De Bethune DB25 Starry Varius: el firmamento en la muñeca
El nuevo De Bethune DB25 Starry Varius tiene todo lo bueno de De Bethune, personalizado
De Bethune ha vuelto a la escena relojera en Baselworld 2018. En realidad no se había ido, pero ha pasado por un período de inestabilidad financiera que puso en verdadero peligro su continuidad. Eso hubiera sido un disgusto para todos los que amamos sus relojes, porque De Bethune siempre ha tenido una mirada distinta de la relojería que a muchos nos encanta. Su filosofía encaja más con lo que se hacía en el siglo XVIII: instrumentos con el máximo rigor científico pero construidos buscando también la máxima belleza. Un buen ejemplo es este De Bethune DB25 Starry Varius.
De Bethune nació en 2002 nada menos, aunque parece que es una marca mucho más joven. Desde entonces han creado 30 relojes nuevos y 26 movimientos propios. Esto es realmente espectacular para una manufactura que produce no más de 200 relojes al año y dice mucho de la capacidad de su fundador, Denis Flageollet, que es relojero de profesión. Los relojes de De Bethune son absolutamente inconfundibles, tanto por su imaginación (como prueba el vídeo del DB25 Quetzacoatl) como por sus elementos constructivos más habituales. Uno de ellos es la esfera de intenso azul que aparece en numerosos relojes de la casa, de los que el último que vimos con fotos en vivo fue el DB25L Milky Way.
El azul fue un descubrimiento casual. Ocurre que De Bethune utiliza volantes de titanio y, en una ocasión, calentaron el material y se dieron cuenta que al hacerlo el metal pasaba del gris a un intenso azul. De esta manera Flageollet unía la tradición relojera del esmaltado del siglo XVIII con la técnica moderna. El titanio primero se pule a espejo, después se le aplica un lacado protector y por último se azula en el horno. El resultado es una superficie espectacular que ha acabado por convertirse en marca de la casa y cuyos grados de azul dependen de cómo incida la luz. Pero antes de hablar de la esfera vamos a ve los datos del envoltorio exterior.
Uno de los problemas que tenía De Bethune es que tradicionalmente sus cajas eran muy grandes, lo que limitaba sus ventas en algunos mercados claves para su supervivencia, ya que los relojes de alto precio necesitan tener buena aceptación allí donde hay dinero. El De Bethune DB25 Starry Varius tiene una caja de 42 mm de diámetro y tan solo 8,8 mm de altura, lo que le permite convivir con cualquier latitud mundial. Además está construido en titanio, lo que significa que compensa una posible queja por el tamaño -estoy pensando en muñecas orientales- con la ligereza del conjunto. Las asas también han sido rediseñadas de manera que ahora nacen más cerca del borde inferior del reloj, lo que favorece la comodidad cuando se lleva. El resultado es excelente, porque el reloj es como una pluma en la muñeca.
¿De dónde viene el nombre de De Bethune DB25 Starry Varius? Cuando lo pronuncias recuerda al del más famoso fabricante de violines de la historia, Stradivarius. Es un origen que se empareja con la idea de fabricación que tiene de De Bethune: intenso trabajo manual para conseguir piezas exquisitas. Pero el reloj tiene una característica aún más importante para la estrategia de De Bethune: la personalización. Y es que la manufactura ofrece la posibilidad de estampar en la esfera el cielo que elija su futuro propietario. En este modelo se ha plasmado la Vía Láctea, pero puede ser cualquier otro firmamento.
El conjunto de estrellas se consigue aplicando láser sobre la superficie para después rellenarlo con diminutas láminas de oro y con esferas también de oro aplicadas a mano. El firmamento está rodeado por un anillo plateado que contiene las horas en números romanos, también resaltadas con esferas de oro rosa pulido y a las que apuntan unas manecillas Breguet también en oro. El conjunto es a la vez clásico y contemporáneo, de una belleza poco habitual hoy en día en la relojería.
A través del zafiro posterior del De Bethune DB25 Starry Varius se puede apreciar el calibre DB2005, un movimiento precioso en su sencillez y simetría. Ostenta otro de los elementos clásicos de De Bethune: el puente con forma de flecha redondeada. Bajo él se aprecian los dos barriletes encargados de suministrar energía durante 6 días. Todos los ángulos están biselados a mano, como también están pulidos a mano los chatones en los que se acoplan los rubíes. Pero sobre todo resalta las llamadas Côtes de Bethune, llamadas así porque irradian desde el centro y exigen por tanto una precisión perfecta para que no se noten diferencias.
El volante no es un círculo cerrado sino que está formado por dos secciones. Esto es una construcción que ya habíamos visto, por ejemplo, en el Jaeger-LeCoultre Geophysic. Se hace así para que haya menos fricción del aire y por tanto más exactitud. En este caso está hecho en titanio azulado y cada sección integra dos contrapesos en oro. Dentro se aloj un espiral de con terminal curvo que regula el escape de silicio. El conjunto se mueve a 4 hercios (28.000 alternancias a la hora). También integra un triple amortiguador, un sistema patentado por De Bethune.
El De Bethune DB25 Starry Varius, por último, se entrega con una correa de aligátor y una hebilla de titanio. El precio de esta unidad es de 60.000 francos suizos (unos 50.500 euros a fecha de hoy), pero con la personalización el precio puede variar. Yo con gusto pagaría ese dinero por una belleza como esta. Más información en DeBethune.ch.