La historia y los modelos de Vacheron Constantin Overseas, en vídeo
Una excelente familia de relojes con una historia prolongada
Si te paras a pensar, las grandes casas relojeras han hecho desde hace casi dos siglos relojes que sirven para medir tiempos cortos, que es la base del deporte, pero en realidad sólo han hecho relojes deportivos -pero con la exclusividad que las caracteriza- desde los años 70. El caso de Vacheron Constantin es aún más llamativo, porque después de unirse a ese nuevo nicho de mercado lo abandonó durante años, hasta que lanzó el que vino en llamarse Vacheron Constantin Overseas. El nombre de Overseas (ultramar, en español), pega muy bien con los otros contendientes en la pugna por el liderato de los relojes elegantes: Royal Oak (el acorazado británico) y Nautilus (el submarino ideado por Julio Verne, pero cuyo nombre proviene del crustáceo Nautilus, tal como vimos aquí). Y sin embargo, cuando la manufactura entró en la competición el nombre no tenía nada que ver con los aires marinos de los demás. Vamos a ver cómo se gestó esta familia de relojes.
Aunque no lo parezca, Vacheron Constantin tardó en llamarse así 64 años, ya que fue en 1819 cuando François Constantin, el hábil comerciante que expandió el negocio relojero, se unió a Jacques Barthélémi Vacheron, nieto del fundador, a quien dirigió la frase que todavía rige el ideal de la manufactura: «Hazlo mejor si es posible, y siempre es posible». Pero la historia comenzó en 1755, el año en que Jean-Marc Vacheron lanzó el primer reloj con su nombre y además, como consta en los registros de Ginebra, toma su primer aprendiz, lo que marca el comienzo de la manufactura.
En 1977 la marca celebraba su 222 aniversario, y para celebrarlo lanzó su primer reloj deportivo, llamado así, 222. El lanzamiento tenía todo el sentido, porque, como decía, en 1972 Audemars Piguet inauguró la categoría de reloj deportivo elegante, seguido en 1976 por Patek Philippe y su Nautilus. Ambos fueron diseñados por Gerald Genta, y mucha gente piensa que el 222 también. Pero en realidad lo diseñó Jorg Hysek, que aunque no es muy de mi gusto ha tenido una prolongada carrera en relojería, trabajando para otros y diseñando sus propios relojes.
El 222 tenía una estética tan distinta a lo que era habitual en la marca que hizo dar un respingo a los seguidores más fieles. Quizá fuera esa la causa de que el reloj se fabricara sólo hasta 1985. En 1996 apareció su sucesor, que se llamó Overseas. Seguía el mismo principio de reloj deportivo elegante, e introdujo el bisel con forma de la Cruz de Malta, el símbolo de Vacheron. Originalmente era de 37 mm de diámetro y después también de 35 y 24 mm.
En 2004 el Overseas creció hasta 42,5 mm, incorporó esferas con textura,una gran fecha en el cronógrafo y la cruz de malta también en el brazalete. Aquí se pueden leer las últimas incorporaciones de la segunda edición de los Overseas.
Pero como siempre es posible hacerlo mejor, y a pesar de que en 20 años se habían producido unos 60.000 Overseas, el gran cambio llega en 2016 cuando Vacheron introduce una gama completa pero esta vez ya con calibres propios, que era el punto débil de los anteriores modelos. La gama lanzada abarca todos los modelos y tamaños, incluido por supuesto un cronógrafo (que se puede ver en vivo aquí), que pierde la gran fecha para dejar su sitio al nombre de la manufactura. También introduce un Horas del Mundo que es de los más bonitos del mercado, si no el que más.
Los calibres no sólo son propios, sino que además están certificados con el Sello del Punzón de Ginebra. Eso no sólo significa garantizar la mejor precisión, sino que el nivel de acabados es máximo: todas las piezas están decoradas a mano. Incluso las partes que no se ven. Los cantos son biselados y los biseles pulidos a espejo. Un auténtico derroche de alta relojería.
Vacheron siguió con la expansión de la gama Overseas, y en 2018 incorporó unas esferas negras -que llamó Vacheron Constanstin Black y que se pueden ver con fotos en vivo aquí– que consiguen remarcar tanto el carácter deportivo -especialmente en el cronógrafo- como el elegante. A ello contribuye el contraste entre el pulido a espejo del bisel y el satinado de la caja, que es una constante de todos los relojes de la familia.
También se lanzó un reloj con segundo huso horario el llamado Dual Time que vimos en vivo aquí-, cuya aguja para fijar la hora en origen, al ser más grande y pintada de color diferente aumenta el aspecto deportivo, especialmente en el modelo plateado con aguja roja. El indicador de día y noche recuerda a los antiguos telégrafos de las salas de máquinas de los barcos. Todas las indicaciones se manejan con la corona, salvo la fecha que se cambia con la corona secundaria, que esta roscada porque el Overseas tiene un hermeticidad de hasta 150 metros.
El calendario perpetuo es uno de los más bonitos y elegantes, gracias entre otras cosas a su delgadez de menos de 9 milímetros. A las indicaciones habituales de día y fecha se añade una indicación de los años bisiestos muy singular. Normalmente en los calendarios perpetuos hay dos manecillas, una para los meses y otra para los años. Aquí se ha optado por una única manecilla, por lo que los meses de los cuatro años aparecen en la subesfera, agrupados de tres en tres. El año bisiesto está marcado en azul. El reloj está explicado con fotos en vivo aquí.
Y en 2019 Vacheron ha lanzado uno Overseas con Tourbillon, uniendo de nuevo la alta relojería con el carácter deportivo, y es una preciosidad en mi opinión. La caja es de 42 mm por tan solo 10,1 mm, y en el calibre destaca el rotor periférico.
Otra de las características de los Overseas son sus correas y brazaletes intercambiables, con sistema de uso sencillísimo que permite un cambio de aspecto en un suspiro. Los modelos de acero vienen con tres posibilidades: brazalete de metal, correa de caucho y correa de piel de cocodrilo. Y hay que ver lo bien que le sientan todas, y lo mucho que cambia el aspecto incluso cuando tienes altas complicaciones como el tourbillon o el calendario perpetuo.
Con toda la calidad técnica y de acabados los precios de los Overseas no están al alcance de cualquiera. Si nos fijamos sólo en los modelos de acero, el tres agujas y fecha cuesta 20.300 euros. El GMT 24.600 euros. El cronógrafo 29.300. El WorldTimer cuesta 37.600, el calendario perpetuo 77.000 euros y el tourbillon 114.000 euros. Pero como digo, por esos precios te estás llevando uno de los mejores relojes que se puede encontrar ahora mismo, con una factura impecable y distinto -y no tan trillado- como los modelos de la competencia. Más información en Vacheron Constantin.es.