Perrelet Turbine Pilot: vídeo, fotos en vivo y precio
A las características esferas de doble rotor de la casa y sus buenos acabados se une un nuevo calibre de manufactura
Perrelet celebró en 2019 el décimo aniversario de su tecnología de doble turbina, que es lo que más fama les ha dado, para lo que lanzó la colección Turbine Evo, a la que además ha dotado de un calibre nuevo y propio. La colección se compone -por ahora- de cuatro modelos, en lo que destaca su presencia única y la calidad de sus acabados.
Abraham Louis Perrelet (1729-1826) está considerado como el creador del movimiento automático, llamados entonces «relojes de temblor» porque sólo se cargaban agitándolos, ya que no tenían llave para darlos cuerda. De hecho la fama de esos también llamados «relojes perpetuos» es lo que impulsó a la zona de donde procedía Perrelet, Le Locle, como región relojera, algo que ha perdurado hasta hoy. Así que los movimientos mecánicos automáticos han estado siempre en la esencia de la casa.
En 1995 Perrelet lanzó el Dipteros, un reloj que tenía un doble rotor (una idea que también ha usado Dior, por ejemplo).
El concepto de doble rotor es de hecho el que ha dado fama a Perrelet, particularmente cuando en 2009 presentó el modelo Turbine, que le da al reloj un aspecto mucho más personal y potente. Dado que la inspiración viene de la turbina de un avión a reacción, tiene toda la lógica que la casa lanzara una versión específicamente de piloto.
Los Perrelet Turbine Pilot en realidad aparecieron en 2015, pero es ahora cuando de verdad los relojes tienen argumentos de sobra para enfrentarse al mercado con todas las garantías. Hay que recordar que Perrelet pertenece al Grupo Festina, lo que significa que no sólo tiene el respaldo financiero de un grupo tan potente; es que además tiene a su disposición a Soprod, la fábrica de movimientos del Grupo Festina.
Por eso los nuevos relojes son mucho más de lo que eran, y muestran el camino (correcto, a mi entender) que debe seguir la marca: mantener su aspecto singular con una calidad cuidada, y un calibre a la última.
GRAN TAMAÑO, PERO PONIBLE
Los Perrelet Turbine Pilot tienen un diámetro de 48 mm. Es una medida sorprendente, porque puesto no parece tan grande como en realidad es. La razón estriba en que la altura es de 13,65 mm, por lo que la relación entre las dos medidas está bien balanceada. No es un reloj pequeño, por supuesto, pero sí es cómodo en la muñeca. Además, el acero está recubierto de PVD negro lo que, además de darle más resistencia al uso diario, disminuye la sensación de tamaño.
El delgado bisel lleva grabada una escala de millas y kilómetros, que se combina con una regla deslizante interior que sirve para hacer diversos cálculos durante el vuelo, incluida una cuenta atrás. Por supuesto todos esos cálculos ya los hace una computadora, pero mantener esa unión con el primer uso que tuvieron los relojes en la aviación es siempre bienvenido, y además hace más interesante al reloj. La regla se maneja con la corona a las tres, mientras que el cambio de hora y la cuerda manual se realiza con otra corona, más discreta, a las 9. Para que sea más fácil dar cuerda, la corona tiene una pestaña que se despliega para poder agarrarla mejor.
CUATRO VARIACIONES DE COLOR
Por supuesto en todos los Perrelet Turbine Pilot la configuración es la misma, con la única variación del acento aplicado en la esfera. Esta es además más compleja de lo que parece, porque usar el efecto turbina añade más capas de lo habitual al dial. Así, bajo el cristal de zafiro superior nos encontramos otro sobre el que se han aplicado los índices y numerales, además de ubicar las manecillas. Bajo estas aparecen las 12 palas de la hélice, y bajo estas unas bandas como las utilizadas en la señalización aérea, en un color a juego con los numerales.
La hélice gira de manera instantánea en cuanto hay el mínimo movimiento, ya que las aspas de aluminio tienen unos contrapesos de tungsteno que aceleran el movimiento. Es tan rápido que en realidad no se nota hasta que se va parando. Por eso, una de las pegas que uno podría pensar, que resultara mareante, no ocurre en absoluto. Es más, es un movimiento sutil.
Los relojes están bien dotados de Super-LumiNova, así que la lectura en la oscuridad no es ningún problema.
CALIBRE CERTIFICADO
Como decía arriba, el tener bajo el mismo paraguas un fabricante de calibres es una enorme ventaja. Festina ha dado ha Perrelet libertad para crear sus propios calibres, y el resultado es el nuevo P-331-MH. Perrelet se ha asegurado de que el movimiento esté a la altura de lo que se espera hoy en día. Mejoras en el diseño del áncora, en el tren de engranajes e incluso en la lubricación, además de la inclusión de un doble amortiguador para contrarrestar los movimientos bruscos o las caídas. Todo ello ha hecho posible que los Perrelet Tubine Pilot puedan presumir del certificado Chronofiable, que somete a los relojes a pruebas muy duras de envejecimiento, de hermeticidad, de magnetismo, etc. Y además el reloj debe tener el certificado COSC de cronometría.
Es, por tanto, un calibre muy bueno. La única pega que se le puede poner es que la reserva de marcha es de sólo 42 horas. Afortunadamente el reloj lleva un cristal trasero que nos permite ver el movimiento.
Los Perrelet Turbine Evo tienen una correa integrada de piel con la parte interior de caucho, además de un cierre plegable también de acero con PVD negro. Salvo en el «Camo» que, como su nombre indica, tiene una correa de camuflaje realizada en caucho y con hebilla normal.
El precio de los Perrelet Turbine Evo es de 4.980 euros, un precio con el que entra a competir con grandes marcas, pero ante las que ofrece un calibre a la última, buenos acabados y una estética muy distinta a lo habitual. Hay más información en Perrelet.com.