Rolex Oyster Perpetual Negro y Plata. Clásicos entre los clásicos
Estas dos versiones son las que mejor representan el espíritu del reloj
El Rolex Oyster Perpetual es uno de mis relojes favoritos de la casa. A menudo considerado como el hermano menor de la familia, tiene sin embargo una construcción y un espíritu de reloj utilitario pero que encaja en cualquier lado, que realmente el nombre de «Perpetual» hace honor a la vida que tiene en manos de su dueño.
Siempre ha estado ahí como el reloj de acceso a la marca y por eso muchos prefieren saltar a otras categoría, pero cuando se tiene uno te das cuenta del mucho reloj que llevas puesto.
En marzo de 2016 presenté con fotos en vivo los Oyster Perpetual recién lanzados por Rolex, con unos colores que llamaron mucho la atención. Tuvieron división de opiniones, pero a mí me gustaron mucho, todos. En 2018 se añadieron las esferas blanca y negra (y las vimos en vídeo), un complemento necesario en la colección. Y en 2020 se lanzó la nueva colección, que destacó especialmente por la incorporación de esferas de colores -como las de los Rolex Stella- que vimos con fotos en vivo. Se dirá que no tengo criterio, pero reconozco que me gustaron todos y cada uno de los colores ¯\_(ツ)_/¯
Pero hubo dos Rolex Oyster Perpetual que no vimos en ese artículo y que, en mi opinión, son los que mejor retienen el espíritu de reloj para todo momento y para toda la vida: el modelo de esfera negra y el de esfera plateada y detalles en oro. La esfera negra por supuesto, porque es la versión canónica de un reloj desde el principio de los tiempos: esfera negra brillante (aunque sin perder la decoración de rayos de sol), índices rectos, manecillas rectas… todo perfectamente legible y con los textos dispuestos en espejo. Todo simétrico y perfectamente bien proporcionado.
La versión plateada, por su parte, añade el toque de lujo que siempre relacionamos con Rolex. Sobre la preciosa esfera en rayos de sol se asientan unos índices hechos en oro -remarcados por unos pequeños cuadrados dorados sobre cada índice-, al igual que las manecillas. Todo el conjunto destila elegancia y sobriedad.
Por supuesto los índices y las manecillas están impregnados de Chromalite, el pigmento luminiscente desarrollado por Rolex. La lectura en la oscuridad es, como siempre, intachable, y con el tono azul característico de la casa.
Por supuesto las medidas son las que ya conocemos: 41 mm de diámetro y algo más de 12 mm de altura, con ese perfil de los Rolex Oyster Perpetual que siempre queda tan bien en la muñeca.
Por dentro equipa el calibre 3230, que comparte con el Submariner No Date que vimos en vivo. Está equipado con el escape Chronergy y tiene una cómoda reserva de marcha de 70 horas, late a 4Hz y viene con propiedades antimagnéticas, gracias al escape de níquel-fósforo y la espiral de Parachrom azul. Es, por supuesto, un cronómetro superlativo, lo que significa que está certificado como cronómetro por el COSC, y también recibe una certificación interna después de meterlo en su caja. La precisión es del orden de -2 / + 2 segundos por día.
Las dos versiones del Rolex Oyster Perpetual tienen el mismo precio: 6.400 euros. Hubo un tiempo en que los Oyster Perpetual se podían conseguir sin problema, pero con la fiebre que hay ahora por Rolex ya ni siquiera estos. Pero si te puedes hacer con uno, realmente merece la pena. Más información en Rolex.es.