Patek Philippe 5172G Cronógrafo: Fotos en vivo y precios
Un porte más informal y mayor tamaño en el nuevo cronógrafo manual de la manufactura
Patek Philippe no puede hacer nada sin que haya movimientos tectónicos en nuestro pequeño mundo porque es una de esas marcas que muchos consideran como la base de la religión relojera, y por tanto cualquier cambio importante convoca un concilio, a menudo en negativo. No se tiene en cuenta que para conseguir la eternidad hay que evolucionar, porque si no se pasa de la divinidad a sólo el mito. El nuevo Patek Philippe 5172G es el ejemplo de lo bien que entiende la manufactura la diferencia entre uno y otro y cuál debe ser su papel.
CALIBRE DE MANUFACTURA CH 29-535 PS
El cronógrafo 5170 es el antecesor de este Patek Philippe 5172G y ha estado reinando desde su aparición en 2010 hasta este año. Desarrollar un calibre cronógrafo no es sencillo, especialmente cuanto te llamas Patek y de ti se espera sólo lo mejor.
Así que cuando apareció el 5170 con un calibre que sustituyera el Nouvelle Lemania (llamado CH 29-535-PS) casi se examinó más el reloj por detrás que por delante. Y eso que en realidad había debutado en 2009 en el Ladies’ First Chronograph (referencia 7071).
Nueve años después de la aparición del 5170 nos hemos acostumbrado a verlo (brevemente durante las ferias, por desdicha) pero, cuando de verdad te paras a examinarlo, te das cuenta de qué bonita puede ser una máquina. Y no me refiero a la decoración, que como siempre es impecable y hecha a mano, sino las sinuosas formas de sus engranajes y la suavidad de su funcionamiento. De eso se encargan los dientes de las ruedas, que han sido optimizados, y el reajuste de los martillos de reseteo (ambos avances están patentados).
Y también la rueda de pilares que, como siempre en Patek, está cubierta con una tapa pulida. Esta tapa se añade para evitar un posible desencaje del diente que sujeta el pilar correspondiente si hubiera alguna sacudida. Que no ocurre nunca, claro, pero Patek cuida hasta de los imposibles.
La frecuencia de su volante, por cierto, es de 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 65 horas.
UN NUEVO ENFOQUE
La caja Calatrava de 39 mm, los numerales Breguet y la forma de las manecillas otorgaban al 5170 una presencia muy clásica. El nuevo Patek Philippe 5172G, sin embargo, tiene sus referencias estéticas en una estética vintage que ya hemos visto en otros modelos de Patek recientes.
Si volvemos la mirada a 2017 nos encontramos con la aparición del 5320 calendario perpetuo, que es claramente un antecesor del nuevo crono y uno de los perpetuos más bonitos del mercado.
Los numerales y la posición de las dos subesferas (por debajo del ecuador del reloj) también han aparecido en el muy celebrado cronógrafo y calendario perpetuo 5270P que ya vimos en vivo.
Debido a esa estética vintage los pulsadores del crono del Patek Philippe 5172G son ahora de pistón, que es el único pero que le pongo al reloj. Siempre me parecen más elegantes los pulsadores cuadrados (rectangulares más bien) que llevaba el 5170.
También he leído críticas por ahí sobre la excesiva decoración de las asas, con ese triple facetado -que debe ser una pesadilla de pulir-, pero a mí me parece que va acorde con la estética Art Déco del reloj.
Tanto los numerales -de oro blanco- como las manecillas de jeringuilla están tratados con Super-LumiNova. Por cierto que la posición del pequeño segundero y del contador de 30 minutos por debajo del eje central del reloj no es una rareza: se ha hecho intencionadamente para evitar las falsificaciones.
EN LA MUÑECA
Con una caja de 41 mm de diámetro y 11,45 mm de altura, el Patek Philippe 5172G se lleva perfectamente en la muñeca. Y, a pesar de la gran cantidad de esferas azules que hay en el mercado, el tono del reloj resulta distinto y francamente elegante.
Para acentuar su lado más deportivo el reloj se entrega con una correa de piel (no de cocodrilo), aunque -eso sí- con un cierre plegable de oro blanco, como la caja. El Patek Philippe 5172G tiene un precio de 67.430 euros, que es seguramente su punto más débil porque se tiene que enfrentar a una bestia como el Lange 1815 (51.000 euros) o el Vacheron Constantin Cuernos de Vaca (73.000 euros en platino). Más información en PatekPhilippe.es.