En la muñeca: Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017
Éste es el reloj oficial de La Vuelta
El próximo 19 de agosto arranca una nueva edición de La Vuelta en Nîmes y, un año más, Tissot es su cronometrador oficial. Y, también un año más, lanza una reloj que celebra el acontecimiento deportivo. Es el Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017.
Tissot lleva más de 50 años colaborando con el mundo del ciclismo. Es algo que cuadra con su historia de cronometrador deportivo y que el mundo del ciclismo agradece. Sin embargo esa larga historia juntos no tendría demasiado recorrido comercial si Tissot no estuviera presente en las competiciones más significativas, y las dos más importantes son sin duda el Tour de Francia y la Vuelta Ciclista a España. En ambas está presente la marca.
Y no sólo es un patrocinador, de los que pagan un dinero para poner el nombre en (o cerca de) la línea de meta. Es que es el cronometrador oficial, que lleva de suyo una responsabilidad enorme al alcance de pocas marcas. Podríamos decir que Tissot no sólo está, sino que es la carrera. Es tan importante la cronometría que en el Tour de este año el corredor español Mikel Landa no se subió al podio en el tercer puesto por un segundo. ¡Todo un mundo de diferencia!
Tissot celebra esta unión con relojes conmemorativos, pero a la vez atemporales. El año pasado vimos el T-Race Touch La Vuelta 2016, pero para este año Tissot vuelve a un reloj cronógrafo analógico tradicional, el Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017. El reloj está construido en acero 316L (el llamado «quirúrgico» por ser hipoalergénico), pero con un recubrimiento de PVD gris oscuro y negro para hacerlo más resistente. Por encima se asienta un bisel fijo de aluminio, pero entre éste y la carrura se añadido un disco de fibra de carbono para darle un toque más deportivo. Y recordemos que la fibra de carbono también se usa en la fabricación de las bicicletas.
El Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017 tiene 44,5 mm de diámetro, pero 11,6 de altura, así que se lleva bien. Y la hermeticidad está garantizada hasta los 100 metros, lo que significa que también te vale si practicas triatlón… o si vas a la piscina del barrio. Los pulsadores del cronógrafo tienen una forma ergonómica que recuerda a los frenos de la bicicleta, y son agradables al tacto. Flanquean una corona grande y fácil de usar.
En la esfera prima la legibilidad, ayudada por unos índices aplicados que caen sobre el dial desde una minutería elevada, de manera que el conjunto gana en profundidad. Las manecillas son las del T-Race de Jorge Lorenzo, pero esqueletadas en la base para darles más aire. Tanto los índices como las manecillas están impregnados de tinta fosforescente azul.
El cuarzo que utiliza el Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017 es un ETA G10.212 Precidrive, el cuarzo más avanzado de Swatch hasta que apareció el Longines V.H.P. (cuya presentación cubrimos extensamente aquí). Para tener una idea más clara de lo que significa tener un cuarzo Precidrive lo mejor es ver este artículo sobre los Certina DS Podium Chronograph. Pero como resumen diré que es un crono con contador de décima de segundo y función Add (es decir, al apretar con el pulsador a las 4 la trotadora para y cuando se vuelve a pulsar va hasta donde debería estar de haber seguido corriendo). Por supuesto el cuarzo no se ve. Está escondido tras un fondo conmemorativo de la Vuelta con un dibujo del plato de marchas de una bicicleta.
El reloj se ata a la muñeca con una correa de silicona elástica y muy suave que hace que sea un gusto llevarla. Está bien hecha y la combinación de negro y rojo le queda muy bien. Por otra parte, el que el dibujo conmemorativo esté en el reverso libera al reloj de la sumisión a la competición y al año, pudiéndose llevar en cualquier momento. A ello también contribuye el precio, porque el Tissot T-Race Cycling La Vuelta 2017 cuesta 485 euros. Más información en Tissot.es.