Hublot Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire. Fotos en vivo y precio
Máximo atrevimiento, como siempre en Hublot
Es Hublot, así que ya sabemos que las opiniones van a ser encontradas. Se puede argumentar mucho sobre lo que hace la marca, pero lo cierto es que ha sabido encontrar su nicho y, una vez establecida, ha lanzado propuestas interesantes que la hacen estar ser mucho más que el Hublot Classic, o el Big Bang (como el que vimos en la colección Yellow Gold). Así, hemos visto el Meca-10, con un más que atractivo calibre manual, o el Unico Golf, pensado para medir el juego. Ahora tenemos este Hublot Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire, que es la interpretación de una alta complicación à la Hublot.
Y como es Hublot, ya sabemos que no va a ser tradicional. Y, también por ser Hublot, sabemos que va a haber experimentación con materiales. A ese respecto hay que decir que Hublot ya estuvo allí cuando comenzó la pasión por las cajas transparentes de zafiro. Eran relojes de marcas de muy alto nivel y precios aún más altos. Pero Hublot, en 2016, lanzó este Big Bang Unico Sapphire con un precio mucho más asequible (por así decir, porque costaba 65.000 francos suizos) y presencia impactante:
No pasó mucho tiempo (en términos relojeros) hasta que Hublot, que no puede dejar las manos quietas, comenzara a tintar el zafiro de diversos (y llamativos) colores. De hecho, ese mismo año lanzó una versión del Big Bang zafiro con un tono amarillo (y 28.000 francos más). Y, una vez dominada la fabración de las cajas, pudo expandirlas a sus otras colecciones y, por supuesto, añadir complicaciones. Así es como llegamos a este Hublot Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire.
El cristal de zafiro no se encuentra en la naturaleza: es un corindón sintético creado en laboratorio. El corindón es un mineral a base de óxido de aluminio, en forma cristalina, cuyo color depende de las impurezas que contenga: El nuevo tono púrpura de Hublot es un compuesto de óxido de aluminio y cromo.
La técnica básica para crearla en el laboratorio procede de finales del siglo XIX, cuando el químico francés Auguste Verneuil ideó el proceso que lleva su nombre, también conocido como «fusión por llama» . El proceso consiste en la fusión de una sustancia finamente pulverizada mediante un soplete y su cristalización en un ramillete de gotitas disueltas, producto del calentamiento.
La evolución de la técnica ha llevado a la industria relojera a desarrollar procesos de alta presión y muy alta temperatura para producir bloques cilíndricos de dimensiones útiles para crear no sólo las cajas, sino también componentes relojeros más pequeños, como biseles y eslabones de pulseras. Ese es el caso de este Hublot Big Bang Tourbillon.
El Hublot Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire , con su caja de 44 mm de diámetro y 14,5 mm de grosor, es un resumen de todo esto, porque es hoy el punto más alto alcanzado por Hublot en la fabricación de zafiros. Un pero, sin embargo: en un reloj de este nivel de precio uno se esperaría que los tornillos del bisel estuvieran alineados.
El color también se transmite a la tradicional correa de caucho de la casa, que además incluye el sistema de cambio rápido.
Hublot impulsa el Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire con su movimiento tourbillon automático de manufactura, llamado HUB6035 (que ya vimos en la versión naranja). La vista desde el fondo transparente de la caja se centra mucho más en el tren de engranajes que la vista del lado de la esfera, que se centra en las complicaciones. El HUB6035 ofrece una sólida reserva de marcha de 72 horas y funciona a 21.600 alternancias/hora.
Una vez más, por ese nivel de precios uno esperaría acabados de alta relojería. Pero, en este caso, sería un error de concepto: Hublot es una marca industrial, siempre ha transmitido esa idea y nunca ha tratado de esconderla. Por eso no habla de tradición, de venerables relojeros con barba sentados en su pupitre, de diseños mágicamente encontrados en un almacén… Sus valores son otros; no engaña y no vende nada que no da.
Dicho lo cual, ver este calibre HUB6035 es placentero. Hay armonía en su diseño industrial, que es como un canto a la ingeniería. De hecho, me gusta más esta vista que la del anverso.
El muelle real está dominado por el micro-rotor esqueletado de Hublot, montado sobre el barrilete para actuar a la vez como firma en la esfera y como elemento que contrarresta visualmente el tourbillon a las 6, ambos de las mismas proporciones.
El tourbillon tiene una jaula minimalista, que realiza una rotación completa en un minuto y que hace juego con el agresivo esqueletado del resto del movimiento, permitiendo una visión casi sin obstáculos de su mecanismo interno. La visión tridimensional afecta a la legibilidad de la esfera, como en todos los esqueletados, pero en este caso se ve realzada por el revestimiento luminiscente en púrpura aplicado a las agujas y a los marcadores horarios.
La transparencia se consigue montando las diversas piezas de la esfera (por así decir) sobre puentes de zafiro, sólo visibles en determinadas posiciones.
El Hublot Big Bang Tourbillon Automatic Purple Sapphire es una edición limitada a 50 unidades con un precio unitario de 209.000 euros. Los relojes que te puedes comprar por ese dinero son de los que te hacen explotar el cerebro, pero el caso es que sólo Hublot es Hublot, y así se lo llevan reconociendo sus clientes desde hace años. Más información en Hublot.es.