Calidad y Precio: Nuevo Tissot V8
Una calidad intachable para un reloj de cuarzo de su precio, además de un diseño atractivo
Normalmente en Horas y Minutos hablamos de relojes mecánicos, pero eso no quiere decir que no tengan cabida los relojes de cuarzo. Cuando hay una propuesta que aúna diseño, calidad y precio merece la pena mencionarlo, y ese es el caso que nos ocupa: el nuevo Tissot V8.
Ya sabemos de la intensa relación que tiene Tissot con el deporte, fruto de la cual ha producido numerosísimos relojes. Aquí hemos visto por ejemplo el T Race Touch La Vuelta 2016 (con fotos en vivo en este artículo). los dedicados al Tour de France (aquí) o el que se ata a la muñeca Jorge Lorenzo, pero también tiene relojes que simplemente toman los códigos de los relojes de deporte para presentarlos sin una asignación determinada a ninguna disciplina específica.
Ese es el caso del PRS 516 Automatic Chronograph que analizamos con fotos en vivo aquí. El Tissot V8 pertenece a la primera categoría porque se inspira en el mundo del automovilismo para ofrecer una pieza atractiva a un precio muy interesante.
Tissot es uno de los grandes «monstruos» relojeros, con una capacidad industrial que pocos pueden igualar en Suiza o fuera de ella. Ello le permite aplicar economías de escala y crear productos que ofrecen más por el mismo o menor precio sin mermar la calidad. Y como ejemplo, el Tissot V8. El modelo era un clásico de la casa que ahora se relanza.
Tiene una caja de acero inoxidable 316L, que es el acero quirúrgico por ser hipoalergénico, con unas cómodas medidas de 42,5 x 11,22 mm. Mezcla partes satinadas y pulidas que le dan un toque más refinado, con una distancia entre asas de 22 mm. Destaca el color del bisel: es el verde clásico del mundo de las carreras y sobre él se ha impreso una escala taquimétrica. Lo que no es clásico es el cristal, porque afortunadamente es de zafiro.
La esfera es muy atractiva, con los numerales del 12, 4 y 8 en negro sobre blanco que recuerdan a cómo se veían los números en los coches de carrera de otros tiempos. Las tres subesferas se inspiran en los cuentakilómetros de los salpicaderos, especialmente las dos superiores: además de las escalas y numerales pintados en blanco tienen un realce circular metálico, con lo que además quedan perfectamente remarcadas. Los índices tiene la forma clásica de punta de flecha y están facetados para mejorar la lectura.
Al ser las manecillas de acero y sin pintar se pueden perder por la esfera, pero el blanco de la impregnación luminiscente compensa el efecto. Por cierto que en la oscuridad brilla en azul, un cambio muy bienvenido sobre el verde tradicional. Pero a la manecilla de los minutos no le habría venido mal una mayor longitud de luminiscencia para distinguirla bien de la de las horas (aunque esta sea más ancha).
La función del cronógrafo es bastante completa: a las 3 tiene una manecilla que mide las décimas de segundo que funciona de manera continua durante los 30 primeros segundos y después se para en 0 (para no gastar la pila) y cuando se detiene la medición marca instantáneamente la décima. Incorpora también la función de adición que permite parar el cronógrafo (con el pulsador a las 4) y, cuando se vuelve a pulsar, la trotadora se sitúa en el segundo que corresponda.
Es decir, si por ejemplo se para sobre las 3 y transcurren 15 segundos, cuando se vuelve a pulsar la manecilla salta automáticamente a las 6. Por supuesto el fondo es cerrado, pero está bien resuelto gracias a la inscripción «V8» que queda muy bien y realza su carácter deportivo.
El reloj se ata con una correa de cuero con perforaciones tipo rally y una hebilla de ardillón con el nombre grabado. El Tissot V8 se lanza en numerosas versiones, pero yo creo que esta es la más auténtica y además tiene un precio excelente: 395 euros. Las versiones con brazalete suben a 450 euros. Ya están disponibles en la e-boutique de la marca y en las tiendas. Más información en Tissot.es.