Tudor Black Bay S&G Champagne: fotos en vivo y precios
Tudor burbujea con esta seductora versión del Black Bay
El Tudor Black Bay S&G Champagne es un modelo que en realidad no es una novedad, ya que pertenece a la colección Black Bay S&G que vimos con fotos en vivo en este artículo. Sin embargo al añadirle el color amarillo champán a la esfera, que debería pasar por una simple variación cromática, el reloj parece completamente nuevo, y con un encanto muy especial que lo convierte en una apuesta ganadora.
Es muy difícil ofrecer relojes que tengan oro amarillo y que la cosa funcione porque ya sabemos de los prejuicios hacia el oro amarillo. Probablemente porque tenemos grabadas en el recuerdo multitud de personajes cinematográficos llevando un Rolex de oro amarillo, o de personajes delictivos que lo tenían como modelo para alardear de su posición. O, aún más cercano, la infinidad de modelos baratos que, imitando a Rolex, llevaban un chapado que imitaba al oro amarillo y que hacían (y hacen) daño a los ojos.
Éste no es, ni de lejos, el caso del Tudor Black Bay S&G Champagne. Y debo decir que el apellido «Champagne» lo he añadido yo, porque en realidad el reloj se llama sólo Tudor Black Bay S&G, como su hermano de esfera negra. Pero es que yo creo que de alguna forma hay que distinguirlo, y sólo pensar en llamarlo S&G amarillo me produce fiebre. Porque este reloj es realmente acertado en su tonalidad y no creo que nadie lo cuestione en cuanto lo haya mirado más de 30 segundos.
La esfera del Tudor Black Bay S&G Champagne es, claro, del amarillo de la bebida. Pero no de cualquier champagne, sino de esos que tienen una presencia más sólida, más reposada. No sé, un Bollinger, un Extra Old Ebeo de Veuve Clicqot, un Louis Roederer Brut Premier. Ese tipo de champagnes que se saborean solos por su complejidad o que pueden acompañar carnes sin mayores problemas. Quiero decir que es un dorado casi como de oro viejo; sin duda dispuesto a revivir brillos de juventud cuando le da la luz directamente, pero que en general está más apagado, más discreto en su porte, aunque sin renunciar a una decoración rayos de sol para multiplicar los matices. Esto no hace sino favorecer al reloj porque lo aleja de superficialidades y le permite afrontar momentos serios sin ningún complejo. A ello colabora, claro, el bisel unidireccional negro y la minutería también negra.
La caja sigue siendo de 41 mm con acabados pulidos y satinados. El bisel es de oro amarillo con disco de aluminio anodizado negro mate, con graduación de 60 minutos y marcas de oro amarillo. El reloj es hermético hasta 200 metros nada menos, rindiendo homenaje al origen del Black Bay, que como ya sabemos es un reloj de buceo. Hay que decir que el oro en este Tudor Black Bay S&G Champagne -como en los otros S&G- no es macizo ni un chapado. Es un «relleno», lo que quiere decir que la capa utilizada es más gruesa que el chapado tradicional de manera que la sensación es mucho más sólida. También es de oro la característica Big Crown, o sea Gran Corona, que lleva además grabada la rosa Tudor.
Por dentro se mueve el ya conocido calibre automático de manufactura MT5612, que se mueve a 4 hercios (28.000 alternancias a la hora), tiene una reserva de 70 horas y, sobre todo, está certificado como cronómetro por el laboratorio COSC, con una variación de -4/+4 segundos al día, que estoy convencido de que es una estimación conservadora y que el reloj es aún más exacto de lo que dice la casa.
El Tudor Black Bay S&G Champagne está disponible con un brazalete bicolor, una correa de piel aviejada o una correa de tejido. Son opciones que ya conocíamos de la anterior versión, y su precio es de 5.120 euros para el brazalete y de 3.930 euros para la correa de piel o la de tela. Más información en Tudor.es.