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Los nuevos Santos de Cartier Chronograph, con fotos en vivo y precios

El reloj elegante e informal se pone ropa deportiva. Y le queda muy bien

Santos de Cartier Chronograph

Santos de Cartier Chronograph

En el SIHH 2019 Cartier ha hecho crecer la familia Santos con la incorporación de un cronógrafo: el Santos de Cartier Chronograph. Es una expansión lógica porque el cronógrafo es una alta complicación que todo relojero debe tener como propia, pero además hay que recordar que el Santos nació en 1904 como un encargo del piloto brasileño Alberto Santos-Dumont a su amigo Louis Cartier: necesitaba un reloj que pudiera mirar sin tener que soltar las manos de los mandos de su aeroplano, una nueva máquina recién aparecida. Así que tiene todo el sentido que un reloj de piloto integre un cronógrafo.

UN POCO DE HISTORIA

Alberto Santos-Dumont

Alberto Santos-Dumont

El mérito de ser los primeros en volar corresponde a los hermanos Wright, que hicieron su primer recorrido en Kitty Hawk en 1903. Pero no fue una tarea solitaria y autónoma: necesitaron unos rieles para conducir el aparato, un alerón externo y vientos muy fuertes, si bien hay que reconocer que sus vuelos los hacían en campos de trigo, no en asfalto como Santos-Dumont. Alberto, en 1906, alzó su vuelo del suelo liso del  Château de Bagatelle de París en una nave que integraba ruedas para despegue y aterrizaje y voló una distancia de 60 metros a una altura media de 5 metros, para después aterrizar de forma controlada (no chocando, como los Wright).

aeroplano de Alberto Santos-Dumont

El 14 bis, el aerplano de Alberto Santos-Dumont, en vuelo

El reloj que le diseñó Louis Cartier venía a sustituir a los relojes de bolsillo atados a la muñeca, que se hacían difíciles de consultar en vuelo. Louis tenía muy presente la idea de su padre Alfred, para quien un diseño original podría valer para muchas generaciones. El diseño del reloj estaba en sintonía con los principios modernos del progreso: claridad, simplicidad y practicalidad. La idea de «menos es más», con una esfera altamente legible, lo aleja del Art Douveau para adentrarse en el Art Deco, que regiría el diseño de los años 20 y 30.

Cartier Santos

Al parecer las formas se tomaron de un reloj de bolsillo cuadrado que había fabricado Cartier, pero en el diseño se hizo hincapié en la robustez. Por eso se dice que los tornillos que sujetan el cristal querían recordar las patas de la Torre Eiffel, mientras que los numerales romanos sugieren el diseño radial del Centre-Ville de París, tal como lo concibió el Barón Haussmann en la década de 1850.

La popularidad de Alberto Santos-Dumont entre la sociedad de entonces popularizó su reloj y terminó por ser identificado con la elegancia moderna. Un atributo perfecto para la década de los 70, cuando el Royal Oak primero y el Nautilus después encabezaron la nueva liga del «reloj deportivo elegante». Para competir con ellos Cartier eligió el Santos. Y acertó. Cartier ya era el epítome del lujo en la alta sociedad, así que el Santos de Cartier lo tuvo fácil para triunfar. A ello contribuyó el rediseño del brazalete, que pasó a ser integrado. Además apareció por primera vez el bicolor acero y oro, una idea que ha impregnado el diseño de relojes desde entonces.

Cuando reapareció el año pasado el reloj lo hacía con una serie de importantes innovaciones: el cristal de zafiro permite un bisel extendido, lo que a su vez deja hueco para que el brazalete se integre aún más con la caja, además de incluir un sistema de intercambio de correas. Y un calibre de manufactura: el 1847 que apareció con el Clé de Cartier en 2015.

Santos de Cartier Chronograph Santos de Cartier Chronograph

Ese calibre es la base del que anima al Santos de Cartier Chronograph: el 1904-CH MC es un movimiento automático con rueda de pilares que se mueve a 4 hercios (28.800 alternancias a la hora) durante 48 horas, si es que no se le da cuerda). Mueve, además del cronógrafo, un pequeño segundero a las 6 horas y una discreta fecha en la misma posición. Sin embargo no se ve porque el fondo es ciego.

Santos de Cartier Chronograph

La manufactura ha modificado el calibre para mover los pulsadores, de manera que el principal está a las 9 horas, en simetría con la corona a las tres. Aunque pueda parecerlo, el reloj no es un cronógrafo monopulsante, ya que la puesta en marcha y parada del cronógrafo se llevan a cabo con el pulsador de las 9, pero la puesta a cero se consigue pulsando el zafiro de la corona. Un sistema inteligente que limpia la caja y a la vez resuelve el problema de cómo encajar los pulsadores en la misma cara que la corona, ya que hay muy poco espacio.

Santos de Cartier Chronograph

La caja es otra de las sorpresas del Santos de Cartier Chronograph: tiene unas medidas de 43.3mm x 51.3mm x 12.5mm. Para un reloj de formas cuadradas son unas medidas notables, que se hacen muy presentes en la muñeca. Seguro que va a ser un motivo de consideración para aquellos que buscan la «elegancia informal» del Santos, porque se mete claramente en ambientes más deportivos que formales; especialmente el modelo con acero recubierto de ADLC negro. Los tres modelos tienen una hermeticidad de 100 metros.

Santos de Cartier Chronograph

Aún así el reloj sigue conservando su ejecución elegante. Destaca la mezcla de satinado lateral con el pulido a espejo del bisel de oro rosa, que en la versión de oro amarillo sigue siendo satinada.

Por su parte la versión ADLC es muy poderosa, aunque curiosamente el negro lo hace un punto menos llamativo. Pero los tornillos siguen siendo plateados, porque Cartier no entiende eso de esconderse o de pasar a un segundo plano. No está en sus genes.

Santos de Cartier Chronograph Santos de Cartier Chronograph Santos de Cartier Chronograph

La esfera se lee perfectamente, y eso que los registros del cronógrafo tienen que luchar con el afán de protagonismo de los numerales romanos; altos, anchos y negros. Pero el bajorrelieve de los tres registros circulares con un guilloché circular les dota de personalidad.

Además contrastan con el satinado vertical que decora el cuadrado central (que se repite en el borde exterior de la esfera) y con el satinado del carril de las horas. El conjunto resulta equilibrado y aún así poderoso.

Santos de Cartier Chronograph

Como decía el tamaño va a hacer pensárselo a más de uno, pero la verdad es que el reloj se lleva bien. Está disponible con brazalete metálico, correa de aligátor o de caucho, con el sistema QuickSwitch para el modelo de oro rosa.

Los precios comienzan en 9.250 euros la versión de acero y ADLC, suben a 13.900 euros la versión bicolor  y llega a los 24.700 euros la de oro rosa. Más información en Cartier.es.

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