Laurent Ferrier Classic Traveller Magnetic Green
Una delicada versión del reloj de viaje de la casa
El verde es el color del año, sin duda, pero siendo Laurent Ferrier una marca exquisita, su propuesta de verde no podía ser al uso. De hecho, para un verde más tradicional -pero también precioso- vimos en 2020 el Classic Green. El Laurent Ferrier Classic Traveller Magnetic Green, sin embargo, destaca por la delicadeza de un verde que no hace sino subrayar el diseño de este reloj de viaje.
El Traveller apareció hace casi 10 años, y desde entonces se ha convertido en uno de los relojes GMT más deseados por su elegancia y practicidad. En lugar del tradicional segundero en el centro, o descentrado en una subesfera dedicada, Laurent Ferrier optó por una indicación de la hora a distancia en un disco, visible a través de una abertura a las 9 horas. Al situarlo justo enfrente de la apertura de la fecha a las 3 horas, el Classic Traveller introduce un elemento simétrico en la esfera, reforzando su sentido de la armonía y la proporción.
La aguja horaria situada en el centro representa la hora local, la que se lee en primer lugar, a cualquier hora del día. También es la que se cambia cuando se viaja a través de los husos horarios, mediante los pulsadores correctores, que hacen que la aguja salte de hora en hora en función de la distancia recorrida, hacia delante o hacia atrás. La hora que aparece en la ventanilla de las 9 horas es la hora lejana, o la hora de casa. Permanece constante independientemente del recorrido y, por tanto, se controla directamente con la corona.
La cautivadora esfera del Laurent Ferrier Classic Traveller Magnetic Green está alojada en una caja de titanio de grado 5 de 41 mm. Esta caja ofrece la suavidad y las curvas típicas de las cajas «en forma de guijarro» creadas por Laurent Ferrier desde el principio. Sus laterales, bisel y asas están pulidos. El titanio es cuatro veces más ligero que el oro blanco de 18 quilates, por lo que el reloj ha de ser una pluma en la muñeca.
El primer elemento que llama la atención es el equilibrio y la armonía general del reloj. Un rayo de sol central electriza los matices minerales de la esfera. Además de crear una multitud de reflejos verdes, este acabado revela las múltiples caras de la esfera, dependiendo de su exposición a la luz. La doble textura añade carácter a la esfera, ya que el sol central está rodeado por un suave satinado circular. Este verde magnético se intensifica con el verde intenso de la correa de nobuk.
Los índices aplicados en forma de gota de oro blanco de 18 quilates completan la esfera. Más anchos y altos en el exterior, se estrechan en los tres planos a medida que se acercan al centro. Su superficie es suave, redondeada y perfectamente pulida.
Si hay que buscarle una pega, esa puede ser la ventana de hora a las 9, que al ser tan amplia deja parte de los numerales anterior y siguiente a la vista, lo que no estoy seguro que favorezca el conjunto.
Dentro del Laurent Ferrier Classic Traveller Magnetic Green se mueve el calibre LF230.02, un movimiento automático con microrrotor y escape natural, diseñado en colaboración con La Fabrique du Temps, que pertenece a Louis Vuitton. Por supuesto tiene los acabados exquisitos clásicos de la casa. La platina levemente abombada, los puentes biselados a mano y decorados con un acabado satinado rodiado horizontal, el puente del áncora calado y pulido a espejo que revela unos ángulos interiores excepcionales realizados a mano, el puente del rotor pulido a espejo y biselado a mano, y el rotor biselado y guilloché son algunos de los detalles que aportan textura, brillo y distinción al reloj. El Classic Traveller ofrece una visión sin obstáculos del microrrotor con su masa oscilante unidireccional de oro de 18 quilates, gracias a su fondo de cristal de zafiro.
Este escape con doble impulso directo al volante, tan raro como complejo de producir, se inspira en el padre de la relojería moderna, Abraham-Louis Breguet. Se trata de un sistema con dos ruedas de escape que funcionan alternativamente y transmiten su energía directamente al volante. Se llama impulso directo al volante porque no es el áncora la que da el impulso al volante como en los clásicos escapes de áncora suizos, sino la rueda de escape, que es mucho más más eficiente en términos de rendimiento. Como la rueda de escape sólo puede girar en un sentido, una segunda rueda de escape completa el conjunto para enviar los impulsos al volante de forma alterna. Éstas interactúan con un anclaje de silicio, un material ultraligero y autolubricante. La ganancia de eficiencia así conseguida se refleja directamente en su autonomía, ya que el Classic Traveller ofrece una importante reserva de marcha de más de 72 horas.
El Laurent Ferrier Classic Traveller Magnetic Green es una edición limitada a 15 unidades, con un precio cada una de 62.000 francos suizos, a los que hay que unir esa pequeña impertinencia que llamamos IVA. Está disponible -por poco tiempo, estoy convencido- sólo en LaurentFerrier.ch.