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En la muñeca: Ulysse Nardin Diver Le Locle, el diver vintage perfecto

La manufactura bucea en el pasado para presentar un excelente neo-vintage

Una de las sorpresas del SIHH 2017 fue que asistiera Ulysse Nardin, que a decir verdad en Baselworld no tenía la preponderancia que se merece. Y entre las innovaciones que presentó -y que iremos analizando poco a poco- se coló una que miraba al pasado de una manera muy seductora: el Ulysse Nardin Diver Le Locle que ahora podemos disfrutar con fotos en vivo y precios.

El Ulysse Nardin Diver Le Locle es una de esas piezas con las que ocurre algo extraño: es un “lanzamiento más”, otra de las piezas que son novedad un año pero que ni siquiera tienen el peso específico que la marca considera necesario para poder anunciarlo en las presentaciones oficiales. Y sin embargo todo aquel que lo ve se enamora y quiere saber más de él. Eso es lo que me ocurrió a mí y a todos los que pudimos verlo, de paso y casi por casualidad.

El modelo original -que aparece en la foto pequeña- data de 1964 y es estéticamente muy parecido al Diver Le Locle de 2017. Incluso el nombre es el mismo y homenajea la localidad donde está radicada Ulysse Nardin. Pero, además del calibre, hay más diferencias: el modelo original tenía 38 mm de diámetro, mientras que el actual tiene 42 mm. En la esfera se aprecia cómo el modelo de 1964 tenía segundero central y el actual no. Pero por lo demás, el reloj es casi gemelo.

El diámetro del reloj es más contemporáneo y se adapta mejor a las muñecas actuales porque es a la vez un reloj no excesivamente alto -12,7 mm-. Es llamativo como la altura del bisel de aluminio negro brillante es casi tan grande como la de la caja, pero el conjunto, incluido el cristal de curvo, es muy armonioso y atractivo. Eso sí, para ser un Diver su hermeticidad es modesta: 100 metros. Tampoco le hace falta más porque nadie querría hacer buceo profesional con este reloj. Aquí estamos hablando sólo de un reloj que gusta llevar. Y en eso es sin duda un éxito.

La esfera negra del Diver Le Locle está graneada muy finamente y acoge dos manecillas de espada idénticas a las de la época original del reloj. Están unidas por un sencillo remache que le da un delicioso aspecto de reloj-herramienta de otros tiempos. Por encima aparece la orgullosa ancla de Ulysse Nardin, que recordemos desde el año pasado ha dejado de estar inclinada. Al igual que en el modelo original, la aguja del pequeño segundero tiene forma de punta de lanza, elegante y atractiva. Como es pertinaz costumbre en la relojería suiza se ha incluido la palabra Automatic, que no hacía falta ninguna.

Los generosos índices y manecillas están rellenos de SuperLuminova beis que recuerda el uso del tritio en los relojes de antaño. Todo tiene un aspecto grande y de fácil lectura, incluida en este caso la fecha: Ulysse Nardin ha incluido una lente de aumento por la parte inferior del cristal de zafiro.

El reloj está animado por el calibre automático de manufactura UN-320, con un diámetro de 25,60 mm y una altura: 3,60 mm. El volante se mueve a 28.800 alt/hora, tiene espiral y escape de áncora en silicio y corrección de fecha hacia adelante y hacia atrás, además de una reserva de marcha de 48 horas. Pero además el calibre tiene el Ulysse Nardin Chronometer & Performance Certificate (Certificado de cronometría y desempeño Ulysse Nardin). Este certificado fue introducido en 2012 y dura 7 días. El proceso incluye inspección estética, prueba de hermeticidad y pruebas de vacío y presión (que simula la presión del aire a -0,6 bares y a +2,5 bares respectivamente).

Pero su principal componente es el test de 5 días para comprobar la exactitud del reloj. Cada reloj se comprueba en 6 posiciones (permaneciendo en cada una de ellas 20 horas) y a tres temperaturas (ocho, 23 y 38 grados Celsius). El rango de desviación es menor que lo exigido por el COSC: -2/+6 segundos al día. La desviación basada en la temperatura es también un poco menor: + 0,5 segundos/día por grado. Es por tanto un movimiento excepcional. Eso sí, el calibre no se puede ver porque está escondido tras un fondo roscado que representa un buceador, también basado en el del modelo original.

El Ulysse Nardin Diver Le Locle es la prueba de que se puede hacer un reloj respetuoso con el pasado y a la vez extraordinariamente atractivo para los que tenemos la suerte de vivir en esta época. El reloj llegará a las tiendas (o al menos esa es la idea) en abril de 2017, con un precio unitario de 9.700 Euros. Seguro que se va a vender muy bien. Más información en UlysseNardin.com.