Rado Tradition Golden Horse. Una pequeña delicia, con fotos en vivo y precio
Una reedición del primer modelo que se llamó Rado, y que es uno de los relojes más atractivos de este año
Rado es una marca que a menudo me fascina, por lo menos en lo que concierne al mercado español (y diría que el hispanoamericano también): no es ni mucho menos una marca líder en ventas, lo que normalmente aconsejaría prudencia a la hora de lanzar modelos; pisar sobre seguro, vaya. Sin embargo eso no quita que le guste experimentar y arriesgar, una palabra que no se encuentra en la mayoría de los diccionarios que manejan actualmente las marcas relojeras. Un ejemplo perfecto es este Rado Tradition Golden Horse Limited Edition, una reedición de un modelo lanzado en 1957.
HIJO DE SU ÉPOCA
Rado no siempre ha sido Rado: fue creada en 1917 por los hermanos Fritz, Ernst and Werner, que consideraron su apellido como el más adecuado para bautizar su empresa: Schlup & Co. Para celebrar su 40 aniversario, sin embargo, lanzaron una colección bajo el nombre de Rado, pasando de un nombre que parecía casi una onomatopeya a otro fácilmente pronunciable por todo el mundo.
Uno de los primeros modelos lanzados fue el Golden Horse. Además apareció también en acero, un movimiento atrevido en aquel entonces dado que lo normal era tener relojes de oro -o chapados en oro-, porque el reloj se compraba para que durara una vida y después pasara a los hijos. Tras las carestías provocadas por la Segunda Guerra Mundial, la década de los 50 vio un resurgir de la economía y un deseo social por vivir mejor, por consumir más. Un reloj de acero venía a decir que quizá no era mala idea tener más de uno, que no tenías que conformar con tener sólo el de tus padres. Dado el actual gusto por los relojes vintage, la colección Tradition de Rado sin duda es ahora mismo la más atractiva de la casa, curiosamente obviando la construcción en cerámica, el material fetiche de la casa. Prueba de ello son, por ejemplo, el Captain Cook que vimos en vídeo, o el 1965 (también en vivo). Relojes que, como decía al principio, muestran el deseo de la marca por ofrecer algo distinto. Y qué curioso que lo distinto sea lo antiguo.
RADO TRADITION GOLDEN HORSE LIMITED EDITION
El Rado Tradition Golden Horse Limited Edition es muy fiel al original y por tanto repite metal. Más aún, se atreve con una medida -37 mm de diámetro- que le aparta del consumidor medio occidental, al que le va a resultar demasiado pequeño (aunque sólo hasta que se lo prueben y se enamoren de todo lo demás), pero entusiasmará a coleccionistas y a mercados más tradicionales. La hermeticidad es un poco mejor: 50 metros, suficiente para un reloj así (pero la que 100 metros no le habría hecho ningún daño).
Por supuesto Rado se ha permitido licencias que se apartan del original, sencillamente porque hoy no se puede vender un reloj de hace 60 años. Aparte de haber crecido dos milímetros, el cristal es de zafiro, no acrílico, pero manteniendo la misma forma de caja del original, y con tratamiento antirreflejos en ambos lados.
La esfera del Rado Tradition Golden Horse Limited Edition es también curvada, y pintada con un degradado de carmesí en el centro y negro en los extremos. Un lienzo perfecto sobre el que ubicar dos elementos que aparecían en el original: los dos caballitos marinos dorados -que resaltan mucho más ahora que en las versiones plateadas de antaño- y el texto con la misma grafía que cuando nació. Y, en segundo lugar, el ancla a las 12, que como sabemos se mueve por puro gusto estético, sin ninguna otra función.
Los índices guardan las formas originales, pero son más refinados. Las tres manecillas son curvas para acompañar la forma de la esfera. Por último, los numerales de la fecha son rojos -también lo eran en el original- lo que permite una buena lectura. Rado ha prescindido de la lente de aumento que sí tenía el modelo primigenio, y ha hecho bien porque así no rompe la fluidez de la esfera (ni aumenta el precio innecesariamente).
El Rado Tradition Golden Horse Limited Edition se mueve gracias al calibre ETA C07.611, más conocido por la denominación original de Tissot: Powermatic 80. Eso significa una frecuencia de 21.600 alternacias/hora y una reserva de marcha de 80 horas, además de una precisión y durabilidad contrastada. El calibre no se ve porque Rado ha optado por un fondo como el original, con tres hipocampos y tres estrellas. Además ha añadido la leyenda XX de 1957.
Porque sí, el reloj es una edición limitada. Hay otras versiones en otros colores -el verde es atractivo- pero esta ha quedado especialmente bien, así que no es de extrañar que no sea de venta generalizada.
SENSACIONES (Y PRECIO)
En la muñeca el relojes una auténtica golosina. Su discreto tamaño lo hace pasar desapercibido en la muñeca -salvo cuando nos paramos a mirarlo, que es más a menudo de lo que nos damos cuenta-, además de resultar comodísimo. Se ata con una correa de piel negra y hebilla de acero. Tiene un precio de 1.740 euros, en absoluto descabellado para un reloj así. Mira que yo no soy de relojes pequeños, pero en mi opinión Rado ha dado en la diana con este caballero. Es distinto, está bien fabricado, es atractivo y queda de cine. Y la esfera es rojo grana. ¿Cuántas veces vemos el rojo en un reloj? Muy pocas, y es una pena. Muy setentero, y por tanto muy atractivo a nuestros ojos de hoy.
El Rado Tradition Golden Horse Limited Edition va a ser uno de esos relojes que quizá dejamos pasar y después, cada vez que lo veamos por ahí, pensaremos “qué pena no haberlo comprado en su momento”. Más información en Rado.es.