Grand Seiko SBGW295 en titanio y laca japonesa Urushi y Maki-e
El primero de las celebraciones
Este año de 2023 marca el 110 aniversario del primer reloj de pulsera creado por Seiko. Para celebrarlo la casa lanzó el modelo Presage Laurel Re-Edition que vimos aquí, una atractiva reinterpretación de aquel reloj inaugural. No exactamente igual, pero si con el mismo espíritu. Ahora se une a la celebración este Grand Seiko SBGW295. Hay que reconocer que está un poco traído por los pelos, porque el primer Grand Seiko apareció en 1960. Es decir, 47 años después del Laurel.
Además ya se han hecho varias versiones como el primer Grand Seiko (por ejemplo estas), por lo que, en principio, este Grand Seiko SBGW295 no sería un lanzamiento particularmente reseñable. Pero sus características constructivas sí que lo hacen distinto, y para bien.
La caja es elegante y compacta, con un diámetro de 38 mm, una altura de 10,9 mm y asas cortas. Muy de su época, es sencilla, abombada en su conjunto y menos afilada que los modelos posteriores (la Gramática del Diseño que marca las normas de cómo ha de ser un Grand Seiko aún no estaba definida en 1960). Eso sí, está totalmente pulida con la técnica Zaratsu (sin distorsión). Una diferencia importante para este nuevo modelo es que la caja es de titanio endurecido brillante (una aleación especial que es más brillante y reacciona mejor al pulido y es dos veces más dura que el acero inoxidable).
No es la primera vez que se utiliza este titanio en un Grand Seiko 1960, pero lo que sí es novedoso de este Grand Seiko SBGW295 es que esté combinado con las lacas japonesas Urushi y Maki-e. Voy a explicar qué es cada una usando un texto de otro artículo.
¿QUÉ ES URUSHI (漆絵)?
Urushi (también escrito 漆繪) significa, simplemente, laca. De manera más específica es la resina que se extrae del árbol de la laca, una planta originaria de Japón usada desde el período Jōmon (datado en 12.000 años antes de Cristo) que se hizo especialmente popular a partir del período Nara del siglo VIII. Curiosamente es un producto muy tóxico, hasta el punto de que el nombre de la planta es Toxicodendron vernicifluum. Así que mejor lavarse las manos después de usarla. Cuando se extrae tiene un color entre amarillo y grisáceo que, tras ser horneado a 400 grados, adquiere un tono marrón oscuro. Sin embargo, a pesar del proceso de calentado no pierde su contenido de agua, por lo que siempre mantiene su aspecto lustroso característico. Mezclado con polvo de metal y pigmentos adquiere los distintos colores usados (sobre todo negro y rojo).
El urushi tiene otra propiedad interesante: es un excelente pegamento. De ahí que se usara como adhesivo para unir las empuñaduras de las hachas de piedra. El Urushi fue utilizado posteriormente por sus propiedades antisépticas y conservantes para proteger objetos valiosos (como muebles e instrumentos musicales) del desgaste, para acabar siendo un elemento de obras de arte.
Como ya conté en la entrevista con el maestro relojero Shun Muroyama, en Japón el trabajo manual y artesanal está muy valorado, y por eso Seiko siempre cita por su nombre a quien se encarga de estas labores. En este caso es Isshu Tamura, un maestro de 66 años muy conocido por sus plumas de escritura, utensilios lacados y por supuesto relojes. Tamura lleva ya muchos años trabajando con Seiko.
Lo primero que debe hacer el artesano para crear las esferas de los relojes es pulir la base metálica de la esfera con carbón. No uno cualquiera, sino el llamado carbón Suruga, que se extrae en la prefectura de Shizuoka y que es el preferido por su grano fino y dureza óptima.
Una vez la esfera se ha pulido se extiende la laca urushi, y se introduce en el horno. Es el artesano el que mide el tiempo de horneado, dependiendo de las condiciones atmosféricas del momento. Una vez fuera, se vuelve a pulir con el carbón. Este proceso se repite tres veces para que la base de laca quede adherida de manera uniforme a la esfera.
A continuación, se aplica la capa superior de laca transparente o Suki urushi (透漆). Una vez salida del horno se pule primero con el carbón de Suruga y después con polvo de piedra de amolar en distinto grado de finura para alcanzar la textura deseada.
Por último, Seiko aplica un proceso patentado propio que hace que la laca permanezca inalterable al paso del tiempo.
¿QUÉ ES MAKI-E (蒔絵)?
El Maki-e es una técnica de lacado decorativo que utiliza polvos de varios tipos espolvoreados sobre laca húmeda para crear diseños. Los polvos pueden ser metálicos, Kanshitsu-fu (乾漆粉) -que quiere decir laca urushi seca-, o pigmentos. Por supuesto, no basta con rociar con polvo la superficie: después el artesano debe distribuir el polvo con un pincel y refinar el acabado.
En el caso de este Grand Seiko SBGW295 se ha utilizado oro para los índices y el logotipo. El color negro y el tono frío de la caja se equilibran con la calidez y riqueza de los marcadores y las agujas. Las agujas doradas son las tradicionales de Grand Seiko, siempre excelentes, y están curvadas a mano para seguir la curvatura de la esfera y el cristal.
Dentro de la caja del Grand Seiko SBGW295 se encuentra el conocido calibre 9S64 de cuerda manual. Almacena 72 horas de reserva de marcha y está regulado de +5 a -3 segundos por día. Presenta una decoración clásica y es visible bajo el fondo transparente de la caja.
El SBGW295 se entrega con dos correas. La primera utiliza otra artesanía japonesa, una técnica de tejido conocida como yoroiori, que se utilizaba antiguamente para fabricar armaduras de samurái. La segunda opción es una correa de cuero negro flexible. El reloj se sujeta a la muñeca mediante un triple cierre desplegable de titanio endurecido brillante con pulsador.
El Grand Seiko SBGW295 es una edición limitada a 500 unidades y tiene un precio de 14.000 euros. Ya se puede reservar en las boutiques de Grand Seiko. Más información en GrandSeiko.es.