Chopard L.U.C XP II Sarto Kiton y XPS FairMined. El reloj de vestir al estilo Chopard
Tres formas de entender el reloj de vestir
Ya sabemos que en Chopard L.U.C significa el nivel más alto, tanto en calibres como en acabados. Ya sea en su sede central de Fleurier o en la de Ginebra (ambas se pueden ver en el reportaje de mi visita a la manufactura), los relojes que van a pertenecer a esa colección son ejemplos de la maestría de la casa. Bajo el epígrafe «Chopard L.U.C» encontramos modelos extraordinariamente complejos, como este All-In-One que vimos en vivo.
Pero también muchos relojes de vestir. Modelos elegantes, delgados, de dos o tres agujas en acero o materiales nobles. Son sobre todo redondos, pero también hemos visto en vivo dos relojes con forma de tonel (o en realidad uno en dos versiones): el Heritage Grand Cru y su versión en negro. Los relojes de vestir de Chopard, sin embargo, no se confunden con otros -que es lo que todo fabricante desea-, gracias a un detalle: sus manecillas fusée (cohete en francés), con ese aire Art Déco que dota a los relojes de fuerza sin perder la elegancia. Vamos a ver tres ejemplos.
CHOPARD L.U.C XP II SARTO KITON
No son habituales, pero tampoco son raras: las colaboraciones entre relojes y sastres ocurren de vez en cuando. En Horas y minutos hemos visto en vivo los Hublot Italia Independent o, en un nivel más sport, el Oris Momotaro. El problema de estas colaboraciones es que el reloj es un objeto muy pequeño, lo que obliga al diseñador ha agudizar el ingenio para tratar de reflejar la personalidad de la sastrería en unos pocos centímetros. Sin duda este Chopard L.U.C XP II Sarto Kiton lo consigue.
La última asociación de Chopard es con el reconocido sastre italiano Kiton, donde cada artículo (trajes, chaquetas, pantalones, camisas, etc.) está hecho a mano. Fundada por Ciro Paone en 1967 en Nápoles, Kiton cuenta con 350 sastres expertos que elaboran los diseños elegantes y discretos de la marca. En el taller no se oye ni una sola máquina, dedicados a transformar en prendas sobrias y atemporales para el hombre las materias más raras y preciosas, como la vicuña o la lana de Escorial (original de los rebaños reales en El Escorial de Madrid, pero que ahora sólo existe en muy pequeño número en Nueva Zelanda -lo de España y la pérdida de la exclusividad de su lana es un caso aparte).
Con un diámetro de 40 mm y una altura ultrafina de 7,20 mm, las proporciones de la caja responden al tamaño de un reloj de vestir contemporáneo. Recordemos, por cierto, que en 2017 Chopard lanzó el L.U.C XP que vimos en vivo (y al que añadió una esfera azul el año pasado). Era un modelo con especificaciones idénticas a este modelo de Sarto Kiton, pero con una correa de lana merino azul. El toque oscuro del Sarto Kiton se logra con la caja de acero revestida con DLC, con un acabado mate pulido mediante chorro de arena.
La esfera también es oscura, pero revela un sutil patrón de pata de gallo negro y gris con un acabado lacado. La pata de gallo se ha convertido en un motivo favorito en Kiton después de adquirir el guardarropa del rey Eduardo VIII en una subasta, el rey que fue conocido por su estilo y elegancia y, sobre todo, porque abdicó la corona para poder casarse con la norteamericana Wallis Simpson.
Cuatro números arábigos dorados -a las 12, 3, 6 y 9-, junto con marcadores de hora dorados, contrastan con el patrón de pata de gallo negro y gris de la esfera. Como ocurre casi siempre en un reloj de vestir, no hay rastro de material luminiscente, y las manecillas de estilo dauphine también están doradas para combinar con los marcadores de hora. El punto rojo, situado justo encima de las 6 en punto, es el logotipo de Kiton. Este toque de rojo brillante, típico de la sastrería italiana, se repite en las indicaciones del cuarto de hora y en las pespuntes de la correa. La correa está hecha completamente a mano, una mezcla de suave cachemir de Mongolia, lana y franela, con una pizca de elastano para mayor comodidad y un forro de piel de aligátor rojo brillante. La hebilla combina con la caja en acero con revestimiento DLC.
El cristal tintado oscuro del fondo de la caja revela el calibre de manufactura L.U.C 96.53-L, un calibre de sólo 3,3 mm de grosor. Dotado de la tecnología Chopard Twin, el movimiento está equipado con dos barriletes para ofrecer una reserva de marcha de 58 horas. De enrollarlo se encarga un micro-rotor de tungsteno, y está ajustado en 5 posiciones (como los cronómetros certificados). Los puentes presentan acabados Côtes de Genève en los puentes.
El L.U.C XP II Sarto Kiron es una edición limitada a 100 unidades y tiene un precio de 10.800 euros, así que imagino que sus ventas se va a limitar tanto como los clientes de la sastrería napolitana.
CHOPARD L.U.C XPS FAIRMINED
Allá por 2014 Chopard anunció su iniciativa de utilizar metales preciosos provenientes de comercio justo. Fue pionera en algo, la justicia social, que quedaba muy lejos de los oídos del mundo del lujo. Cuatro años después anunció que sólo usaría oro y joyas con ese origen. Ahora presenta estos dos L.U.C XPS a los que apellida así, fairmined, un poco redundante si se supone que ya todo su oro lo es.
Las dos versiones tienen una caja de 40 mm y sólo 7,20 mm, lo que conjuga un diámetro contemporáneo con una esbeltez adecuada para cualquier ocasión formal. Además, el cristal de zafiro ligeramente abombado que protege a la esfera facilita el deslizamiento bajo la manga de una camisa, y acentúa todavía más la suavidad de sus líneas.
En cuanto a las esferas, hay dos versiones. En la primera el gris rutenio hace juego con una correa de cuero nobuck gris antracita. Esa misma esfera se presenta también con un brazalete de metal formado por siete hileras de eslabones rectangulares de oro rosa de 18 quilates (también ético, claro). Y ese mismo brazalete se puede combinar con una esfera plateada. Ambos colores se remarcan por una fina decoración en rayos de sol excéntricos, ya que su origen está en el nombre de la marca y no en el tornillo de las manecillas, como suele ser habitual. Bajo el nombre aparece la leyenda «Chronometer», que hace referencia a la certificación del calibre.
La diferencia entre XP y XPS es sencilla: XP viene de Extra Plat (ultrafino), mientras que la S significa que tiene un pequeño segundero (a las 6 en punto en este caso). Tener segundero es una de las condiciones del laboratorio COSC para poder otorgar su certificado. Las demás especificaciones son las mismas que el calibre del Kiton, pero con 65 horas de reserva de marcha.
El precio del Chopard L.U.C XPS con correa de nobuk es de 16.500 euros. El de la versión con brazalete no se ha comunicado. Más información en Chopard.es.