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Frederique Constant Classic Worldtimer Manufacture: fotos en vivo y precios

Una demostración más de cómo ofrecer lujo asequible con el Horas Mundiales más barato del mercado

El nuevo Frederique Constant Classic Worldtimer Manufacture es una demostración más de cómo ofrecer lujo asequible, en este caso con el Horas Mundiales más barato del mercado.

Es ya un lugar común decir que Frederique Constant lo está haciendo muy bien. Pero es que en un mundo tan exigente como el relojero hacer lo que hace esta auténtica manufactura es portentoso. Recordemos que FC  lanzó su primera colección en 1992. En  2004 creó su primer calibre de manufactura y desde entonces ha desarrollado nada menos que 19 movimientos propios, incluido uno de los de más alta complicación: el calendario perpetuo que presentamos en este artículo.

Su lema siempre ha sido «hagamos que más gente disfrute del lujo». Y vaya si lo consigue. Yo creo que no vende más porque le ha faltado difusión, pero esperemos que con su adquisición por parte de Citizen esto mejore, ya que el respado financiero debería servirle para mejorar su presencia en el mercado. Este Frederique Constant Classic Worldtimer Manufacture no es nuevo, claro. Apareció en 2012 con esfera plateada y dos configuraciones, que se han ido manteniendo con el tiempo. Una con numerales romanos (que no está mal, pero que me parece demasiado clasicona) y esta con índices redondos.

En 2015 apareció la versión en azul marino (esta de aquí), que tuvo mucho éxito porque le daba un toque muy elegante. Ahora aparece en esta versión marrón (o chocolate, para que sea más suiza) que es también muy atractiva.

La caja de acero chapada de oro rosa sigue siendo de 42 mm, una medida perfectamente contemporánea, mientras que la altura es de sólo 12,1 mm. Son unas medidas muy buenas, sobre todo si tenemos en cuenta que acoge un calibre automático con un auténtico reloj mundial dentro. Y digo «auténtico» porque muchas veces lo que se ofrece es un GMT con muchas ciudades impresas, pero que sólo muestra una hora cada vez (además de la local, claro).

En este caso es un World Timer de verdad porque de verdad muestra la hora en 24 husos horarios al mismo tiempo. Y además lo hace mediante un disco que muestra el día y la noche, diferenciándolos por el color beis claro o marrón oscuro del disco de numerales arábigos. Y además toda la información se ajusta desde la corona de manera muy sencilla: la primera posición sirve para dar cuerda al reloj, la segunda ajusta la fecha y la ciudad (hacia adelante y hacia atrás) y la tercera ajusta la hora.

Todo ello gracias al calibre FC-718, de 30 mm de diámetro y 139 piezas. Late a 4 hercios y tiene 42 horas de reserva de marcha. La decoración es más que correcta: perlado, Côtes de Genève circulares, tornillos azulados, y una masa oscilante satinada y esqueletada para poder apreciar mejor la decoración.

La combinación de colores entre el mapa, el círculo de 24 horas y el fondo de la esfera resulta elegante y atractiva. Y eso a pesar de que hay muchas cosas en la esfera, que seguramente se habría beneficiado de una ventana de fecha más que de un una subesfera. No sólo porque fuera más ligera a la vista, sino que la subesfera cubre al menos tres zonas horarias, lo cual parece un contrasentido cuando se anuncia que hay 24 zonas. Pero como digo, no es en absoluto desdeñable, y de hecho compite con la versión azul en el buen porte del conjunto.

El reloj queda fijado a la muñeca con una correa de piel. La hebilla tiene la forma del relativamente enrevesado escudo de Frederique Constant, también chapado en oro rosa. Hay que decir que el chapado, que normalmente tira para abajo el aspecto del reloj que lo lleva, en este caso está muy bien hecho y en absoluto parece una pieza barata o pretenciosa.

En resumen, el Frederique Constant Classic Worldtimer Manufacture es un reloj imbatible por todo lo que ofrece, y especialmente cuando se sabe su precio: 3.990 euros. No hay quien dé más por ese dinero. Una gran compra sin duda. Más información en FrederiqueConstant.es.