Baselworld 2019, en vídeo
Un resumen de todos los relojes importantes de Baselworld 2019 y de todo lo bueno y lo malo
La edición de Baselworld 2019 ha sido extraña. La debacle provocada por la repentina marcha del Grupo Swatch, dando un portazo además, no sólo dejó un hueco físico en el Hall 1, sino que además abrió la espita para la marcha de otras marcas reconocidas (como Corum o Maurice Lacroix) y, sobre todo, para airear la profunda insatisfacción de todos los sectores implicados en la feria: expositores, prensa, distribuidores y los visitantes. A estos últimos no se les oye porque no tienen dónde manifestarse, pero tienen que pagar 60 francos para acceder a un Salón en el que la mayoría de las marcas no les permiten entrar a ver los productos.
El enorme espacio ha sido bien aprovechado por la organización: en primer lugar ha trasladado la zona de prensa al centro en lo que es una avenida con árboles. El centro es un gran avance porque ¡funciona bien la wifi! (sí, así estamos en 2019) y es más cómodo que estar sentado en un taburete… si encuentras dónde, porque aunque ha aumentado su tamaño sigue siendo claramente insuficiente. Ya sabía la empresa que iba a venir menos prensa, pero ¿de verdad pensaban que no iban a venir más de 500 periodistas? Al parecer el año que viene va a volver a cambiar de sitio (imagino que porque el terreno es demasiado valioso).
Sí que había una cosa curiosa: al acceder al centro de prensa sólo había que enseñar el pase. Sin embargo, para volver a salir al Salón sí que había que pasar la tarjeta por un lector electrónico. ¿Qué sentido tiene? Pues uno obvio, pero muy pueril: es un registro igual que el que da acceso al Salón, así que cuenta como un visitante más que entra al salón.
Aún así la asistencia ha caído de manera notable: 81.200 personas, un 22% menos. De ellos 3.300 fueron prensa (- 18%). Hubo 500 expositores, un 12% menos. En 2017 había 1.300 expositores, lo que nos da una idea de la brutal caída.
CARA Y CRUZ DE LA FALTA DE EXPOSITORES
Al haber una ausencia tan significativa de expositores y de tanto peso como las marcas del Grupo Swatch se produce un efecto beneficioso: hay más tiempo para ver a las marcas, más tiempo para hablar. Y las marcas pueden prestar mejor atención a sus distribuidores (las reuniones con la prensa son, en el caso de las grandes marcas, de igual duración que antes más o menos). Se puede planificar todo mejor y, como el centro de prensa estaba en el centro del Hall 1 no hay carreras porque llegas tarde a la siguiente cita.
Pero no nos engañemos: esto es así porque la mayoría de los periodistas nos hemos quedado más días de los necesarios, seguramente porque hemos seguido la inercia de otros años. Dudo mucho que vuelva a ocurrir el año que viene, como ya explicaré más abajo. Y dudo mucho que a las marcas les guste eso de que haya visitantes más tranquilos. Seguro que prefieren algo más de prisa y más visitantes. La dirección de Baselworld afirma sin embargo que las marcas han hecho más negocio. No hay motivos para no creerlo, pero tampoco es que las marcas les guste pegarle un tiro a las ruedas de su propio vehículo. O por lo menos decir abiertamente que lo han hecho.
Un último problema para Baselworld es que la organización necesitaba que la feria fuera espectacular para que tuviera mucho impacto y fortaleciera la tambaleante fe en ella, pero no ha sido así. Más bien al contrario, Baselworld 2019 ha sido más bien floja, con las marcas yendo más por el lado de la consolidación que de la sorpresa.
Eso no quiere decir que no haya habido piezas interesantes, pero no tantas como hubiéramos deseado. Aquí están las que más me han gustado.
El Bulgari Octo Finissimo Chronograph GMT lo tiene todo: las formas del Octo, dos de las complicaciones más buscadas y encima se hace con la marca mundial de delgadez: nada menos que 6,90 mm de altura. Se puede con fotos en vivo aquí.
Otro gran logro técnico es el del Zenith Defy Inventor, que significa la versión comercial del Innovador Defy Lab. Su volante late a 18 Hercios. Una locura.
Otro reloj que me ha gustado mucho es el Hautlence HL Sphere 01, la perfecta simbiosis de Hautlence: movimientos increíbles y presencia única. La hora la presenta una esfera giratoria y los minutos los marca una manecilla retrógrada. Una belleza.
Perteneciente al mismo grupo, todo lo que presenta Moser tiene siempre mucho atractivo. Esta vez hemos visto un repetidor de minutos que muestra los martillos y los gongs rodeando la esfera negra. Es tan bonito que le sobrea el tourbillon. El Endeavour Concept Tourbillon Minute Repeater.
Otro reloj que me gustó mucho es el MB&F Legacy Machine FlyingT (lo vimos aquí). Un reloj complicado, con una forma muy original de ubicar la complicación (en vertical) y, sobre todo, exquisitamente femenino.
