El Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Duoface Tourbillon. Fotos en vivo y precio
La alta complicación más apreciada en el modelo más querido
En Watches & Wonders 2023 Jaeger-LeCoultre se centró fundamentalmente en el Reverso. Nada que objetar: es su modelo más icónico y el que más vende. Así, hemos visto en vivo una versión cronógrafo y también versiones clásicas de tres agujas. Pero este Reverso Tribute Duoface Tourbillon vuelve a reinterpretar la alta complicación por duplicado, con dos caras my distintas y a la vez complementarias.
A los seguidores de la marca y a los que tengan buena memoria les sonará el reloj, porque se lanzó una versión en platino en 2018. Pero el Reverso Tribute Duoface Tourbillon que ahora vemos transmite sensaciones muy distintas, gracias al uso del oro rosa.
El nuevo Reverso Tribute Duoface Tourbillon se presenta en una caja rectangular de oro rosa de 18 quilates de 45,5 x 27,4 mm y sólo 9,15 mm de grosor. La caja parece sencilla, pero es un objeto complejo, ya que la caja propiamente dicha alberga el movimiento y la base a la que se fija. Tiene más de 50 componentes, incluido el mecanismo patentado de deslizamiento y giro. Y, si uno se fija detenidamente, se da cuenta de que no hay ni un ángulo recto. Todo es curvo.
Como su nombre indica, el Reverso Tribute Duoface Tourbillon tiene dos caras. La esfera frontal, con su fino acabado plateado satinado y su estética minimalista, está pensada para darle el protagonismo al tourbillon, pero sin perder las características clásicas del reloj.
Al deslizar la caja sobre el soporte, se aprecia un disco pulido a espejo con un motivo de rayos de sol que irradia desde él, clásico en los Reversos de estos últimos años.
Con la caja cerrada, el disco situado debajo del tourbillon refleja la luz para que el mecanismo pueda verse en toda su brillante belleza. Los índices facetados de oro y las agujas dauphine con el minutero chemin de fer (minutería de ferrocarril) son clásicos y expresan la elegancia Art Déco.
El reverso, destinado a la lectura de las horas y los minutos en el segundo huso horario, tiene un aspecto radicalmente distinto que crea un ambiente diferente. La esfera negra satinada con índices horarios dorados y agujas doradas está rodeada por la rica decoración del movimiento parcialmente esqueletizado y «se asienta» sobre el tourbillon con indicación de segundos.
Los puentes de oro están cubiertos con el guilloché Clous de Paris, realizado con un torno manual centenario. Sobre la esfera hay un indicador de día y noche. En frente, a las 11 horas, un puente con las iniciales de la casa cubre el barrilete.
El movimiento que hace girar los dos juegos de agujas en sentidos opuestos (para que se muevan alrededor de las dos esferas en el sentido de las agujas del reloj e indiquen la hora correcta) es el Calibre 847 ultraplano de cuerda manual. Su tourbillon volante consta de 62 componentes y pesa sólo 0,455 gramos. Todo el calibre está construido con 254 piezas.
Para lograr el grosor de 3,9 mm del movimiento, que contribuye al perfil muy estilizado del reloj, Jaeger-LeCoultre rediseñó el mecanismo del tourbillon; una de las soluciones para reducir la altura fue prescindir del puente superior y sustituir la jaula exterior del tourbillon por un sistema de rodamiento de bolas. El calibre late a 21.600 alternancias a la hora y tiene una reserva de marcha de 38 horas.
Este Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Duoface Tourbillon no es una edición limitada, pero entiendo que el número de unidades fabricadas cada año sí lo será. Por lo complicado de su creación y también por su precio: 158.000 euros. La belleza sí tiene precio, y ojalá yo pudiera estar en el dilema de si comprarlo o no. Más información en Jaeger-LeCoultre.com.