En vídeo: Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition
Una preciosa edición que trae de nuevo a la vida uno de los modelos más queridos de la manufactura
Salvo que esté equivocado, no habíamos visto nada del Seventies Chronograph de Glashütte Original desde su presentación en 2014 (que vimos aquí en vídeo). A pesar de ser una presencia muy reconocible y singular en el actual panorama relojero (y debo confesar que uno de mis favoritos), el reloj ha pasado por una etapa injustamente silenciosa. Afortunadamente estos dos nuevos Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition han roto el silencio de la mejor manera posible.
EL RELOJ DEPORTIVO DE ACERO DE GLASHÜTTE ORIGINAL
Antes de presentar los relojes me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre lo que para mí deberían significar los Seventies. Cuando salió la colección la manufactura basó el marketing del producto en los diseños de la de la antigua fábrica de relojes de la República Democrática (la GUB). Aunque esto es cierto, en mi opinión limitaba el reloj a casi una curiosidad relacionada con el pasado, cuando en realidad su diseño es atrevido, distinto y perfectamente contemporáneo.
Sin embargo todos sabemos de la excelencia de Glashütte Original, que puede mirar de tú a tú a cualquier otra empresa, alemana o no (como ejemplo este Senator Moonphase Skeleton). Y el Seventies disfruta de la misma alta relojería en su ejecución que otros familiares de más renombre. De hecho yo siempre he pensado que los Seventies pueden (¡y deben!) competir en la categoría de los relojes deportivos de lujo en acero, un segmento cada vez más poblado y para el que los Seventies pueden presentar sus credenciales sin complejos: personalidad marcada, acabados intachables, calibre de manufactura y, en el caso de estos Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition, unas esferas excelentes (bueno, y en los demás modelos también). Y un precio más que razonable.
ORGULLO SAJÓN
Tuve la suerte de ser invitado por Glashütte Original a visitar la zona que sirvió de inspiración para estos nuevos Seventies: el macizo rocoso de Bastei (al sureste de Glashütte), que se eleva como garras 195 metros desde el valle del Elba y que ha sido una atracción turística desde principios de XIX. Las vistas son impresionantes, tanto desde el Elba hacia arriba como desde los diferentes miradores hacia abajo.
En un día como en el que yo estuve, en el que tuvimos sol, lluvia y granizo (en diferentes y muy entretenidas combinaciones) el dramatismo del paisaje era aún mayor y, combinado con un cielo que cambiaba de aspecto a toda velocidad, el espectáculo era majestuoso. No es de extrañar que los relojeros de Glashütte Original se sientan orgullosos de Bastei y de que buscaran allí la inspiración para estos nuevos Seventies. Y fue allí donde tomé las fotos de los relojes.
ESFERAS ÚNICAS
Otro de los orgullos de Glashütte Original -y con todo el derecho- es que es una manufactura también de esferas, algo que muy pocas casas pueden decir. La fábrica de diales está en Pforzheim, a 600 km de Glashütte, y es allí donde se han creado las de los Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition. Ya mostré el proceso de fabricación de las esferas en mi artículo sobre la visita a la manufactura de Glashütte Original.
Hasta ahora las esferas de los Seventies tenían una clásica decoración en rayos de sol, pero en esta edición limitada se ha ido más allá porque se han creado en degradado, de manera que se tiene un color más vivo en el centro y mucho más oscuro (negro, en el caso de la esfera gris) en el borde de la esfera.
Crear este efecto no es sencillo, ya que hay que poner la laca en el centro y después hacer girar la esfera en una velocidad y tiempo adecuados para que la laca se distribuya por la superficie de la esfera hasta conseguir el efecto deseado una vez horneada. Hay que ser realmente experto para no tener una tasa de rechazo elevada, ya que cualquier imperfección significa empezar todo el proceso de nuevo.
Pero el resultado no puede ser más satisfactorio: la esfera tiene una profundidad magnética, y resulta difícil elegir una. La gris, que según le dé la luz también podría pasar por beis, es más serena. La verde es más vibrante, como esperarías de un cronógrafo. Ambas son tan seductoras como elegantes.
