Swiss Alp Watch: una broma muy seria de H. Moser & Cie
No es lo que parece, ni mucho menos
Edouard Meyland, Director General de H. Moser & Cie, sigue con su particular cruzada para educar al público sobre qué es -o qué debe ser- un reloj inteligente. Su propuesta es el Swiss Alp Watch, inspirado en el Apple Watch.
El Swiss Alp Watch se lanza cuando todavía no sabemos cuántos relojes ha vendido Apple, lo que no deja de ser curioso porque va para el año de su lanzamiento y siempre dan cuenta de los millones del iPhones vendidos. En cualquier caso se habla de 7 millones de unidades. Si es verdad son muchísimos. Si es sólo la mitad sería también muchísimo para no tener ni un año. Seguro que muchas casas relojeras envidian sus cifras, cualesquiera que sean. Lo que sí está claro es que el reloj ha marcado tendencia y, una vez más, cuando se habla de un artículo tecnológico de referencia se vuelve a pensar en Apple.
Moser ya nos tomó el pelo con el lanzamiento de un «reloj inteligente» que no era sino el maravilloso Funky Blue (aquí puedes leer la noticia y aquí el vídeo que hice en su momento). Ahora lanza el Swiss Alp Watch, que se parece mucho al Apple Watch pero no lo es, y lo hace con una campaña de YouTube hecha con el mismo «aire» que el Apple Watch pero en el que sugiere que la verdadera actualización es pasar a un reloj mecánico, no tener uno de pila de litio.
En realidad el reloj ya existía. Antes de la reestructuración de la marca tras la compra por parte de la familia Meylan había un modelo, el Henry Double Hairspring, que tenía misma forma de tonel y diversas esferas.
Para esta nueva campaña «ten vida, actualízate a un reloj mecánico» Moser ha modicado la caja -de oro blanco- para hacerla parecerse a la del Apple Watch y le ha dado la misma medida de 38,2 x 44 mm. También ha modificado las asas para que se parezcan a las del reloj inteligente, que a su vez las toma de las habituales en los relojes del primer cuarto del siglo pasado (y que podemos ver en los Radiomir de Panerai). Afortunadamente la corona sigue siendo la misma, y en la posición correcta. La esfera se ha hecho más limpia y, por supuesto, fumé, la marca de la casa. Preciosa en verdad.
El calibre HMC 324 es también el mismo que llevaba el Henry Double Hairspring… pero sin el doble espiral, una de las grandes invenciones de la manufactura. Sí que incluye un espiral Straumann, claro, porque es propiedad de la casa a través de su empresa Precision Ingeneering. Y por supuesto el escape intercambiable de la casa. El volante oscila a 2,5 hercios (18.000 alternancias/hora), lo que contribuye a que la reserva de marcha sea de 4 días.
El conjunto se ata al pulso con una correa muy bonita de Kudu -la favorita de la casa- con el interior en un verde precioso. Es una edición limitada a 50 unidades a un precio de 24.900 dólares, lo cual me parece un precio muy bueno para todo lo que te estás llevando: caja de oro, calibre de manufactura, esfera maravillosa y correa única.
Otra cosa distinta es el concepto, que me parece equivocado. La «broma» funcionó muy bien con el Funky Blue, pero lanzar un reloj que es una copia exacta del Apple Watch suena raro. Como a la aceptación de la superioridad del reloj de Cupertino en cuanto a diseño y a trascendencia, e incluso en el nombre (Alp suena muy parecido a Apple). Hereda por tanto los mismos defectos (excesivamente femenino en la forma, demasiado relamido en la construcción de la caja) y además obliga al poseedor a meterse en una absurda batalla: «es igual que tu Apple Watch pero es mejor porque es un reloj mecánico». Las cosas bellas deben hablar por sí mismas, no necesitar un «contexto», una explicación. En fin, no va más allá de una folie de Eduard Meylan que no tiene mayor trascendencia, pero es de esperar que no haya muchas más de estas porque no sé si beneficia a la marca (salvo por la mayor exposición en los medios) o incluso a la relojería en general.
Lo que sí quiero preguntarle -si puedo- en el SIHH si ha contemplado el renacer de la caja rectangular. Eso si estaría muy bien.