Villeret es la colección clásica de Blancpain. En ella se refleja el saber hacer más tradicional de la casa, que varía desde un simple reloj de dos agujas (aquí están las fotos en vivo de la edición España) a las más altas complicaciones, como este tourbillon volante con horas retrógradas o este calendario perpetuo que vimos en vídeo. Como Blancpain es, a pesar de ser una casa de alta relojería, extraordinariamente activa, la colección Villeret se compone nada menos que de 65 modelos que, con sus variantes, suponen un total de 213 relojes distintos. Si a ello le añadimos los 83 Fifty Fathoms disponibles, las 52 variantes de relojes de mujer y 20 de Metiers d’Art, resulta que la manufactura tiene en exposición casi 370 relojes. Es una cantidad, en mi opinión, desproporcionada para la empresa, pero desde luego asegura que siempre se va a encontrar al menos un modelo que nos guste.

A pesar de ser tan abundante en oferta, la colección Villeret siempre se limita a tener esferas blancas, crema o como mucho azules. Por eso la aparición de este Blancpain Villeret Extraplate Boutique Edition resulta tan interesante. No sólo queda muy bien; es que, si tiene éxito, abre muchas posibilidades a una colección que siempre ha sido muy comedida.

El nombre de Blancpain Villeret Extraplate tiene fundamento: la caja de 40 mm es elegante y esbelta gracias a su perfil de 8,70 mm. La forma sigue siendo la ya conocida de la colección, con un bisel escalonado y asas cortas y delgadas que aseguran un ajuste perfecto. Totalmente pulida, la caja está hecha de oro amarillo de 18k, un tono de oro que ha visto un renacer en estos últimos dos o tres años, pero que siempre es difícil porque lleva asociados demasiados estigmas (el color de los «nuevos ricos», cuando no mafiosos).

Pero que en este caso se moderniza con una esfera que no tiene nada de vieja escuela. La caja está equipada con dos cristales de zafiro y es resistente al agua hasta 30 metros.

La parte más atractiva de este Blancpain Villeret Extraplate Boutique Edition es su esfera, ejecutada en un tono verde que, si bien en las fotos oficiales se ve vivo y brillante, en realidad es mucho más sobrio, con un tono musgo que le viene muy bien porque compensa el brillo del oro hasta el punto de hacerlo más discreto y elegante. No aburrido, sin embargo, porque el patrón cepillado con rayos de sol le hace jugar muy bien con la luz. El resto del reloj es idéntico a todos los relojes Villeret, con agujas huecas en forma de hoja de salvia y números romanos de oro aplicados con líneas curvas. Hay una fecha a las 3 en punto que lo hace más comercial pero que rompe un tanto la estética del conjunto.

Debajo del fondo de zafiro hay un movimiento aparentemente simple pero lleno de mucha energía. Con solo 3,25 mm de altura, que es bastante compacto para un movimiento automático, este calibre 1151 puede almacenar hasta 100 horas de reserva de marcha gracias a una arquitectura de doble barrilete.

Está basado en un ébauche Piguet 1150, la casa de movimientos que pasó a formar el núcleo duro de la manufactura, y se ha modernizado con una espiral de silicio. Está decorado con Côtes de Genève, cantos biselados y un rotor de oro macizo decorado con un motivo de panal que es, como siempre, de lo más llamativo que ofrece la colección Villeret.

El Blancpain Villeret Extraplate Boutique Edition (Ref. 6651-1453-55A) se ata la a muñeca con una correa de piel de nobuk marrón con decoración tipo cocodrilo, y se cierra con una hebilla también de oro. Y, una vez puesto en la muñeca, el reloj queda precioso, y por supuesto llevarlo es un placer porque su tamaño encaja bajo cualquier puño de camisa. Y, cuando aparece, da gusto ver una esfera tan especial.

Es una edición no limitada que, como su nombre indica, sólo está disponible en las boutiques oficiales Blancpain. Tiene un precio de 16.810 euros, y hay más detalles en blancpain.es.