Hublot siempre se ha definido como «The Art of Fusion» y siempre ha hecho hincapié en su gusto por buscar nuevos materiales. Y ciertamente, más allá de todo el marketing que acompaña a las innovaciones técnicas y tecnológicas (grandes o pequeñas), es cierto que la manufactura siempre está buscando algo distinto y, como resultado, no hay temporada que no presente alguna novedad en cuanto a materiales constructivos. Por supuesto los materiales más comunes en la relojería también lo son en Hublot: el acero, el titanio, la fibra de carbono, etc. Pero Hublot hizo una de las primeras cajas en zafiro y ha utilizado también, por ejemplo, el osmio -que es el metal más escaso de la Tierra- o el tungsteno. Y no en el bisel, como es normal, sino en toda la caja. También creó el «Oro King», más rojo que el oro rojo que conocemos, y el Oro Magic, una aleación de creación propia que mezcla oro y cerámica. Y por supuesto también ha usado la cerámica sola.

En cuanto a la cerámica, Hublot tiene un mérito particular: trabajar la cerámica es muy caro y hacen falta economías de escala para que sea rentable. Por eso hay pocos fabricantes de cajas de cerámica, y Hublot es uno de ellos. Hasta ahora se ha producido cerámica de varios colores además del negro: azul, marrón, blanco, rojo y gris, básicamente. El problema es que como la cerámica se consigue a temperaturas altísimas el resultado siempre es más bien mate, algo apagado. Y eso a pesar de que terminado el proceso se pule la cerámica. Aquí y aquí puedes ver ejemplos de relojes con cajas de cerámica.

Por eso conseguir una cerámica brillante sea un merito notable. Y ¿cómo se hace? Hublot afirma que ha creado un método por el que al calentar el material no se queman los pigmentos -que son los que dan color- y por eso puede conseguir el brillo que tiene el reloj. Y además es de 1.500 vickers, 300 más que la cerámica normal. De ser esto así -y por qué no lo iba a ser- preparémonos para ver en el futuro muchas más combinaciones de colores, lo que le va de perlas a una marca que se basa mucho en su imagen.

La caja del Hublot Big Bang Unico Red Magic combina la cerámica roja con un bisel intermedio de composite negro, el mismo color que la carrura y los pulsadores. La altura es de 15,40 mm, así que el reloj no va a pasar desapercibido tampoco por sus hechuras.

Y es que cuando ves en vivo el reloj te das cuenta de que aquello que utilizaba Hublot en los textos que publicitaban el reloj es cierto: el reloj es extraordinariamente brillante, intenso, poderoso. Es imposible no verlo, y cuando lo ves es imposible dejar de mirarlo. El uso del color tiene un efecto secundario muy de agradecer: la esfera es de las más legibles que tiene la marca gracias a la combinación negro-rojo, y como es esqueletada se puede ver el calibre automático de manufactura HUB 1242. Es un cronógrafo flyback con doble embrague y rueda de pilares que funciona con una extrema suavidad. Y además lo hace durante los tres días que dura su reserva de marcha.

Para completar la apuesta al rojo el Hublot Big Bang Unico Red Magic se ata cono una correa de caucho también en rojo brillante, que se beneficia del sistema de cambio de correa de Hublot, extremadamente sencillo de usar: se presiona sobre el pulsador negro trapezoidal y la correa sale instantáneamente. Al volver a meterla un suave clic anuncia que está perfectamente sujeta.

Todos los Hublot crean más o menos polémica, y éste no va a quedarse atrás. Habrá a quien le guste mucho y habrá quien lo odie. A mí personalmente me gusta. Me lo pondría. No en todas las ocasiones, claro, pero seguro que sabría encontrarle un hueco. Sobre todo porque, a pesar de su tamaño, el reloj se lleva muy bien en la muñeca. El Hublot Big Bang Unico Red Magic se presentó en Baselworld 2018 y se ha lanzado en una edición limitada a 500 unidades con un precio de 26.800 euros cuando llegue a las tiendas, que se espera sea en junio o julio. Más información en Hublot.es.

Una publicación compartida de Horasyminutos (@horasyminutos) el 25 Mar, 2018 a las 1:42 PDT