Juego de Tronos: Los nuevos Seiko Prospex King Turtle, en vídeo
Unos Reyes sedientos de gloria han llegado al mercado
Los Seiko Tortuga son sin duda los relojes de buceo más famosos y vendidos de Seiko. Su perfecta combinación de esferas atractivas, comodidad de uso, dureza y buen precio los han convertido en compañeros habituales de muchas muñecas. Siempre han sido ese reloj que da gusto ponerse porque se adapta perfectamente, siempre funciona bien y siempre queda bien (por ejemplo este PADI que vimos en vivo) .
Tener un reloj así es el sueño de las marcas: un superventas que, gracias a un buen diseño, aguanta todas las variaciones posibles y siempre se vende bien. Es a la vez un riesgo, porque los relojes no se pueden quedar atrás y, como cualquier producto, debe evolucionar. Buscar el punto de equilibrio entre el producto que le gusta a la gente y las mejoras (ya sean constructivas o simplemente de estilo) se convierte entonces en una labor muy delicada porque se va a juzgar más duramente que si se lanza un reloj completamente nuevo.
En el caso de los Seiko Prospex King Turtle ha hecho los deberes como corresponde, pero además ha ido un poco más allá, creando la habitual polémica que se crea cuando se tocan los iconos casi religiosos de la relojería.
MISMAS FORMAS, NUEVOS MATERIALES
Aunque el nombre de Seiko Prospex King Turtle da idea de algo grande – o de más grande de lo normal-, en realidad no es así. El diámetro es de 45 mm y la altura de 13 mm, que es exactamente las medidas que ya tenía el Tortuga original. Eso, unido a una longitud relativamente corta pero bien proporcionada (48 mm) hace que el reloj sea igual de cómodo de llevar en la muñeca.
La superficie superior está satinada y el lateral pulido. La corona está por supuesto roscada y protegida, porque estamos hablando de un reloj de buceo certificado. Esto significa que el reloj debe cumplir los exigentes presupuestos de la norma ISO 6425 (que ya expliqué en este artículo).
Sin embargo el bisel se ha rediseñado para hacerlo más sobrio y a la vez más fácil de agarrar. El movimiento es preciso, y el sonido del giro suena más sólido, remarcando así su carácter de herramienta. Pero lo más importante es su composición: ahora el bisel es de cerámica, lo que significa que su durabilidad crece exponencialmente, además de que la presencia es mucho mejor. La inserción luminiscente también se ha hecho más grande, de manera que queda más proporcionada que antes.
Otro de los muy importantes cambios en los Seiko King Turtle es que ahora el cristal es de zafiro, no de Hardlex. El cristal mineral de Seiko es respetado por todo el mundo por lo que aguanta, pero el uso del zafiro es ya prácticamente imprescindible. Y aunque en los relojes suizos estos avances significan un precio mayor, Seiko está acostumbrada a dar más por menos precio. Es su orgullo.
Pero es en el cristal donde está el elemento más polémico: los relojes llevan ahora una lupa que abarca la tradicional función de fecha y día (en dos idiomas). La lupa de zafiro no tiene ninguna tradición histórica en los relojes, así que hay que entender que los Seiko King Turtle los llevan simplemente para que resulte más fácil leer los datos. Técnicamente es un reto porque hay que conseguir una lupa que realmente funcione como tal, porque hay muchos relojes que llevan una y la lectura es muy deficiente. Y además debe aguantar inmersiones no sólo hasta 200 metros sino hasta 250, que la prueba de hermeticidad real que pasan los relojes.
La lectura es, desde luego, intachable. Se nota que el zafiro usado es de excelente calidad. Se puede debatir si te gusta o no, por supuesto, pero afortunadamente para el reloj la discusión nunca va a estar en su calidad técnica. Personalmente yo prefiero la lupa simplemente porque a mi edad cualquier ayuda en la lectura se agradece.
ESFERA DECORADA
La otra gran novedad de los Seiko King Turtle es la decoración de la esfera. Seiko ha optado por una tapicería cuadrada, que sin duda mejora enormemente la sensación de calidad que transmite el reloj. La fijación de los índices y textos no presenta ningún fallo, una vez más gracias a la calidad de fabricación.
Por ahora los modelos que se han presentado son en negro y en verde, aunque obviamente en el futuro habrá otras combinaciones. Los índices y manecillas son los que ya conocemos, pero el aguja del segundero se pintado de amarillo, a juego con la leyenda «Divers 200m».
Por supuesto el pigmento de LumiBrite recubre todas las superficies y, como es habitual, la lectura en la oscuridad es la mejor de su segmento.
CALIBRE CONOCIDO (Y RECONOCIDO)
Dentro no hay sorpresas: el calibre 4R es la mula de carga de Seiko: un calibre resistente, duradero y que normalmente se mueve en variaciones diarias mucho más estrictas de lo que dicen las especificaciones. A la reserva de marcha le vendrían bien unas cuantas horas más porque son sólo 41 horas. Como también es habitual, el calibre está tapado por un metal con la ola de Seiko grabada.
PRECIO Y SENSACIONES
Ya he dicho al principio que el reloj se lleva muy bien en la muñeca, así que si además añadimos que cuando lo miramos nos parece aún mejor por todo lo que se incorporado, la experiencia no puede ser más satisfactoria. El precio de los Seiko Prospex King Turtle es de 610 € para la versión con correa y de 630 euros la versión con brazalete. Siempre estarán los agoreros que dirán eso de que «Seiko ha perdido la cabeza», «Seiko es caro™», «se van a estrellar».
A mí, personalmente, me parece que con todo lo que ha mejorado, el incremento de precio (de entre 100 y 150 euros) está perfectamente justificado, y me da que este nuevo soberano va a reinar durante mucho tiempo. Más información en Seiko.es.