Eberhard Tazio Nuvolari Chronograph. Fotos en vivo
Mismo homenaje pero con modelos más atractivos
Hacía tiempo que no teníamos a Eberhard & Co. en Horas y Minutos. La casa ha pasado una época en la que dio un paso atrás para reorganizarse y poder afrontar mejor el futuro y, cuando estaba a punto de volver por sus fueros, llegó el Covid y dejó a todo el mundo en casa. Y Eberhard, que incomprensiblemente no tiene aún comercio online, ha pasado un tiempo de silencio, acrecentado después por una carestía de componentes que la ha dejado KO durante este tiempo. Pero ahora parece que reinicia sus actividades fuera de Suiza. En concreto en España tiene un buen aliado, que es Perodri y sus varios puntos de venta por el territorio.
Y esta nueva etapa comienza con uno de sus productos estrella: los cronógrafos Eberhard Tazio Nuvolari.
Tazio Nuvolari fue un extraordinario corredor que estuvo nada menos que 26 años en activo, desde 1924 a 1950 (58 años tenía entonces, y moriría 3 años después). Su palmarés es impresionante y en él destaca la hazaña que da origen al modelo que estamos revisando: en 1935 estableció, al mando de su Alfa Romeo, una nueva marca: un kilómetro en 11 segundos y una milla en 17 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 336 km/h. Eberhard lanzó su primer reloj homenaje en 1992, y ha seguido haciéndolo desde entonces.
Tazio Nuvolari nació en 1892. Es decir, hace ya 130 años. Y hace 90 años de su año dorado, 1932, en el que ganó más carreras que nunca a bordo de su Alfa Romeo de 8 cilindros. Por eso estos dos cronógrafos se han presentado en Italia, en un acto conmemorativo.
Los dos nuevos Eberhard Tazio Nuvolari mantienen las mismas cotas que ya conocíamos: una caja de acero con 41 mm de diámetro y una altura de 13,20 mm. Lo que más llama la atención es el taquímetro exterior. Y no porque esté expresado en millas, que también (aunque hace homenaje a la milla rápida de Tazio), sino porque toda la superficie está perlada. Esto ayuda a la hora de esconder roces, pero también hace más difícil repararlos y, en mi opinión, sobrecarga la figura del reloj. Pero esto siempre va en gustos, claro.
Dada la época que rememora el reloj, la corona es grande y sobresale para facilitar su manejo con guantes de conducir, y está roscada para facilitar la hermeticidad hasta 50 metros. Los pulsadores son rectangulares, a juego con el espíritu de la pieza.
Si hablamos de la esfera, lo primero que nos encontramos es un taquímetro en el flanco inclinado. Éste si, en kilómetros. La esfera está decorada con patrón helicoidal que le da sensación de profundidad porque el centro parece estar en un plano inferior.
Como buen instrumento de carreras, los Eberhard Tazio Nuvolari priman la legibilidad. Así, tiene unos grandes numerales arábigos -impregnados de Super-LumiNova y unas agujas de bastón con la longitud adecuada para una lectura precisa. Ese es el motivo por el que ha prescindido de las tres subesferas, además de que la esfera queda más equilibrada. En la subesfera superior hay un contador de 30 minutos y, enfrente, un contador de 12 horas.
Por primera vez aparece una esfera «panda», que le queda muy bien al reloj.
En la cumbre de su carrera, el poeta Gabriele D’Annunzio le regaló una pequeña tortuga de oro con la dedicatoria «Al hombre más rápido del mundo, el animal más lento». Tazio lo consideró su amuleto de la suerte, así que se lo cosió en el jersey amarillo que usaba para las carreras (de ahí el color amarillo en la manecilla del crono), lo imprimió en su papelería y lo pintó en el lateral del avión personal. Y por eso siempre aparece en los Eberhard Tazio Nuvolari.
Dentro del reloj se mueve el venerable Valjoux 7750, lo que garantiza fiabilidad y durabilidad más que demostrada. Es, como ya sabemos, un calibre automático que se mueve a 4 hercios y tiene una escasa reserva de marcha de 48 horas. En la versión de brazalete viene con un fondo cerrado, pulido a espejo y decorado con la firma de Nuvolari.
Sin embargo, en la versión Panda sí se puede ver el movimiento.
Además el rotor se ha decorado con la figura de Tazio en su mítico Alfa Romeo, realizada en oro de 18 quilates.
La versión de esfera negra del Eberhard Tazio Nuvolari se entrega con un brazalete propio de la marca, que ella llama «Chassis». Tiene un cierre plegable de mariposa con la tortuga grabada sobre un fondo satinado.
La versión panda, por su parte, viene con una correa de cuero vintage con pespuntes amarillos, que era el color de la suerte para el piloto. Es la versión más atractiva, creo yo.
Los precios de ambos Eberhard Tazio Nuvolari no se han definido aún, pero estarán en el entorno de los 3.500 euros, imagino. Estarán disponibles en los distribuidores autorizados de la marca en noviembre. Más información en EberhardAndCoWatches.com.