En la muñeca: dos Jaeger-LeCoultre Master Ultra Thin con esfera azul
¡Vaya dos bellezas atemporales!
Los Jaeger-LeCoultre Master Ultra Thin son imperecederos. Su clasicismo no pasa de moda y si encima se visten de azul ya no hay manera de quitártelos de la cabeza (ni de la muñeca) vamos a ver estos dos galanes, con sus características y precios.
Elegir un reloj de vestir puede ser una tarea complicada. En primer lugar están las normas no escritas sobre el asunto: el reloj debe ser delgado y sobrio. Esto tiene sentido porque la máquina tiene que buscar cobijo bajo el puño de la camisa (de suyo ajustado) y sólo sobresalir cuando se flexiona el brazo.
Si estamos hablando de un reloj para un acto muy formal además se le exige que sea de un metal precioso, esfera blanca y correa de piel. Y con tan sólo indicación de horas y minutos; como mucho un pequeño segundero. Si es sólo para ir al trabajo podría llevar un segundero (grande o pequeño) e incluso, estirando mucho las normas, una ventana de fecha.
Hasta ahí todo perfecto. Pero, velis nolis, el mundo ha cambiado y las normas no son tan rígidas. Además esto de la etiqueta se ajusta sobre todo a los que tienen dinero, y el común de los mortales no se suele comprar un reloj para la oficina y otro para cuando por la tarde se pone el smoking. Hay un placer especial en poder respetar los preceptos de etiqueta, si quiera por el sentido de pertenencia que otorga y la sensación de «estar ahí» (estar por encima, se sobreentiende). Pero como digo la gente normal -que somos la mayoría- no suele aplicar tan estrictamente las normas.
Y eso es especialmente palpable en los relojes, que han dejado de ser un instrumento de uso diario obligado para ser un complemento más. Y como tal complemento es en general caro, y por eso se suele tener uno o dos relojes. A partir de tres ya se considera a la persona o un aficionado o alguien «con posibles», como se decía antes. Los precios altos y su pérdida de posición como objeto necesario ha hecho prevalecer aquella idea antigua de «un reloj para toda la vida»: te regalaban uno en la primera comunión y otro cuando te casabas, y ya. Sea ese el caso o no, estos Jaeger-LeCoultre Master Ultra Thin son una elección excelente. Por eso es que ya he publicado unos cuantos artículos con esta colección, porque me gusta mucho. Por ejemplo aquí (con tourbillon), aquí (con calendario perpetuo) o aquí (sólo con fecha).
En las fotos conjuntas no se aprecia del todo, pero aunque las formas de las dos cajas sean las mismas no lo son sus medidas. El Master Ultra Thin Small Second mide 40 mm de diámetro y el Réserve de Marche un milímetro menos. El grosor de aquel es de 7,58mm y el de éste sube a 9,85 mm. Siendo alturas perfectamente compatibles con unos puños de camisa formales, se entiende que la parte de «Ultra Thin» del nombre responde a la habitual hipérbole suiza con los nombres.
Los dos relojes son automáticos. Jaeger-LeCoultre no es sólo reconocida como gran fabricante de calibres, es que lo es también en el de fabricación de calibres delgados. De hecho son la base de calibres usados durante años por Vacheron Constantin (calibre 1120), Audemars Piguet (calibre 2120) y Patek Philippe (calibre 28-255). El Master Ultra Thin Small Second integra el calibre 896, que tiene una altura de 3,98 mm, y se mueve a 4 hercios durante 43 horas sin necesitar cuerda. Como siempre la decoración es excelente, resaltando en particular el precioso rotor de oro.
Lo mismo podemos decir del calibre 938 del modelo con reserva de marcha. Los dos tienen su raíz en el legendario calibre 889. Se mueve por tanto a igual frecuencia y tiene la misma reserva de marcha. Por cierto que le queda muy bien el cambio de la forma del rotor, que entre otras cosas se ha deshecho de la inscripción aquella de «Master Control 1000 hours», que hacía referencia al exigente control de calidad al que somete Jaeger a sus relojes. El texto se ha ido, pero la calidad permanece.
¡Y qué decir de las dos esferas! Con esa gama de azules que muta su acento según se mueve la muñeca o cambia el ángulo en que les incide la luz. Yo creo que casi prefiero la versión de pequeño segundero porque hay más superficie azul, con tan solo el contraste del guilloché central del pequeño segundero.
Por su parte en la versión con reserva de marcha el segundero se mueve sobre una cruz que trae recuerdos de los modelos de los años 50 y 60. Por encima tiene una subesfera con la fecha y a la izquierda el indicador de reserva de marcha. Y aunque las tres manecillas son distintas -en realidad dos son iguales pero de distinto tamaño-, la presencia del reloj resulta muy equilibrada.
Además hay algo en la esfera de los Master Ultra Thin que me resulta menos rígido que otros relojes del mismo estilo. Quizá sea la forma de los índices, que les da un aire, no sé, no voy a decir deportivo ni informal; digamos un punto menos serio. Y eso está muy bien, porque anima a llevar el reloj en todo momento (si es que hacía falta algún motivo para no hacerlo). Con el color azul las dos piezas lucen espectaculares y, como decía al principio, fácilmente te quitan de la cabeza la idea de que necesitas más relojes. Gran mérito, sin duda.
Al estar construidos en acero los precios no están disparados. El Master Ultra Thin Small Second cuesta 9.700 euros, mientras que el precio del Master Ultra Thin Réserve de Marche es de 11.200 euros. Los relojes ya están disponibles en la boutique de la marcha, en su tienda electrónica y en los comercios del ramo. Más información en Jaeger-LeCoultre.es.