La esfera está pefectamente equilibrada. Los Seventies son cronos bicompax, a mi entender la combinación más elegante y compensada en un cronógrafo. A las tres horas se sitúa el contador de 30 minutos del crono, y enfrente el pequeño segundero. La indicación de reserva de marcha (de tres días), una información que a menudo rompe la estética del reloj, se aloja en un segmento superior del pequeño segundero, lo que minimiza el impacto.
A las seis horas se asienta la gran ventana de fecha desarrollada por la casa y que es uno de sus grandes logros, ya que pone a los dos dígitos en el mismo nivel, evitando así el tener que usar un separador físico. Justo en frente, debajo del nombre, aparece la apertura curva para las horas del cronógrafo. Es la disposición de elementos que ya conocíamos de los anteriores modelos y que resulta perfectamente equilibrada.
Las manecillas no son tan deportivas como suelen ser en un cronógrafo, y eso está bien porque hacen del reloj una pieza más apta para lucir en cualquier ocasión, incluidas las formales. Tanto las manecillas como los pequeños puntos encima de los índices horarios están recubiertos con Super-LumiNova.
CAJA «TELEVISIÓN»
Sin duda lo que hace tan Seventies a estos relojes es su caja. Los tipos «televisión» fueron populares en los 70, pero después desaparecieron (salvo el Nautilus de Patek Philippe). Y a nuestros ojos actuales no entendemos por qué: estas formas son irresistibles, gustan a todo el mundo.
La caja de los Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition mide 40 x 40 mm, y tiene una altura de 14,10 mm. Podría argumentarse que es demasiado alta, pero en la muñeca está perfectamente proporcionada. Es hermético hasta 100 metros y la corona está protegida. El bisel, potente e inclinado, está pulido, como lo están la corona y los pulsadores del cronógrafo. El contraste con el fino satinado de la caja es perfecto.
UN CALIBRE EXCELENTE
Los Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition integran el calibre 37-02, un movimiento a la altura de los mejores. Habíamos visto en vídeo el Senator Chronograph Panorama Date con el 37-01 pero éste mutó a la versión 02 al cambiar el contador tradicional de 12 horas al usado en los Seventies, con un disco giratorio. Pero las especificaciones son las mismas, y muy sólidas.
Es un crono flyback automático con rueda de pilares, un diámetro de 31,6 mm y una altura de 8 mm. Se mueve a 4 hercios (28.800 alternancias a la hora), por supuesto con parada de segundero y remonte manual. El calibre es integrado, lo que quiere decir que no se ha utilizado un movimiento base al que se le ha añadido un módulo. Por eso la corona y los pulsadores del crono están al mismo nivel. El volante es de inercia variable y se regula mediante tornillos de oro. Pero no prescinde del cuello de cisne para ajustar la cadencia, tan característico de la relojería sajona.
El calibre está maravillosamente decorado a mano, con nervaduras Glashüte, superficies pulidas, cantos biselados y tornillos azulados. La masa oscilante esqueletada tiene una sección en oro de 21 quilates para forzar la carga bidireccional. Y lo mejor de todo es que el calibre es visible gracias al zafiro posterior. Muy pocas veces se ve un cronógrafo tan decorado en este segmento de precio.
UNA EDICIÓN MUY LIMITADA
Los Seventies son unos relojes que enamoran, mucho más en vivo que cuando se ven en las fotos de marketing. Según te lo pones te das cuenta de que estás ante un gran reloj que no sólo es muy atractivo, sino que rezuma calidad por todos lados. Cierto que no es para muñecas pequeñas, pero si el tamaño se ajusta, el reloj parece una segunda piel. Y estas dos versiones son como para estar mirándolas sin parar.
Los Glashütte Original Seventies Chronograph Limited Edition se lanzan en una edición limitada a 100 unidades por cada esfera, lo que significa que va a ser muy difícil hacerse con uno. Especialmente porque el precio es de 12.800 euros, lo que le permite competir con soltura. El reloj está disponible con una preciosa correa de nobuk, aunque también se ofrece con un brazalete de acero, cuyo precio es de 14.00 euros. Los precios incluyen el 19% de IVA alemán, por lo que pueden variar ligeramente de un país a otro. Las unidades ya están llegando a las boutiques, así que es mejor darse prisa. Más información en Glashutte-Original.com.