de espejo parezca negro. Una locura decorativa.

El calibre manual del Greubel Forsey Balancier Contemporain consta de 255 componentes, todos elaborados a mano. El volante tiene una frecuencia de 21.600 alternancias a la hora y está dotado de una reserva de marcha de 72 horas. En este caso no se ve porque se ha preferido taparlo con otro de los motivos favoritos de de Robert Greubel y Stephen Forsey: los textos grabados a mano. En el centro destaca una placa circular de oro rojo grabada con el logotipo de GF y el número de la pieza dentro de la edición limitada.

A su alrededor, un puente de oro blanco, grabado en relieve con los valores de Greubel Forsey, repetidos una y otra vez, con acabado en pulido especular. Este credo destaca aún más por los característicos rubíes engastados en chatón de oro, con contrafresaduras pulidas. El fondo, sujeto por tornillos de seguridad de oro, lleva las firmas “Greubel Forsey” y “Balancier” repujadas y pulidas sobre fondo punzonado a mano.

¡Esto sí que es auténtica «lectura del tiempo»!

GREUBEL FORSEY BALANCIER CONTEMPORAIN SERTI

También se ha lanzado el Greubel Forsey Balancier Contemporain Serti, que en este caso tiene una caja de 41,6 mm de diámetro. El tamaño aumenta porque todo el bisel tiene diamantes engastados (serti significa engaste). Más aún, es un «engaste misterioso», una técnica patentada en 1933 por Van Cleef & Arpels que además mejoraría en 1938 cuando patentó una técnica para que ese mismo engaste se pudiera realizar en superficies curvas.

La técnica del engaste invisible es muy compleja, por lo que conlleva muchas horas de trabajo:

• Se buscan piedras preciosas (en el caso de este reloj son diamantes) que emparejen muy bien, ya que deben coincidir en color y tamaño
• Los diamantes se tallan de manera que encajen perfectamente uno con otro tocándose por el filetín
• Se realiza a cada lado del diamante y por debajo del filetín un canal especial muy sutil.
• La montura se realiza con unas guías especiales por las que se deslizan las piedras preciosas.

El canal debe realizarse en lo alto del pabellón ( la parte inferior del diamante) para evitar que se refleje por la parte superior, gracias a los brillos y reflejos del diamante. El resultado es espectacular, porque se ofrece un mar de diamantes que parece que se sostienen en el aire como por arte de magia, ya que no se ve armazón alguno.

Llama la atención que, aunque el Greubel Forsey Balancier Contemporain Serti esté lleno de diamantes, la esfera resulta muy sobria porque, aunque las manecillas horarias se mueven sobre una esfera de madreperla, esta tapa todos los mecanismos que sí se ven en la versión «normal». Además se ha prescindido del color de las manecillas y el fondo del volante tiene el mismo escarchado que los puentes, por lo que el reloj resulta más homogéneo y no llama tanto la atención (si no reparamos en el brillo de los diamantes, me refiero).

Para este modelo la manufactura no ha facilitado precio. Para la versión estándar sí: 195.000 francos suizos, a los que hay que añadir el IVA. Es una edición limitada a 33 unidades, y hay más información en GreubelForsey.com.