En la muñeca: Sixties Iconic de Glashütte Original
Un reportaje fotográfico con los Sixties Iconic de la manufactura Glashütte Original, un homenaje a su historia y un gran éxito comercial en 2015
Esto sí que ha sido una sorpresa navideña: ayer Glashütte Original -de la mano de MRA Comunicación– nos invitó a unos cuantos afortunados a una comida de Navidad presidida por su vicepresidente de ventas, Dieter Pachner, y se trajo consigo la colección Sixties Iconic, un exitazo de la marca en toda regla y que está prácticamente agotada.
Y digo que es una sorpresa porque hace un par de semanas estuve en la manufactura (viaje que ya resumiré en un artículo) y ni si quiera allí tenían los relojes, tal ha sido su éxito. Se ha distribuido en las boutiques de la marca y se han vendido prácticamente todos en un suspiro.
En realidad antes de la aparición de estos Sixties Iconic la gama Sixties existía desde hace cuando menos 3 años en la colección de Glashütte Original. Su origen está en el Spezimatic, un reloj producido en los años del telón de acero en los que toda la relojería alemana de Sajonia estaba concentrada en una sola fábrica sin distinción de marca. En aquel entonces, y salvo honrosas excepciones, la GUB (Glashütter Uhrenbetrieb) sólo producía relojes funcionales de tres agujas o tres agujas y fecha. Pero, aún viviendo bajo el yugo comunista, la GUB era hija de su época, y las esferas se llenaban de los colores del momento como único medio para ofrecer algo distinto a sus compradores. Esas esferas se guardan en los archivos de la manufactura.
GO retomó esas esferas para crear la colección Sixties que, por las vueltas que dan los gustos en la moda, nos parecieron muy atractivas en su estilo retro.
Como se puede ver se respetó la esencia del reloj de entonces pero modernizándolo. Pero si la colección Sixties ya existía, ¿por qué de repente los Sixties Iconic han resultado tan arrebatadores? Porque Glashütte Original se ha soltado la coleta y se ha ido a los colores más chillones y llamativos que se produjeron en su momento, en vez de sólo el plateado, el negro y el azul. ¡Y nos ha encantado a todos sin excepción!
El hecho es que la casa tiene su propia fábrica de esferas en la ciudad de Pforzheim que todavía conserva, aparte del archivo histórico de esferas, incluso la maquinaria de estampación original. De hecho conserva incluso mucho de los modos originales de producción porque si hay algo que no ha variado demasiado en la relojería es la cantidad de mano de obra necesaria para fabricar los relojes, a pesar de lo mucho que ha ayudado la tecnología.
En realidad se dejaron de utilizar las estampadoras antiguas por que no daban abasto para tanto como era -y es- necesario fabricar, así que dejaron paso a máquinas como las de arriba que en una fracción de segundo descarga 200 toneladas sobre la placa metálica. Sin embargo se ha recuperado para dos de los modelos de los Sixties Iconic, el Brown y el Grey.
Como ya expliqué en su momento y con estas fotos en la muñeca se puede apreciar mejor, los relojes respetan todos los patrones de los Spezimatic: cristal curvado (aunque es de zafiro, no de Hesalite), esferas curvadas y manecillas que siguen la curvatura del dial. Todo tiene un rabioso aire retro.
La altura de la caja se mantiene en unos contenidos 9,4 mm que le permiten ajustarse bajo los puños de la camisa sin mayor problema. Ello es gracias al calibre de manufactura 39-52 que, sin ser el más delgado del mundo, con 4,3 mm permite acotar la altura del guardatiempos de manera satisfactoria. G O ha querido dejar a la vista el movimiento, y además totalmente: el zafiro posterior permite verlo entero, sin cortes. Y con todos los rasgos de los relojes Glashütte: platina de 3/4, ajuste de cuello de Cisne y nervaduras Glashütte. Y por supuesto el rotor con las grandes Ges de la casa (por otro lado el planteamiento estético más cuestionado por casi todo el mundo).
Un detalle que trae el reloj a la modernidad es la presencia de SuperLuminova en las manecillas y en los puntos sobre los índices para facilitar la lectura en la oscuridad, pero sin perder el aire vintage.
Por cierto que el SuperLuminova se inyecta -literalmente- a mano sobre los puntos y manecillas.
Y si en las fotos de estudio el reloj seducía de manera arrebatadora, puesto en la muñeca el efecto aumenta; es difícil elegir con cuál quedarse.
Éste es el Acqua:
Éste es el Brown, con su patrón romboidal:
El otro estampado «auténtico» es el Grey, con esa decoración tipo «gotas de rocío».
Probablemente el más «serio» sea el Golden, pero cuando lo llevas puesto un rato, como hice yo, la verdad es que te empieza a conquistar irremediablemente.
Pero sin duda la estrella para todo el mundo es el Red, con esa esfera fuego que mezcla un degradado de rojo al naranja y cuya decoración rayos de sol hace que el juego de matices sea infinito.
En fin, como digo es extraordinariamente difícil elegir uno (qué triste ser pobre). Como su precio es de 6.300 € y ya no quedan muchos, si te ves en la tesitura de poder comprar uno, yo no lo dudaría. Aunque siempre queda el Sixties estándar.
Pero claro…