Ferdinand Berthoud ha presentado un nuevo reloj basado en los trabajos matemáticos del relojero. Esta vez su Chronomètre FB 1L.1 muestra las fases lunares y la edad de la luna como yo antes no lo había visto.
Tiene un indicador que se va desplazando a lo largo de las distintas fases de la luna desde la luna nueva (el día uno) a la luna llena (el día 14) y después hacia atrás hasta otra vez la luna nueva. A esta indicación le acompaña una apertura a las cinco que de manera muy sencilla explica si vamos hacia la luna llena (en ascenso) y a la luna nueva (en descenso).
Muy astronómico y muy distinto. Y en dos versiones, llamadas «el lado claro de la Luna» y «el lado oscuro de la Luna».
De Bethune es conocido, además de por sus excelentes movimientos y cajas sorprendentes, por su azul. Pues bien, este año ha presentado el DB28 Yellow Tones. No es, aunque lo parezca, un reloj de oro, sino que se ha usado titanio y se ha dejado que se oxide de forma natural, dando como resultado un metal sorprendente pero cálido. Y como las formas de De Bethune son únicas, el reloj resulta uno de los más personales del año.
Porsche Design ha lanzado un GMT con un módulo desarrollado por la casa que hace mucho más sencillo manejar un reloj con segundo huso horario, ya que los cambios se hacen mediante dos pulsadores en vez de utilizando la corona, que es el sistema tradicional de Rolex (y Tudor).
El Patek Philippe Calatrava Weekly Calendar 5212A es una de esas joyas de Patek que no tiene tantas miradas como sus relojes más conocidos, pero que para mí representa mucho de lo muchísimo que ofrece Patek, y que parece tan fácil y es sin embargo tan difícil para tantos: la belleza de lo sencillo. Un reloj que incluye un calendario semanal. No es que sea una complicación desconocida (recordemos estos Audemars Piguet), pero PP la ha sabido ligar a una caja como la Calatrava y a una forma de presentar los datos que es toda una delicia. Un reloj sutil y elegante.
Hubo también cierta polémica con el reloj de Tudor, el Black Bay P01 que vimos en vivo. Es una de esas acciones de marketing que le viene de perlas a la empresa, pero que perjudica al reloj. En realidad ni es tan feo como lo ponen muchos ni tan bonito y rompedor como dice la marca. Personalmente si no hubiera pasado de proyecto no habría pasado nada. Yo creo que será un reloj que no tendrá trascendencia.
Y por último no hay que dejar de mencionar a Seiko, que ha presentado una gran cantidad de modelos (que vimos aquí), entre los que destaca la incorporación del calibre Spring Drive en modelos Prospex por primera vez, para celebrar los 20 años del lanzamiento del calibre.
¿QUÉ VA A OCURRIR CON BASELWORLD 2020?
Tras el abandono de Breitling, las cosas están cada vez más oscuras para la organización. Pero es que los motivos del abandono (mayo es muy tarde para presentar colecciones) amenaza no sólo a Baselworld, sino también al SIHH.
Las marcas se van a ver obligadas a presentar sus colecciones a los distribuidores antes de la feria porque si no se hace muy tarde para fabricar las colecciones, y la incertidumbre es el peor enemigo de la industria; de cualquier industria. Así que, si se presentan las colecciones a quien interesa (las tiendas), ¿para qué ir a la feria? ¿Sólo para enseñárselos a la prensa? Mejor, más rápido y más barato hacer reuniones locales.
No me extrañaría que la organización del SIHH esté ya planteándose volver a enero. Seguro que ha recibido muchas quejas por el traslado de fechas.
Nick Hayek, presidente del Grupo Swatch, ha sido muy vehemente al afirmar que no volverán a Baselworld nunca. Y es comprensible. En Zurich han reunido a sus clientes en la Grieder-Haus, un precioso edificio histórico. ¿No se van a sentir mucho mejor atendidos aquí que en el jaleo de Baselworld?
Por su parte Seiko probará el año que viene a hacer otra reunión de ese tipo en su casa para el mercado oriental. Si eso le sale bien a lo mejor se piensan lo de ir a Basilea, donde además está relegado a la primera planta muy al fondo, sin tener en cuenta que tanto Seiko como Casio como Citizen tienen un tamaño por el que deberían ser mucho mejor tratados que muchas marcas que están en el Hall principal. Otra lamentable práctica obsoleta de la organización.
Otro problema es el Hotel Hyperion: allí se concentran más de 50 marcas que deberían estar dentro de la feria. Pero el coste del metro cuadrado dentro de Baselworld es tan prohibitivo que las marcas se han exiliado, y no parece que vayan a volver.
Y los precios de todo lo demás también siguen siendo escandalosos. No hay manera de tener una habitación a precios razonables, y comer dentro de la feria es como entrar en la cueva de Aladino.
En fin, tras Baselworld 2019 la organización tiene un ingente trabajo que realizar. Veremos si puede llevarlo a cabo o la realidad les lleva por otro sitio. Lo contaremos.