La colección Zenith Defy Skyline, con fotos en vivo y precio
Deportivos y con características únicas
El segmento de los relojes deportivos de lujo en acero sigue creciendo porque casi ninguna marca quiere quedarse sin un trozo del pastel más exitoso de los últimos tiempos. Tanto es así que nos podemos encontrar desde un reloj de apenas 700 euros (el Tissot PRX que vimos en vivo) a uno que cuesta 112.000 euros (el Vacheron Constantin Overseas -que también vimos en vivo-). Y cualquier precio entremedias.
Zenith ha tenido estos últimos años la colección Defy para entrar en ese mercado tan competitivo. En 2018 vimos en vídeo los Defy Classic, pero no creo que tuvieran el impacto buscado: el esqueletado porque siempre es minoritario, y el de esfera cerrada porque no ofrecía nada destacable que justificara su mayor precio. Los Zenith Defy Skyline vienen a solucionar este problema con una propuesta singular.
Recordemos, en primer lugar, que el nombre «Defy» tiene una larga tradición en la marca. La historia comenzó en 1902 con la línea «DEFI» de relojes de bolsillo robustos y precisos, que más tarde motivaron a Zenith a mantener vivo ese mismo espíritu en una línea de relojes de pulsera de 1969, a los que cambió la letra final a una Y para que tuviera significado en inglés (Defy significa Desafío).
Rebosaba una estética singular que completaba su construcción robusta -con una caja octogonal- y su rendimiento fiable, por lo que se ganó el apodo de coffre-fort, palabra francesa para «caja fuerte».
Ese espíritu es el que inspira a los Defy modernos y también, por supuesto, a los Zenith Defy Skyline. Representan la última evolución de la colección Defy, tras la introducción del Defy Extreme, bastante más atrevido, el año pasado. El diseño se remonta al Defy original, con una caja de aspecto afilado y anguloso, pero con una ejecución renovada y más moderna.
La caja de acero inoxidable (ya no es de titanio, como en las versiones anteriores del Defy) mide unos razonables 41 mm de diámetro y 11,6 mm de altura.
El acabado de la caja es una mezcla de cepillado recto y bordes pulidos, lo que da como resultado un aspecto general elegante y potente a la vez.
El bisel facetado de 12 caras (y no de 14 como en el modelo de 1969) es otro elemento del Zenith Defy Skyline, de nuevo con acabados pulidos y cepillados.
La corona roscada lleva el logotipo de Zenith en forma de estrella y garantiza una estanqueidad de 100 metros.
STARRY, STARRY NIGHT
Lo sé: el título original de la canción de Don McLean es Vincent, pero pocos sabrán que te refieres a esa canción si no dices la primera frase (y menos aún los que saben que se basa en el famoso cuadro de Van Gogh).
El caso es que eso es lo que se te viene a la cabeza cuando ves la esfera de los Zenith Defy Skyline. Es muy difícil crear una esfera que se reconozca como única, y más aún si encima quieres que mantenga el carácter deportivo y elegante del reloj. Están todos los motivos tan usados que no es fácil hacerlo sin recurrir al -por otro lado siempre resultón- guilloché, o los patrones ondulados o los rayos de Sol.
Lo que la manufactura ha hecho en el Zenith Defy Skyline es utilizar de forma inteligente su símbolo representativo, la estrella. Las tres esferas presentadas (por ahora) tienen una cuadrícula perfectamente alineada de estrellas de cuatro puntas grabadas. El patrón tiene un aspecto distintivo y añade una gran sensación de profundidad y vida a la esfera.
La pista exterior de los minutos, así como la pista de la subesfera, están ligeramente más bajas que la parte principal de la esfera. El extremo exterior de los índices de las horas está suspendido sobre la pista de los minutos, lo que reafirma el carácter del reloj. Los grandes marcadores facetados están pulidos, con una buena dosis de Super-LumiNova en la parte superior. Las agujas centrales de las horas y los minutos tienen una forma muy moderna, con una línea central negra interrumpida por una inserción de Super-LumiNova para una mayor legibilidad por la noche.
Junto a la indicación central de horas y minutos, tenemos dos características más en la esfera del Zenith Defy Skyline. La primera es quizá la más sencilla: la fecha. Situada a las 3 horas, una ventana empotrada revela el disco de la fecha que se encuentra debajo. El disco está adaptado al color de cada variante de la esfera y es lo suficientemente grande como para ser leído con facilidad.
La otra es la indicación de los segundos. O, por mejor decir, de la décima de segundo, que debería ser una clara indicación de los orígenes del movimiento para las personas con un poco de conocimiento de los Calibres Zenith. La aguja de esta subesfera gira en 10 segundos y cada segundo está claramente dividido en 10 segmentos.
La verdad es que es difícil entender el propósito de tener un segundero así, salvo el efecto a primera vista de ver una aguja de segundero alocada. Pero después de eso, ¿qué hay detrás, exactamente? El segundero no se puede parar porque no es un crono, así que no sirve para hacer mediciones precisas, y parace contradictorio que no podamos ver un pequeño segundero marcando un minuto, sino fracciones. La tradición, aquello a lo que estamos acostumbrados de toda la vida, tiene un peso muy importante, y comercialmente puede obrar en contra de este reloj.
CALIBRE EL PRIMERO
Decía antes que los Defy Classic no eran (o son, porque siguen en cartera) todo lo que se esperaba de ellos, y es que, se quiera o no, Zenith se identifica con El Primero. Los Zenith Defy Skyline sí integran el calibre de tan arraigado abolengo.
Ya sabemos que el calibre 3620 tiene una frecuencia de 5 hercios (36.000 alternancias por hora), pero es la primera vez que se expresa así, con un pequeño segundero tan peculiar (y no estoy del todo seguro de que vaya a ser apreciado como a la marca le gustaría). Lo que sí que seguro gusta es su reserva de marcha de 60 horas.
DISPONIBILIDAD Y PRECIO
Los Zenith Defy Skyline se entregan con un excelente brazalete de acero, moderno, sólido y bien construido, y una correa de caucho a juego con la esfera (salvo la blanca, cuya correa es verde). Ambos son intercambiables en un momento, gracias al sistema creado por la casa.
Tienen un precio de 8.300 euros, y se pueden comprar en la tienda online de la marca, en sus boutiques y en los distribuidores autorizados. Veremos qué responde el mercado a una propuesta arriesgada como esta. Más información en Zenith.es.